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A la mañana siguiente, estaban Maya, Steven, Jeremiah y Laurel en la cocina, la mayor estaba con su ordenador, mientras que sus dos hijos estaban viendo al rubio cocinar.

—¿De verdad hay que posar para que nos haga los retratos?—preguntó Jeremiah mientras cocinaba—¿No puede hacerlo con una foto?

—Vale, aparta—le advirtió el rubio a Steven, que estaba detrás suya.

—¿Qué? ¿Por qué?—le preguntó riendo.

—Necesita veros en directo para captar vuestra esencia, ahora que sois jóvenes—respondió Laurel sin levantar la vista del ordenador. Steven se empezó a reír, y ella añadió—Eso dice. 

—Bueno, Conrad no tiene esperanza—comentó Jeremiah—. De hecho es un caso perdido, pero, mi batido para la resaca lo cura todo.

—¿Puedes darte prisa, por favor?—le preguntó Conrad desde el salón.

—Vuelve a la cama, ¿vale?—le dijo—. En serio, Steven, para ya.

—Oh, venga ya.

—Es un proceso delicado y tu respiración romperá la yema.

La rubia se empezó a reír—Eso... Eso no tiene sentido, Jer.

—No os pinta desde que erais pequeños—empezó a hablar la mayor, volviendo al tema anterior—. Será bonito tener esos retratos cuando seáis mayores.

—Yo creo que cuando seamos mayores será... Hologramas nuestros de cuando éramos pequeños.

Jeremiah le dio al botón de encender de la batidora, haciendo que Conrad se asustara. Justamente Maya había mirado para él, por lo que se empezó a reír al ver su reacción.

—Posad para que os retrate y ya está. Conrad no se está quejando.

—Pero mamá, ya sabes que no tengo paciencia—se quejó la rubia.

—Se quejará cuando esté consciente—aseguró el rubio llevándole el batido a su hermano.

—Vamos, tío, mueve el culo, no puedo llegar tarde el primer día de trabajo—le gritó el hermano de la rubia a Jeremiah.

—¿Yo puedo ir con vosotros?—les preguntó Maya a los dos chicos.

—Sí, claro—dijo su hermano encogiéndose de hombros—. Tal vez hasta consigas tú también trabajo.

Estuvieron hablando un rato más hasta que Belly apareció por la puerta.

—Buenos días—dijeron a la vez Jeremiah y Maya.

—Belly, ¿dónde estabas?—le preguntó su madre un poco preocupada—¿Eso es un moratón?

—Am, ayer choqué con alguien.

—Joder, ya está negro—comentó la rubia.

—Esa lengua—le susurró el rubio riendo.

—¿Que te chocaste con alguien?

—No te queda tan mal—comentó Conrad desde el sofá.

—Eh, ¿cereales?—preguntó Jeremiah cambiando de tema.

—Sí, gracias.

—Ah, Dios mío—se escuchó una voz—. Belly será una debutante—dijo Susannah llegando a la cocina.

La mujer se acercó a abrazarla, mientras las dos reían.

Perdona, ¿Belly? O sea, ¿mi hermana?—intervino Steven confundido.

—Cállate idiota—le respondió bruscamente Belly.

—Hoy se despertó de mal humor—le comentó Maya al rubio en un susurro. Él en respuesta rió, apoyando su brazo en el hombro de la chica.

𝘨𝘰𝘳𝘨𝘦𝘰𝘶𝘴 // 𝘫𝘦𝘳𝘦𝘮𝘪𝘢𝘩 𝘧𝘪𝘴𝘩𝘦𝘳Where stories live. Discover now