La hija de Shang QingHua y Shen QingQiu

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Shen QingQiu estaba tocando el guqin en el porche de la Cabaña de Bambú, pasando el tiempo tranquilamente en lo que se hacía la hora de comer.

Era un buen día de primavera. La brisa fresca era realmente reconfortante, seduciendo a Shen QingQiu a pasar el día afuera.

Los agudos sentidos del lord de Qing Jing se pusieron alerta ante el ruido de unas pisadas en el bosque de bambú. Por lo ligero de las pisadas –aunque rápidas– y la torpeza de las mismas, Shen QingQiu lo ignoró; probablemente era un discípulo jugando por ahí.

Una rama crujió bajo el peso de un pie justo al final del bosque, frente a la Cabaña de Bambú. Unos pequeños jadeos y más pisadas aceleradas llamaron la atención del maestro, pero no levantó la vista hasta que el intruso gritó un fuerte:

—¡Mamá!

Shen QingQiu observó completamente consternado como una pequeña criatura corría en su dirección con los ojos llorosos. De nada sirvió su cultivo, ni ser maestro de una importante cumbre ante aquella pequeña criatura que se aferró a sus túnicas, de la cual fue completamente incapaz de defenderse.

Estaba petrificado, sin entender la situación, ni por qué la niña en su regazo no paraba de decir mamá.
Shen QingQiu se las arregló para acariciarle el cabello y encontrar su voz.

—Calma, calma, ¿te perdiste? ¿Estás buscando a tu mamá?

Era extraño que una niña pequeña se perdiera en ese punto de las montañas, pero no imposible, no en un mundo como este.

La niña separó su rostro del pecho de Shen QingQiu y lo miró con su entrecejo fruncido muy fijamente.
Fue entonces que el maestro pudo observar detenidamente el rostro de la infante, quedó absorto en sus increíbles ojos esmeralda. Lentamente volvió en sí y trató de no fruncir el ceño ante la familiaridad de su rostro.

Las fosas nasales de la niña se ampliaron ante un fuerte respiro, pero su respiración se cortó de golpe y se bajó del regazo de Shen QingQiu.

Sin soltar de sus puños la túnica del maestro preguntó:

—¿Mamá?

Shen Yuan no pudo decir nada. El rostro de la niña palideció y pasó por diversas emociones.

—¡Mamá, mamá! ¡Eres mi mamá! ¿Por qué no me abrazas? ¿Por qué no hueles como tú?—gritó mientras jalaba su ropa— ¿Por qué no sueltas tus feromo-

—¿Shizun?

Una figura se asomó por la puerta, con el ceño fruncido y un tono de confusión.

Shen QingQiu observó como la niña retrocedió ante la imponente figura de Luo BingHe y se escondió detrás de él.
Alzó la mano, deteniendo inmediatamente a BingHe, quien al notar a la niña quedó ligeramente pasmado.

—Pequeña...—llamó a la niña quien no sacaba la mirada de Luo BingHe pese a pertenecer detrás suyo.

La niña volvió su atención a Shen QingQiu y rápidamente siguió hablando con voz temblorosa.

—Mamá, ¿quién es él?

—¿Shizun?—esta vez Luo BingHe había alzado más la voz, casi como un chillido.

Shen QingQiu le dio una mirada contrariada a su marido mientras la niña seguía llamándolo mamá y tiraba de su ropa.

—Pequeña, pequeña, dime quién es tu mamá, te llevaré con ella. Tranquila, tranquila—le dio palmaditas en la cabeza como lo hacía con sus discípulos.

La niña se quedó quieta, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras miraba fijamente a Shen QingQiu.

—Papá...—su voz estaba soportando los sollozos, por lo que salió como un pequeño chillido— ¡Papá! ¿Dónde está papá? ¡Quiero ver a mi papá! ¡PAPÁ, PAPÁ!

One-shots de SVSSS [The Scum Villain's Self-Saving System]Where stories live. Discover now