AYÚDAME (ShinBoru) (SasuNaru)

Traerla De Nuevo 🎭

Los días pasaban en completa tristeza para Boruto quien no quería preocupar a su hermano, por lo cual fingía sentirse bien.

Debía pensar en lo que haría con su vida cuando el rey lo hizo llamar. Entró a la sala real donde Gaara se encontraba junto a su papá y a Sasuke.

— Boruto te hice llamar para hacerte una propuesta — empezó el rey — ¿Deseas formar parte de mis hechiceros?

Aquello en verdad dejó perplejo al rubio quien los miró a los tres asombrado. Parecían hablar en serio por lo que lo sorprendió más todavía.

—¿Puedo serlo?
— Si así lo deseas si, podrías convertirte en uno en un mes
—¿Un mes?
— Así es ¿qué dices Boruto?

— Me encantaría majestad.
— Muy bien — dijo Gaara — Sasuke será tu tutor hasta que seas un hechicero real.

Naruto sonreía felíz al saber que su hijo sería un hechicero real. Empezaría desde ese momento, el rubio mayor llevó a su hijo aparte.

— Hijo, se que sufres por la terquedad de Shinki. Pero ese pelinegro te ama. Depende de tí anular su increíble terquedad. Lo digo por experiencia.

— ¿En serio? ¿O sea que Sasuke no siempre fue el enamorado y cariñoso esposo de ahora?

— Sasuke era peor que Shinki ¿sabes? Me amaba intensamente pero no era suficiente para él.

— ¿Y como lograste transformarlo?
— Con paciencia y mucho amor. Además estuvo a punto de perderme....
— Por tu maldición, lo lamento papá.

Naruto lo abrazó con fuerza para que no se sienta mal.
— No fue tu culpa hijito. No los dejes triunfar.

—Pero....
— Me atacaron para lastimarte. Lo último que quiero, es ser usado para que te lastimen por dios.

Boruto lo abrazaba con intensidad. No dejaría que vuelvan a lastimarlo ni a aprisionarlo nunca más. Sería un hechicero real como él para que se sienta orgulloso de su persona.

Sasuke comenzó con la teoría comprobando que Boruto era muy inteligente y aprendía rápido. Sasuke recordaba a Naruto cuando estaban en la academia, su esposo era muy indisciplinado y duro de aprender la teoría.

Diferente a su hijo quien era una luz. Al cabo de tres semanas había aprobado el examen teórico quedando solo el practico. Aquello lo ayudó al rubio a alejar a Shinki de su cabeza y tener paz mental.

La practica fue mucho más fácil para él debido a los dos bijuus que llevaba dentro y a la intensa experiencia que tenía. Por lo tanto al cabo de una semana y tras haber transcurrido el mes, Boruto se convertía en un hechicero real.

Mitsuki junto a Naruto y Sasuke lo llevaron a festejar a una pulpería del pueblo los cuatro. Boruto se sentía en casa al fin. Ahora solo necesitaba volver a enamorar a Shinki para sentirse completo antes del casamiento.

Cuando volvieron a casa, el rubio menor fue a la biblioteca donde encontró a Shinki enfrasado en la lectura sobre algo que al parecer lo tenía absorvido. Boruto se sentó frente suyo mirandolo e incomodándolo.

Sin levantar la mirada Shinki dijo:
— ¿Qué quieres Boruto? Estoy ocupado como verás.
— Ya soy un hechicero real
— Lo sé, ahora vete.

Boruto frunció el ceño, dolido por la falta de emoción e indiferencia de su prometido. Esto lo hizo actuar con impulso tirandole el libro que estaba leyendo al suelo de un manotazo.

—¿Qué demonios?
— ¡Es importante para mí esto y tú, mi futuro esposo, ni un pelo se te mueve! ¡No estuviste conmigo en la ceremonia maldita sea!

— De no haberme dejado de lado en el momento más importante de tu vida, yo personalmente te habría preparado para que seas un hechicero real y no me habría perdido tu ceremonia. Más bien te habría preparado una ceremonia especial y privada. Pero tu me dejaste de lado como basura, no te quejes ahora.

—¡Rompiste nuestro compromiso no bien llegamos Shinki! Cuando me prometiste que nos casaríamos. Todo fue mentira pero la tuya no la mía.

—¿Cómo podría seguir comprometido contigo después de lo que me hiciste Boruto? ¿Sabes cómo me hiciste sentir?

— Te estaba protegiendo Shinki, nunca permitiría que te maten. Si dejaba que vengas conmigo eso iba a sucederte
— No lo sabes Boruto
— Si que lo se y me dolió que faltes a mi ceremonia.

Shinki levantó el libro que estaba leyendo, así el rubio vio parte de la lectura. Abrió sus ojos enormemente.

— Shinki tú....
— Vete Boruto, solo estorbas.
—¡No! — el rubio arrancó el libro de las manos de Shinki y leyó el texto que el pelinegro había marcado.

Shinki apretó los labios incorporandose para recuperar el libro en cuestión.
—¿Intentas traer a mi hermana a éste mundo?
— No es de tu incumbencia Boruto

La desesperación se adueñó del rubio quien empujó a Shinki al suelo, estaba indignado en verdad. Con sus ojos rojos miró a quien tanto amaba, solo que ahora estaba embriagado por la furia.

—¿Que no es de mi incumbencia? ¡Es mi hermana melliza Shinki! ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Todo lo de ella es de mi incumbencia! ¡Maldito!

Lo atacó estampándolo contra la pared. No soportaba que Shinki se quiera meter con su querida hermana.

— Boruto, hay una forma de traerla teniendo ya tu edad. Es un hechizo de alto rango.
—¿Por qué lo harías Shinki? Después de todo me odias.

— Por Mitsuki ¿acaso crees que no me dí cuenta la forma en que te miraba cuando te transformaste en una chica? Él ama a tu hermana.

— A tí no te importa nadie más que tú mismo maldito príncipe — le espetó Boruto dolido.

Shinki se hizo soltar demostrandole ser tan poderoso como él.

— Serás mi esposo Boruto. Además soy el príncipe, debes respetarme sí o sí. En  cuanto al amor, solo hablaste de tí mismo ¿cierto?

Shinki sujetó el libro y lo devolvió a su estante sin decir nada. Luego agarró a Boruto del brazo y lo arrastró lejos del lugar.

—¡Sueltame Shinki!
— Escuchame bien Boruto. Traeré a Himawari a este mundo y no lo arruinarás.

Boruto miraba a Shinki dolido.
— A diferencia de mí, tu si que me lastimas consciente y a propósito pero yo te amo en serio. Si planeas traerla de regreso yo ire tambien

—¿Irás?
— No soy tonto, se donde se debe ir para traer a alguien del otro mundo sin un cuerpo fisico aquí.

— Iremos juntos entonces. No podremos hacerlo por separado.

Sin decir más ambos se fueron del palacio real, rumbo al altar sagrado situado en Uzu. Por supuesto que nadie lo sabía.