Sentimientos - Jasper Hale

Una respuesta inesperada

— Vale. La verdad es que tuve la culpa de que un niño se quitase la vida cuando íbamos a primaria, como ellos dicen soy una asesina, y lo mejor de todo es que no me arrepiento de lo que sucedió.

Cuando la escucho responderme así noto que lo que me ha contado le trae dolor, que para ella es un trago amargo. Ella ya no me mira, pero al llevar el pelo recogido, puedo ver que está más pálida de lo que es normalmente su piel y que está mordiendo sus labios rosados. Aparto mi mirada tras darme cuenta que me había centrado demasiado en observarla.

A pesar de todo lo que ella habia dicho no puedo evitar pensar que ella no es lo que todos ven. Ellos la ven como un monstruo, uno que siempre anda molesto y cabreado, que les hará daño si se acercan, pero yo veo algo muy diferente. Ella parece alguien timido, pero a su vez decidida, también con una autoestima no muy alta, pero lo peor es el aura de tristeza y soledad que la envuelve, un aura que quiero destrozar. Mi mente me dice que no haga caso a este impulso de darle la mano, abrazarla, calmarla; pues podría poner en peligro a mi familia.

Pero, ¿qué sería de esta chica si todo siguiera así? Que seria de mi si no la ayudo a salir de su dolor, si no pudiera ver una sonrisa en ese hermoso rostro, si no pudiese ver brillo en esos ojos marrón casi negro que me atraen cada vez que me cruzo con ella. Y si alejarme acabase con ella perdiendo toda oportunidad de ser la chica que Alice lleva describiéndome durante toda la semana, esa joven sonriente, entusiasmada, y que me mira con un amor inmenso. Estoy dispuesto a dejar ir la oportunidad de estar junto a alguien que no odie mi pasado, que no vea con temor mis cicatrices. ¿Y si ambos somos los únicos que nos podemos curar?

La miro, mientras Claire toma apuntes de la leccion a la que se supone que deveria estar prestando atención. Veo como el boligrafo está apoyado en sus labios mientras que escucha atentamente al profesor, noto que se ha dado cuenta de que la observo y como sus mejillas vuelven a teñirse de rojo.

Ya tengo la respuesta, no estoy dispuesto a dejarla ir, a abandonarla cuando ambos podemos ser la salvación del otro, porque con tan solo estar a su lado ya me siento mejor que en toda mi vida, mortal e inmortal.