La gata que fuma

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Saludos, para saltarse la historia e ir directamente al lemon, estará marcado por ////////. ¡Gracias por leer!

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-¡No puedes simplemente tirarla de la casa! - Dije, deteniendo a mi madre que estaba alzando la chancla a punto de pegarle a Sprigatito.

-¡Mírala nada más hijo! ¡Mírala cómo se viste y a qué hora viene! ¡Y encima con los ojos rojos y oliendo a marihuana! - A mamá no le importó que me pusiera delante de ella para defender a Sprigatito. Su mirada juzgante y decepcionada seguía clavada en ella, como intentando apuñalarla con los ojos. - No es la primera vez que viene así, ni va a ser la última ¿Qué quieres que le haga entonces?

- Pero por el amor de- Ma, Sprig- Ella- Por favor... Déjame hablar con ella. Te prometo que no lo volverá a hacer, ¿sí? Solo... Por favor no la botes de la casa. - Sentía un nudo en mi garganta mientras decía esto. Mi madre bajo la chancla y de mala gana dejó pasar a Sprig a la casa. El olor a droga y a alcohol en su aliento era más que obvio. Ella había dicho que iba a un pequeña reunión de amigos y que volvería antes de las 12. Se pasó por 4 horas.
Va a ser difícil abogar por ti.

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- Wey, ¿qué le pasa a tu madre? O sea, sé que le molesta que salga hasta tarde pero volví, ¿no? - Sprig se sentó en mi cama mientras se sacaba los zapatos. Se tiró de espaldas y frotó su rostro en mi almohada. - Gracias por salvarme el trasero. Realmente pensé que me iba a tirar de casa esta vez.

- Sprig. Nunca he oído a mi madre tan molesta. Ella lo dice en serio, lo hará si no dejas de... Ya sabes. - Le dije. Me senté a su lado. Mi cama es de una plaza y media, y era del tamaño perfecto cuando Sprig era Sprigatita, pero ahora que es Sprigatota y prácticamente de mi altura... Pues la dejaba dormir allí a veces mientras yo me iba al sofá en la sala.

-... Aish, es que tu mamá es una amargada... - Sprig se frotó los ojos con cansancio - O sea, ella fue joven también alguna vez ¿no? ¿No me puede dejar tranquila?

- Ella está preocupada por ti, Sprig. Salir de fiestas es una cosa, estás en edad para eso. Pero, alcohol y drogas... Eso esta feo.

- Jaja, suenas como ella... - Ella metió su mano en su bolsillo, buscando algo. Extendió su mano hacia mí, ofreciéndome un cigarrillo de marihuana. - ¿Quieres?

- Dios, no. Eso es la lechuga del diablo, Sprig.

- Jaja... Déjate llevar. Solo se vive una vez... - Ella sacó de su bolsillo un encendedor, y estaba a punto de encender el cigarrillo cuando se lo quité de las manos. - ¡Heyyy! ¡Eso era mío!

- Sprig, por favor. - Tomé su mano, aparte el encendedor y lo puse en la mesita de noche. - Aquí no.

- ... ¿Desde cuándo te volviste tan aburrido? A-Antes eras chévere... ¿Recuerdas cuándo tu mamá no nos dejaba ver esas películas de terror que tu primo nos regaló? ¿Y cómo le dijiste "Ay que se joda" y las vimos toda la noche?

- Esto es diferente. Siéntate conmigo, por favor. - Ella me miró un poco confundida, pero dejó de acostarse y se sentó conmigo en el borde de la cama. Tomé su mano otra vez, con más fuerza. - Me preocupo por ti, Sprig. Sé que tú eres inteligente. Sé que conoces tus límites y que no harías algo estúp- algo tonto. Pero me da miedo que... ¿Sabes? Que tengas un desliz, pruebes cosas más fuertes... Y entonces...

- No estoy adicta, puedo dejarlo cuando quiera. Es solo que fumo para abrir mi mente, ¿sabes? Tener nuevas experiencias... todo se siente más... real- después de fumar.

El amor de Sprigatito (Pokémon) (Lemon) (+18)Where stories live. Discover now