IX Aceptar

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—¿Entonces qué opinas? ¿aceptas? —cuestiono ansioso mientras miraba atento al menor—, vamos di que sí, di que si Mitchy.

Takemichi miraba entre divertido y enternecido a su novio, ese día Mikey había llegado de improvisto a su casa y después de hacerlo pasar e ir a su habitación en el segundo piso, el mayor había procedido a contarle el porque de su repentino arribo.

Y no era más que quería que se uniera a la Toman.

Lo tomo por sorpresa, realmente nunca se le paso por la mente el que Mikey lo quisiese en su pandilla, era algo en lo que no estaba seguro, y es que ni él mismo sabía si quería volver al mundo de las pandillas, ya tenia un par de años que había dejado ese bajo mundo y hasta el momento no se había planteado el volver.

Temía que los malos recuerdos lo volviesen a atacar y esta vez no poder librarse de ellos.

—Yo... no lo sé Mikey-kun, es algo repentino en verdad —Takemichi rascó nerviosamente su nuca.

El cenizo lo miro refunfuñando, acortó la distancia que había entre ellos en la cama donde estaban sentado.

—Oh vamos Takemitchi no tengas miedo, estarás en una de las mejores pandillas de Tokio. La Toman es poderosa ¿sabes? Además —bajo su rostro hasta llegar a la altura del oído contrario—, así podemos pasar más tiempo juntos, ¿no quieres eso Takemitchi? Estar a mi lado mas tiempo.

Takemichi trago duro, Mikey lo sabía, a Takemichi le gustaba realmente pasar el tiempo junto a su novio. Que jugada sucia.

Lo miró indeciso, temía lo que podía pasar si aceptaba, pero también anhelaba conocer lo que pasaría si ignoraba sus temores y se unía a la pandilla de Mikey. Toman no se escuchaba nada parecida a lo que fue la suya.

Tal vez esta ves las cosas serian diferentes.

O tal vez no.

Inhalando lentamente le mostró una pequeña sonrisa a Mikey, sonrisa que esperaba se viese confiada, porque era así como que quería sentirse.

—Esta bien Mikey-kun, acepto unirme a la toman.

Dando un grito de victoria, ni lento ni perezoso Mikey se lanzó a los brazos contrarios y embistió a Takemichi con un beso atronador lleno de felicidad.

Takemichi que se vio sorprendido en un principio pronto comenzó a devolver el ansiado beso a su novio, los chasquidos y pequeños jadeos llenaban su habitación, pero estaba bien, estar con Mikey siempre se sentía bien.

...

—¿Crees que Mikey lo conseguirá?

Chifuyu que había estado jugando videojuegos a su lado, pausó su partida y volteo a verlo, haciendo una mueca en señal de estar pensando la respuesta.

—No lo sé Baji-san, el capitán es capaz de muchas cosas, pero Takemichi también es realmente terco. ¿Un 50/50 de posibilidades tal vez?

—Tsk ese enano y sus ideas locas —Baji se recostó sobre el filo de la cama sin moverse de su posición en el suelo.

—¿No te agrada la idea de que mi compañero de una a la Toman, Baji-san? —Chifuyu interrogó, dispuesto a refutar en caso de que la respuesta del pelinegro fuese negativa.

Keisuke negó. —No es eso Fuyu, más bien es que no creo que-

—¿Por qué todo el mundo habla sobre ese tal Takemini, vuela o porque tanta mención? —el tintineo de un cascabel resonó en la habitación cuando el portador inclinó la cabeza a un lado en confusión.

KILIGWhere stories live. Discover now