Plan autoerradicado

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"¡JA, JA, JA!" Zim carcajeó con la voz más extrañamente amenazante que se podía tener, se extendió en el último JA para dar un efecto maquiavélico lo cual funciono, también hizo que la computadora reprodujera un efecto de sonido de trueno. ¿No era eso ridículo? Claro que lo era, pero en las circunstancias de Dib... eso solo le hacía temer más por su vida.

"¡ESTUPIDO HUMANO! ¿Cómo te sienes al saber que el maravilloso Zim..."

Dijo el alienígena mientras hacía con la mano un gesto hacia su cara o tal vez su cuerpo para realzar el ego mientras decía su nombre con un tono más "refinado" si se puede llamar de alguna manera.

"será el único que mire tus últimos momentos en este apestoso, pútrido y desagradable planeta?"

¿Cómo había terminado aquí?

Es decir... esa pregunta era fácil, Zim termino justo en su escuela, justo en su salón, y justo cerca de su misma casa al aterrizar por primera vez y crear su falsa vida, pero...

¿Cómo?

¿Cómo uno de sus planes por fin dio frutos?

¡Siempre perdía!, era una regla, ninguno de los dos ganaba nunca, no señor, ni Zim dominaba el mundo, ni Dib lograba conseguir pruebas contundentes sin que las mismas salieran destruidas.

¿Cómo un niño como él termino así...? Bueno... para recapitular, esta mañana era domingo, se levantó, lavó sus dientes, desayunó, e iba a probar justamente en Zim un artefacto de alguna revista sobre cosas paranormales de las muchas que tenía ya compradas; para molestar, era un Táser, pero con baterías más fuertes que las comunes. No supo cómo, no recuerda bien a que horas, pero el chico y el fenómeno espacial terminaron peleando, arrojándose cosas del laboratorio del alíen, se escondió por unos minutos cuando vio que se estaba poniendo feo, el niño incluso logro hacer que una de sus patas de araña se quebrara en un intento por tomar ventaja. Eso es de las peores cosas que le he hecho al momento, se dio cuenta el niño entre la corriente de pensamientos horrorosos, todos involucrando su muerte, entre tanto fatalismo, ese pequeño logro le hacía sentir algo de orgullo.

De cualquier manera, todo esto no tenía sentido. O terminaban ambos heridos, o Dib escapaba sin pruebas, ¿hoy por qué no? Ya había tratado de todo, trató de llamar a Gaz pero nadie respondió probablemente porque estaba muy ocupada jugado algún videojuego, trato de convencer a GIR de que le ayudara pero era inútil, trato de hacerse cargo él mismo de Zim con ayuda de sus conocimientos sobre el alienígena, pero no había ninguna debilidad en su plan, cero, nada. Era inusual.

Estaba muerto. Básicamente estaba muerto. Si no se le ocurría nada para escapar, el alíen bien podría tener razón sobre su final. No era como la vez que lo encerró en un autobús Inter dimensional, ahora estaba solo, mil veces menos complicado que viajar por el espacio tiempo, pero era más peligroso porque a diferencia de eso, no podía hacer absolutamente nada que no fuera hablar.

Había una especie de maquinaria en frente de él, una pistola de rayos de alguna clase, su situación era estar atado a la pared por cuatro esposas, dos en las muñecas y dos en los talones en una posición que lo dejaba como estrella de mar y a pocos centímetros de la máquina.

Por fin en mucho tiempo le dio miedo. Zim le dio miedo, la cosa que consideraba patética, desagradable y hasta asquerosa le dio miedo porque jamás se puso a reflexionar en lo inteligente que era el fenómeno, en que cualquiera de sus máquinas de pesadilla podría acabar con su vida, incluso su rara mochila huevo que era parte de él ¿en verdad todas esas veces habían sido solo suerte? ¿enserio así terminaría? ¿ningún gran final o alguna pelea entre los dos? ¿solo esto?

Estaba enojado, estaba furioso, impotente- NI SIQUIERA SABÍA QUÉ HACÍA LA MÁQUINA EN FRENTE DE ÉL.

"¿Qué me vas a hacer?"

¿Confiar en TI? (¿Por qué deberia?)- ZaDr (ZimxDib)Where stories live. Discover now