8. Un día de trabajo promedio

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Nunca antes se ha sentido Akutagawa tan desmotivado de camino a la oficina. Siempre ha dado lo máximo de sí en el trabajo sin importar qué caso estuviera bajo sus manos. Se ha visto obligado a resolver casos ridículamente sencillos, casi obvios, y no ha llegado a sentir nunca las ganas de dejarlo, pero ahora...

Después de haberlo estudiando a fondo, le es imposible trabajar con la misma diligencia de siempre. Hasta ahora, ha sido capaz de dejar varias cosas en claro:
Primero, que no estaba ante el criminal habitual. No... Los responsables no son ruines ladrones en busca de calderilla fácil, son lunáticos. Le dejan pistas, llevan a cabo sus planes de forma descarada e indiscreta... Quieren atención. Y ese es el peor tipo de criminal al que podría enfrentarse.

Segundo. En definitiva, están relacionados con el Zorro Fantasma. Eso parece obvio a estas alturas, pero, al contrario de lo que puedan pensar, lo interesante de saber esto es la palabra "relacionados". Lo importante no es que tengan que ver unos con otros, sino que no son los mismos. El modus operandi es completamente diferente, se podría decir que los nuevos Zorros están bastante más pulidos. Probablemente sean más.

De todos modos, sigue sin saber cómo están relacionados. ¿Tienen consigo a algún miembro del grupo antiguo? No podría ser Verlaine, eso seguro pero... ¿por qué desapareció entonces todo lo relativo a él? No fueron solo los archivos del caso. Documentos que no tenían nada que ver con el caso, como información sobre sus padres biológicos, trámites de hace años... Todo se esfumó. ¿Un conocido? ¿Un familiar? La primera vez que le investigaron no encontraron a ninguno. Entonces, ¿por qué?

Da igual cuantas veces le de vueltas, solo hace que se desespere más. Lo que sí está claro es que hay algo de utilidad en el pasado de Verlaine, y que, quienquiera que está detrás de todo esto, quiere que lo vea. Si no fuese el caso, no habría hecho un movimiento tan obvio.

Un poco más confiado, ahora que su pequeño resumen mental le ha ayudado a visualizar mejor su objetivo, Akutagawa llega al edificio de la ODAI. Cruza el vestíbulo para tomar el ascensor. No iría directamente a su oficina, antes quería hacer una última comprobación de que en la sala de archivadores de verdad no quedaba nada del Zorro Fantasma de Yokohama. Es más bien improbable que haya algo, pero no se quedaría tranquilo si no echase un vistazo.
Pulsa el botón del tercer piso.

Una vez el ascensor se detiene, pasa entre puerta y puerta del pasillo con paso ligero en busca de la habitación correcta. En medio de su caminata, parece oír el nombre de Ranpo. ¿Aquí? Se oyen voces al otro lado de una de las puertas, una muy alterada, casi hablando a gritos, y la otra justo lo contrario, murmullos imperceptibles que aparentaban ser defensas. ¿Una discusión? Espera... ¿El que grita no es...?

"¿¡... Ahora va a mi departamento a relacionarse con los empleados!? ¡Y creerás que no lo hace a propósito!".

¿El supervisor? Ah, ese hombre... Si ganase dinero por caer bien a los demás, de seguro moriría solo y pobre. Es oficialmente el enemigo común de toda la organización.
Como lo único que busca es reconocimiento, rara vez acababa trabajando con Akutagawa, que se encarga de casos privados. Pero esta vez es uno público, y más que escandaloso. Por supuesto, tenía que meter las narices.

¿Y qué le encuentra haciendo? ¿Será que se está metiendo con un pobre trabajador cualquiera...? Akutagawa se asoma un poco por la puerta, que está entreabierta. No es que le vaya eso de enterarse de la vida de otros pero... la situación parece requerirlo.
Efectivamente, es el supervisor. ¿Y el otro...? Prácticamente murmura al hablar. Es difícil reconocerlo por la voz.

Oh... Le ha visto varias veces con Atsushi, le sería imposible no reconocerle. Pero... ¿Por qué Poe?

"Me he enterado, Poe, de que pretende que trabajes con él. Te lo propuso, ¿verdad?".

Trígono - SoukokuWhere stories live. Discover now