Epílogo: Cuatro años después

1K 123 18
                                    

—Jefe —dijo Kisame, asomando la cabeza por la puerta del despacho de Obito

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.

—Jefe —dijo Kisame, asomando la cabeza por la puerta del despacho de Obito. Sonrió con dientes a Obito—. Parece que podemos recuperar a Ao. Ya no necesitamos su habilidad para cazar a Zabuza. El copy nin lo atrapó.

Obtuvo la historia completa de Kisame, que la había escuchado de un Cazador, que la había escuchado de algunos pueblerinos que habían presenciado la batalla. Kakashi había estado en una misión de escolta de Rango C con su equipo cuando habían sido interceptados por Zabuza y su aprendiz Haku, que también era un nin desaparecido de Kiri. Después de una feroz batalla que Kakashi había estado a punto de perder -Obito apretó los puños ante eso, y lamentó fuertemente su estrecha concentración en los Akatsuki durante la última semana-, Kakashi había intentado matar a Zabuza con su Raikiri, pero Haku se había interpuesto ante el ataque, sacrificándose. Zabuza había muerto poco después.

Kakashi había atravesado con su mano el pecho de Haku de la misma manera que había matado a Rin.

Kisame le miró.

—Así que, jefe —dibujó—, supongo que ahora tienes algún asunto en Amegakure.

Obito lo miró fijamente desde detrás de su máscara.

—Sí —dijo con tono de protesta—, de hecho, lo tengo.

Kisame no era estúpido; hacía años que comprendía el interés de «Madara» por Kakashi. Pero Kisame también era más leal a Obito que a Zetsu o Nagato, y aún no le había dicho nada a ninguno de ellos al respecto. Obito esperaba que siguiera así. Mataría a Kisame si fuera necesario -mataría a casi cualquiera por el bien de su plan-, pero prefería no hacerlo. Kisame era la única persona que hacía que lo horrible de Kiri fuera algo soportable.

Obito se dirigió a Kamui y luego a una posada en el País del Fuego, a unas horas de camino de Konoha.

Kakashi le esperaba dentro, sentado en un profundo sillón con los pies apoyados en la mesita de enfrente, hojeando su novela porno. Levantó la vista cuando Obito se sentó en el reposabrazos del sillón.

—Hola —dijo Kakashi, sonriéndole—. Veo que hoy eres un Ame nin.

—Sí —dijo Obito, pasando los dedos por el pelo de Kakashi con cariño, y luego inclinándose para besarlo.

—Sí —dijo Obito, pasando los dedos por el pelo de Kakashi con cariño, y luego inclinándose para besarlo

Rất tiếc! Hình ảnh này không tuân theo hướng dẫn nội dung. Để tiếp tục đăng tải, vui lòng xóa hoặc tải lên một hình ảnh khác.
A Week in Kiri with the HoundNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ