Una situación de perdida

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de Inadaze22.

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Capítulo quince: Una situación de perdida

Primera parte: Rumores

5 de enero

Para Draco, lo peor de tomarse unas vacaciones era volver al trabajo.

Las vacaciones siempre dejaban su mente dispersa y arruinaba su meticulosa rutina. No podía concentrarse, no podía trabajar, necesitaba una gran cantidad de café solo para sobrevivir el día y, a menudo, pasaba mucho tiempo soñando despierto en lugar de ocuparse de sus asuntos. Esa era la razón por la que Draco rara vez tomaba vacaciones.

Le tomó cada gramo de su fuerza de voluntad salir de la cama cuando su reloj despertador sonó con el habitual: "Es hora de despertar, Draco", con una suave y melódica voz familiar. Pateando las sábanas con enojo, se levantó de la cama y con cansancio miró el reloj parlante que silenció con un movimiento de su mano.

Eran casi las siete en punto y aunque se despertaba a esa hora, no pudo evitar bostezar. No había podido dormir. Se había quedado dormido alrededor de las cuatro de la mañana, pero una pesadilla lo despertó bruscamente una hora y media después.

Su insomnio empeoraba, pero tenía sentido porque había muchas cosas en su cabeza.

El pensamiento más prominente que atormentaba la mente de Draco era bastante simple. No había tenido tiempo de discutir con Granger la importancia de no divulgar la condición de su padre. No era que pensara que ella lo diría. No, confiaba en ella lo suficiente como para saber que mantendría la boca cerrada. Pero lo tranquilizaría el saber que ella no hablaría.

Tal vez sea mejor no decir algunas cosas.

Repasó sus vacaciones en París mientras se duchaba. La Navidad en París se convirtió en Año Nuevo en París y el Año Nuevo en París se había convertido en otros cuatro días de turismo y disfrute. Draco había regresado a casa la noche anterior, pero fue solo porque todos decidieron que después de casi dos semanas, era hora de volver al mundo real.

Al parecer, la vida era bastante agitada para todos.

Pero Draco no había querido regresar. Estar lejos le dio la normalidad que tanto anhelaba. En París, no era hijo de Lucius y Narcissa Malfoy, ni siquiera era un mago; él era Draco Malfoy, el joven de veintitrés años que solo quería divertirse con sus dos mejores amigos... Y una casi amiga.

Casi amiga, resopló mientras se enjabonaba el cuerpo por segunda vez.

¿Él y Granger realmente habían llegado tan lejos?

En lugar de responder a esa pregunta, la apartó de su mente.

Sin embargo, ella volvió a entrar mientras él arreglaba su cabello.

La noche de Navidad en París estuvo demasiado fría y ventosa para estar afuera sin una chaqueta o un hechizo de calentamiento, pero allí estaba ella en el patio que daba a la iluminada ciudad. Ella estaba mirando la Torre Eiffel; el asombro que tenía durante sus escapadas de un día por la ciudad todavía estaba allí.

Pero también había algo más en sus ojos.

Lágrimas.

Parecía que estaba experimentando una paz agridulce con el cambio de escenario y descubrió que no quería molestarla. Draco casi se dio la vuelta, aunque se detuvo cuando recordó por qué había salido en primer lugar. Pansy estaba aterrorizando a todos los seres vivos con oídos con una desafinada interpretación de todas las canciones navideñas muggles que conocía, mientras su novio sonreía pacientemente.

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