Verso 1, Title Track

466 36 15
                                    

Siguiendo un hilo de humo por un pasillo de hormigón y cemento podrías llegar quizá a la llama de un incendio iniciado por el más pequeño cortocircuito entre una gotera y una lámpara de techo, o quizá a una pequeña hoguera de algún vagabundo que se hubiera refugiado entre aquellas paredes maquilladas con graffiti y posters arrugados de bandas chorras, sería lógico en aquel pueblucho, pero no. Aquel humo te hacía recorrer un laberinto de muros tal que iguales hasta traspasar una puerta insonorizada.
Todo esto nos hace pensar en una sala de ensayo de bajo presupuesto, atiborrada de ceniceros, cerveza y amplificadores de gran tamaño dando lugar a guitarras de extravagantes formas y colores. Bien así sin tener en cuenta al chico tumbado en un viejo sofá de cuero, del cual cigarrillo protaba aquella nube entre blanca
y gris.
Su cabello color negro recaía sobre sus hombros, mientras que sus ojos, a juego con este, permanecían cerrados, disfrutando del sabor de su... ¿Cuantos cigarrillos llevaba ya? No los había ni contado. Digamos que su quinceavo cigarro de aquella noche.

Un poco de ceniza calló sobre la moqueta polvorienta, pero pocó le importó ensuciar más aquel antro.

Eddie no era un chaval maniático, ni ordenado, ni mucho menos responsable. Siempre había tenido ese problema respecto a la fuga del tiempo. ¿Cuantas horas lleva ya ahí sentado? No tenía ni la más puñetera idea.
Probablemente ya era media noche, debería estar en su cama y dejar de pelarse la jodida cabeza en componer, pero no había manera.
Él siempre se había dicho que era un genio musical. No sólo porque lo era, sino porque, ¿Qué más le quedaba? El título de primaria, supongamos.

Al menos le reconfortaba saber que cuando volviese a casa, ya fuera en aquel momento o unos días más tarde, nadie estaría esperandole. No es que no tuviera amigos, no. Es sólo que él era consciente de que él no era amigo de sus amigos.
De todas formas, ¿Qué más le daba? Era igual o más recomfortante el subirse al escenario y tocar con su banda. Por eso no debía fallar, no esta vez, no a unos días de su debut a lo grande.

Así que siguió, fumando, garabateando una libreta y haciendo vagos acordes en su guitarra. Podría estar toda la noche con tal de componer lo más mínimo.
Se había dicho a sí mismo que con un verso le bastaba, pero ni eso era capaz en aquel momento.
Los anillos comenzaban a pesarle más de lo normal y su chaqueta comenzaba a picarle de los nervios. ¿Cómo no iba a ser capaz de componer? ¿Se estaba presionando demasiado? Frunció el ceño y con las mismas volvió a tumbarse en el sofá con resignación.

— Eddie serás puto inútil. —Habló para si sólo mientras inspeccionaba el techo moteado.

—¿Qué cojones haces a estas horas aquí? —Una voz le respondió al instante, lo que le hizo pegar un bote del asiento y tomar su guitarra como arma.

La estaba portando como una especie de bate o hacha, lo cual fue igual o más vergonzoso que aquel estúpido saltito de espanto al ver a Mike, su bajista, en la puerta.

Solo era Mike. Claro, porque, ¿Quién iba a ser sino? Las horas de la noche ya le estaban pasando factura y quizá era señal de largarse a dormir.

—Eso te debería preguntar yo a ti, colega. Yo llevo toda la tarde componiendo, tú... ¿Menuda casualidad, no? —Lo observó de pies a cabeza una vez habiendo dejado la guitarra en el sofá.

—Tío, ¿Qué voy a estar haciendo? Acabo de volver de ver a Will y quería pasarme a ver si podía dejar algunas cosillas que he ido pensando. —El chico obvió demasiado las cosas al pronunciar aquel nombre con una entonación más baja, casi vergonzosa. —Si quieres mañana le echamos un vistazo con Dustin y los demás, ¿Qué me dices?

Eddie tomó las hojas de las manos ajenas sin responder aún. Es verdad que era una ocasión especial el que Mike hubiera decidido componer aunque fuera una pequeña estrofa para el grupo, pero aquel justo era el problema del asunto.

—“¿Tú eres mi princesa y yo soy tu Romeo?” ¿Qué ñoñerías son estas, Wheeler? —Alzó la mirada con una pequeña sonrisa burlesca ante tales poesías. —Joder, Shakespeare en un grupo de Metal.

El rostro del chico rápidamente se tiñó de rojo, acercandose al más mayor para arrancarle los folios de las manos.

—¡Pues tío, búscate algo mejor tú! —Le alzó la voz algo molesto, entre vergüenza y rabia por las burlas hacia su pequeño verso de canción. —¿Qué tiene de malo? ¡Es que no es mi problema que no hayas querido a nadie!

Eddie esta vez estalló en carcajadas, yendo a darle una palmada en el brazo al chico. Realmente no tenía de que reírse, pero aquello no era algo que le doliese y tampoco es que estuviera en las mejores condiciones cuando los ojos se le cerraban solos.

El otro chaval se le quedó mirando, comenzando a reir al poco después, contagiado por el buen rollo.

—Vale, si es algo ñoño, sí. Yo que sé, ya sabes, Will me estuvo ayudando. —Revisó los papeles mientras hablaba, poco después metiendoselos al bolsillo.

—Tranquilo, no me pilla por sorpresa, tío. Es el productor de Steve Harrington, siempre es la misma mierda romanticona. —Apretó un poco los dientes al pronunciar aquel nombre, queriendo darle un pequeño énfasis dramático.

—Tío no te metas con el trabajo de mi novio, le pagan más que a nosotros juntos tras cada concierto, es un genio musical. —Mike no estaba yendo totalmente en serio al decir aquello, pero valía la pena simplemente por ver la reacción del otro.

—¿Un genio musical? ¿Llamas genio musical a “Palabras, no vienen fáciles a mi, cómo encontraré una forma de que veas que te quiero, las palabras no vienen fáciles, las palabras no vienen fáciles a mi?” Tienes que estar demasiado enamorado, deja de pensar con la polla, tío. —Eddie era un completo show cuando estaba molesto. Quizá se podría ganar mejor la vida como cómico que como guitarrista, y eso que era el mejor que Mike había visto. —Es que, nuestra última canción, ¿No es increíble? Compuesta por este servidor, obviamente [...]

Y siguió hablando hasta que su lengua ya no recordaba que estaba diciendo y ambos decidieron pirarse a casa. Mañana tendrían ensayo temprano y era una putada madrugar con resaca y sueño atrasado.

Canción: Words - F. R. David.

Lover's Rock- SteddieWhere stories live. Discover now