Lover's Rock- Steddie

Verso 2, Title Track

—Hermano, no es por ofenderte pero se te ha bajado la sangre a la polla. —Lucas carcajeaba observando las partituras seguidas de las letras elegidas para esta, según Mike. —"Tú eres mi princesa y yo soy tu Romeo" ¿Qué cojones?

—Eso fue lo que le dije yo. —Respondió Eddie entre risas. Era inevitable el que todos acabaran burlándose de Mike a aquellas alturas.

—Sois unos imbéciles, que lo sepais. —El bajista los observaba a todos mearse de risa, dando pequeños tragos a una lata de cerveza. —Will tiene mano de santo para componer, sólo que el metal no es lo suyo.

—A mi me gustan mucho las canciones de Steve Harrington. Tienen su ritmillo. —Comentó el batería del grupo, Dustin, cogiendo un par de patatas de una bolsa de snac. Aquel era un chico demasiado alegre para estar dentro de Hellfire, pensaba Eddie. Pero su don para tocar la batería era innegable, por lo que ahí se encontraba.

—Tío, no vuelvas a decir eso delante de mi guitarra. —Le interrumpió el pelinegro, ofendido por la constante mención del cantante.
No era sólo porque era Pop para consumo de niñas. No eran tampoco los horribles bailes que acompañaban las romanticonas melodías, no. Era Steve.
Tan sólo con verle se le notaba, tremendo cretino, lo tenía claro. No sólo porque era vomitivo ser cantante para ser el amor platónico de chicas de 16, sino, bueno, en realidad sí. Eso era bastante triste.
Además una de sus bailarinas había sido su novia en un pasado, por lo cual era raro cuando este no estuviera metido en polémica, pero, ¿Qué le iban a decir? Al final era la cara bonita del país.

—Que picao tío, además de ser el único sin pareja del grupo eres el más amargado. Las cosas pasan por algo. —Alardeó Lucas gratuitamente, ganándose un aplauso por parte de los demás.

Así es, Lucas llevaba un par de años detrás de una de las bailarinas de Harrington, Max. Una chica de una belleza peculiar, pelirroja y un carácter fuerte. Había que admitir que era atractiva, pero si Eddie comentaba lo que pensaba sobre aquello, juraba que le llevarían preso.

"Una pescadilla que se muerde la cola" , "este mundo es un pañuelo" , "preguntando se llega a Roma". Todo esto formaba parte de su discurso mental sobre cómo estaba hasta la polla de que todo su círculo social estuviera tan involucrado con el del otro cantante.

—Chuparme los huevos todos menos Dustin, que no tengo nada en contra de tu novia. Ahora, si me lo permitís, me piro a fumarme un peta que además he quedado. —Acabó por interrumpir Eddie al salir de sus propios pensamientos, levantándose del suelo para aproximarse a la puerta.

—Uyyy... ¿Con quién? ¿Es una chica guapa? —El bajista le dedicó una mirada coqueta, batiendo sus pestañas como una princesita. Aquello consiguió irritar levemente al mayor, haciendole rodar los ojos y soltar una risita.

—Robin, tenemos que hablar del concierto y de futuras ofertas. —El chiste era que Robin era la manager de Hellfire, además de ser la mujer más lesbiana que había conocido. Y eso era guay, se sentía cómodo con ella desde que tuvo la confianza de contarle sobre su sexualidad.
Probablemente no tenga nada de raro, pero para Eddie, hablar de aquello con un tan sólo socio de trabajo que era él en aquel momento, era de mucho valor. Y ojalá él pudiera sin avergonzarse.

—Entonces nada, colega. Consiguenos un buen bajo si es posible. —Acabó por despedirse Mike, dandole una palmada en el hombro antes de que cerrara la puerta.

Esto llevó a Eddie a encontrarse sentado en una cafetería esperando por la chica, la cual acostumbraba llegar tarde.
Ya había pedido una taza de café hace rato, encontrándose jugueteando con la cucharilla y marcandose una percusión que poco después apuntaría en una servilleta. Sí, Eddie no paraba de pensar en música ni por un segundo.

De un momento a otro, se encontró escuchando la radio local, la cual vociferaba desde un aparato del bar.

“Steve Harrington, el famoso cantante del momento por fin termina su gira por todo Estados Unidos para por fin volver a casa. Afirma que su manager, Will Byers planea nuevos proyectos y futuras colaboraciones que nos dejarán sorprendidos.”

Al escuchar esto, rueda los ojos, acabando por tomar sus cascos y enchufar la cinta cassette con tal de no oír más sobre aquel.

—Buenas buenas. —No había pasado ni 4 minutos desde que llevaba los cascos puestos y ya alguien estaba tirando de uno de estos, hablandole en su oído.
Esto le hizo girarse de golpe, con el ceño fruncido.

Robin solía tener un sentido del humor de lo más raro, por lo que su molestia duraba segundos. Tampoco es que le apeteciera ser un cascarrabias y menos con su manager, la cual llevaba todo el papeleo del grupo.

—Oye, que sepas que has llegado como quince minutos tarde, ¿Dónde estabas?

Robin tomó sitio antes de responder, sentándose justo en frente del chico para poder hablar cara a cara.

—Ocupada, pero, no te enfades anda. —Pareció rebuscar algo en su mochila, a lo que Eddie miró espectante. Esperaba cualquier chorrada, pero no. Una especie de cartel arrugado salió de la bolsa, colocándolo frente a él en la mesa. —Tenéis un concierto debut aquí. No es muy grande, pero ten por seguro que lo vais a petar, suele ir bastante gente.

—Robin. —Una sonrisa de oreja a oreja brotó en la cara del muchacho, levantándose para darle un fuerte abrazo a la chica. Esta lo aceptó con alegría, sintiéndose orgullosa de su propio logro. —¡Eres increíble!

Y así es como poco después Eddie salía de la cafetería con una alegría contagiosa.
Caminaba bailoteando, con marcha rápida. Incluso saludaba a todo el que se le cruzara en frente porque, ¿Sabes qué? Aquello era lo mejor que le había pasado probablemente en su vida.

Por eso, si antes de la noticia ya trabajaba duro, esta vez fue imparable.
Sus compañeros se preguntaban si siquiera dormía, porque todos los días de ensayo traía al menos 5 partituras a probar, notándose entusiasmado, emoción que poco a poco fue contagiando a los demás.

Aquel iba a ser el mejor debut de la historia.