𝟎𝟎𝟏

5.7K 306 11
                                    

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴᴏ

ᴍɪᴇᴅᴏ

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Anna Evans

Me desperté por los rayos del sol que atravesaban las persianas, eran suaves, casi como una caricia. Todas mis mañanas eran así de tranquilas en Arizona.

Escuche un par de golpes en mi puerta, me levante de mala gana odiaba los ruidos desde muy temprano, abrí la puerta lentamente solo dejando ver la mitad de mi cuerpo.

—Con esa cara me dices mucho de tu noche, Anna. — regaño mi madre.

Se abrió paso a mi habitación sin siquiera preguntar si podía, cerré la puerta a sus espaldas. Ya sabía que mi mañana paso de tranquila a un dolor de cabeza.

—Solo salí con unos amigos a comer, y se me paso la hora de llegada.

Ella solo se paseaba en toda mi habitación mirando cada rincón de ella, más bien desaprobando que aún no estaba lista mi maleta.

—No me tienes que mentir.—Dirigió su mirada hacia mí — tuve tu edad, hice con Susannah y Laurel bastantes cosas imprudentes. No te juzgo en lo absoluto.

Hay no, aquí va de nuevo otro regaño. Pensé.

—Si mamá, siempre me lo dices.— dije en pleno susurró.—Entiendo a la próxima llegare más temprano.

Ella soltó una risa mientras negaba con la cabeza.

—A quien engaño, no puedo molestarme contigo mi Annie.—Después volteo a ver mi maleta — termina de a cómoda tu maleta por que en unos minutos nos vamos. Tu hermano ya terminó de alistar todo. Entendido — recalco.

—Si esta bien...— suspire pesadamente.

—¿A caso no quieres ir a Cousins?—intervino mi mamá.— Vamos hija, este verano será el mejor que todos. Te lo aseguro.

La verdad no quería ir aun no estaba lista. Pero todo lo hacia por mi hermano y mamá. Ellos deseaban ir con todo su corazón. Sería nuestro último verano todos juntos como en los viejos tiempos pues mi hermano y Conrad estarán en la universidad el próximo año.

—No, claro que quiero ir madre, solo que... siento que este verano va ser diferente.

—Puede ser — murmuro aquello último mientras se dirigía hacia la puerta — quizás no sea el verano, sino nosotros cambiamos.

Tenía razón, nosotros cambiamos ya no era la misma desde que murió papá y dudo que lo vuelva a ser. Me marcó demasiado, ya no podía estar tanto tiempo en la casa por que todo me recordaba a él. La casa, el verano, mi hermano. Mi idiota hermano que cada día se parecía a el.

—Anna.— adquirio mi madre — Solo quiero que intentes pasartela bien, y que vuelva mi niña pequeña.

—Lo intentaré...—murmure para mi misma.

Cerré la puerta apenas ella puso un pie afuera. Camine por toda mi habitación para acomodar mis cosas y saber que iba llevar estas vacaciones. Volte a ver mi cámara vieja que me había regalado mi padre cuando había cumplido once años. Era de el cuando era joven.

—Deberias llevarla—incorporo mi hermano a fuera de mi habitación.

—¡Carajo! — grite.— Que diablos te pasa, ¿Desde, cuando estas ahí parado?

—Hace rato, cuando vi a mi mamá salir decepcionada.

—Hay no, ya vas de nuevo — le dije furiosa.

—Solo digo lo que veo — me dijo con calma — deberías de ayudar de vez en cuando a mamá no lo está pasando bien, últimamente.

—Desde que murió papá no esta bien — Apunte.

—Si, bueno...— se limito hablar — solo has caso Anna, deja de salir a fiestas tan tarde. Esta no eres tu. Entiende.

—Solo trato de divertirme, ¿Qué tiene eso de malo? — pregunté.

—Tienes dieciséis años y apenas los cumpliste, no me jodas —dijo molesto.

—Me dejas cambiarme, por favor.

—¿Tienes miedo, verdad? —pregunto sin rodeos.

—¿Que?, de que tendría miedo.

—De volver a ser feliz, de recordar que hay personas ahí para ti. 

—Las personas no son para siempre, Alex eso bien lo sabes —lo dije en tono suave — Me dejas cambiarme, por favor.— Repetí.

Sin más mi hermano se fue echo fuego, esta más que molesto lo conozco tan bien. Desde que murió papá se volvió el ancla de la casa. Cuando mi mamá lloraba en las noches mi hermano estaba  ahí para ella.

—Perdón.

Murmure para mi misma, regresando a ver mi ropa.

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

—Anna Lilian Evans, como no bajes ya te voy a sacar yo pero a arrastras — me dice Alexander desde el patio.

—Si hay voy — grite desde mi cuerto. Sali de inmediato pero antes guarde la cámara de mi padre en mi bolso y baje.

Ahí estaba parado mi hermano con una gafas de sol que lo hacían ver con un idiota. En el asiento de frente estaba mi madre con un sobrero grande y una sonrisa que hace tiempo no lo veía.

—Lista, Anna — dijo mi madre desde el auto.

—Si, claro — camine alado de mi hermano para abrir la puerta del asiento de atrás. — ¿El idiota va manejar?

—Este idiota, te estuvo esperado más de quince minutos —recalco Alexander.

—Por eso, vas a manejar tu — recalque.

—Anne, porfavor más respeto para tu hermano mayor — dijo mi madre — hijo ya vamonos que los Conklin llegarán primero que nosotros.

La camioneta se movió, y la marcha para la casa de verano estaba en camino. Tenía miedo. Si era obvio pero no por lo que dijo mi hermano era más bien ver de nuevo a todos, después de todo este tiempo. Ya no era la misma no sólo mi forma de ser más bien mi físico. El pelo chino, mis dos coletas y esos horribles braquets. Los deje hace un tiempo. Cuando mi mamá se entero de mi planchado permanente. Se molesto bastante. Pero después se entero que solo duraba si mucho dos a tres años y se le pasó. No se que pasará ahora. Pero tengo miedo.

OCEAN EYES; Jeremiah Fisher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora