ESA NOVIA ES MÍA

ESA NOVIA ES MIA -EPILOGO

ESA NOVIA ES MIA
EPILOGO.
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Quizás la noticia que más hayas alborotado a todo Estados Unidos realmente fue la fallida boda de Neal Leagan ¡Oh si! El fotógrafo estuvo en el lugar y el momento indicado para poder fotografiar la humillación y desenmascarar los planes que él y su gente tenía a la pobre chica que aquella vez lloró delante de su cámara pidiendo auxilio, sin pensar que sus lágrimas serían respondidas.

Después de tantos días, Candy volvió a sonreír, se sintió segura y al lado de Terry todo fue perfecto, la muerte de Susana fue mero accidente, y ese accidente fue uno que realmente fue beneplácito. Terry sabía que no era bueno  glorificarse por las tragedias de alguien, pero esa muerte definitivamente fue la llave de la libertad. Y sabía que ya nada iba a separar a su pecosa de él, que esta vez no había trampas, no había engaños, no había promesas ni gente de por medio que intentará por enésima vez arrebatarle las alas.

Y no solo eso, todo en un instante parecía resarcirse para la joven rubia, al haber descubierto que precisamente el vagabundo que tenía una cabaña a la orilla de una cascada fuese precisamente su tío abuelo era algo que estaba muy agradecida. Si, no podía negar que también lo reprendió y reprochó por todo ese tiempo en dónde le había dejado sola, Pero al menos llegó en el momento ideal.

Él momento en donde ellos mismos ahora tomarían la justicia.

—Hola tío —Saluda Stear entrando con cuidado a la pequeña oficina, aún trata de sobrellevar el hecho de que su tío abuelo resultara ser un hombre tan joven, uno que podría ser un amigo normal de entre ellos, trata de tenerle respeto pero tiene tantas dudas.

—Alistear, bienvenido sobrino. Adelante, no muerdo —Se burla el rubio tratando de romper el hielo con ellos.

—Este... bueno... yo —El inventor se rasca la cabeza, mira a los lados y trata de buscar las palabras concretas para hablarle a ese hombre —Es que no sé por dónde empezar. Todo me parece tan ilógico.

—¿En qué sentido?

—La tía abuela siempre nos mencionaba que era un hombre viejo, que nunca tenías tiempo para nosotros, realmente ¿Dónde estabas? ¿Por qué no estabas con nosotros?

—¡Ah, sobrino! Al sol de hoy, yo mismo me pregunto eso —Dice que respirando lentamente —Imagino que por aún ser joven odio estar encerrado en 4 paredes con una mesa llena de papeles y con gente diciéndome un millón tonterías que al final no entenderé. Creo que mi crianza con los preceptos de libertad sobrepaso los límites.

—No te entiendo realmente, es que todo lo que ha pasado desde la llegada de Candy y su relación contigo es confuso.

—Realmente ella me confundío a mí, sobre todo el hecho de que ustedes mismos me hayan escrito para suplicar que adoptara. Mande averiguar sobre ella y fue una sorpresa que ella fuera la misma niña que una vez conocí en una colina llorando  —Sonrie tiernamente nada más a recordar la primera vez que vio a esa niña llorona de coletas, él tocó su gaita para ella y la insolente solo se burló de su estilo, y se sintió ofendido, pero algo en esa rebeldía le recordaba a él y a su hermana —Esa fue la última vez que la vi, hasta que llegó esa carta y supe que no podía dejar esa niña sola.

—Aun así, el peor error que pudiste haber cometido fue dejarla con la tía abuela —Se quejó Stear de esto último —Ella nunca la aceptó cómo parte de esta familia.

—Siempre lo imaginé, ella siempre desprecio a las clases bajas, olvidando que quizás los Ardley venimos de lo más bajo, y estamos donde estamos es por esfuerzo sudor y lágrimas.

—¿Ahora qué haremos, tío? Estamos con Candy gracias a Dios y a Terry, pero no vas a dejar que la tía abuela y los Leagan se salgan con la suya, ellos siempre tiene una artimaña o más para salir bien varados de todo.