Capítulo Treinta y Uno

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Dejó una melodía por si quieren escucharla para que les ayude a conectar bien con el capítulo.

Es la que más use para escribirlo.








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El 14 de febrero de 1997 vino al mundo un pequeño niño fruto del amor de una pareja, pero no de cualquier amor, si no el amor que solo se pueden dar los predestinados.


Song Yejin y Park Bogum.

En aquellos años, Yejin acostumbraba a vivir en la comodidad de su familia hasta que conoció a su alma gemela, desde el primer vistazo cayeron en los encantos del otro y fueron formando una relación que llegó hasta el Altar frente a un Sacerdote.


Se amaron como si no hubiese nada más en el mundo, como si tenerse era suficiente y claro está que así fue o bueno, al principio.

Al tomar decisiones apresuradas, ocurrieron eventos apresurados como el embarazo. Hubiera ido bien, si no fuera porque la empresa de Bogum, quebró. Desempleado y con un hijo en camino, trabajó día y noche como un burro por un miserable sueldo que de broma cubría algunos gastos básicos de su hogar.

Todo su dinero fue para su querida esposa, aquella que sufría por su imprudencia por no poder encontrar un sueldo fijo para ella, así pensaba él.

Y cuando pensaron que podrían mejorar, Park Yoonoh nació justamente en el día de los enamorados, para dar felicidad a aquella pareja abrumados por todas las facturas que debían. Bogum decidió trabajar y esforzarse aún más, haciendo que esto, se volviera un obstáculo para estar con su familia, para conocer a su propio hijo...

Se iba de la casa antes de que saliera el sol y volvía a más de la media noche. Así eran todos los días, una rutina cansadora y asfixiante. Yejin siempre se despertaba para despedirlo y lo esperaba hasta tantas horas de la noche para recibirlo con amor y caricias.

Pero, a Yoonoh muy pocas veces lo veía y cuando lo hacía, siempre era mientras dormía en su pequeña camita y cobija de carritos. Un pequeño bebé tierno y atractivo, todo el que veía al niño no podía evitar caer en su encanto.


Y Bogum era el único que no, ya que sólo podía escuchar todo sobre su hijo de parte de su esposa porque no lo estaba conociendo.


Yoonoh desconocía a su padre y eso se fue notando mientras crecía. Sólo aprendió a llamar a mamá, solo la veía a ella, solo recibía cariño de ella, solo la quería a ella.

Pero cuando empezó a aprender y entender el mundo a través de los libros que su madre le leía o las Caricaturas que veía de la vieja televisión, empezó a desear tener un padre como todos se lo pintan, uno que le proteja, le cuide y le de cariño.

Un Omega Para Jaehyun [Jaedo]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora