Capitulo II

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In the deep


Al día siguiente, Steve, Robin, Dustin, y esta ves nancy y yo fuimos por comida al supermercado.
Dustin comenzó a poner en el carrito varios cartones de cervezas
-¿problemas de alcoholismo?- Mencionó divertida refiriéndome a Eddie
Dustin: Probablemente- Responde siguiéndome el juego
Robin: Oigan, creen que esto es suficiente?
Dustin: No, necesitamos más!
¿¡Mas?! - Decimos robin y yo al unísono.
-El carrito está repleto de comida!
Dustin: Eddie tiene el apetito de un señor obeso, así que no es suficiente
Steve: Con esto bastará? - Dice llegando con otro carrito lleno de comida chatarra.
Dustin: Sip, con eso bastará- Dice afirmando la pregunta de steve
Nancy: Bien, entonces hay que irnos

Ahora íbamos de regreso al lago, steve tenía el radio encendido, así que íbamos escuchando noticas y una que otra canción que se reproducía aleatoriamente.

Hace un par de horas, se confirmó que el asesino de Chrissy Cunningham es Eddie Munson, estudiante de tercer grado de la preparatoria Hawkins.

-Mierda, eso no es bueno.. - Digo después de escuchar aquella noticia en la radio del auto
Dustin: Tenemos que decirle a Eddie.
Robin: Les molesta si me quedo en el auto?, es que no podría soportar la cara de tristeza de Eddie después de que se lo digamos
Nancy: El estará bien, solo hay que mantenerlo bien escondido

Unos minutos después llegamos a nuestro destino.

Dustin abrió la puerta bruscamente, lo que hizo que Eddie se sobresaltara y nos amenazada con su botella partida a la mitad.
Eddie: Carajo, Me asustaron!
Alzo las bolsas con comida en el aire mientras subo mis cejas- Servicio a domicilio! - Edd al notar mi presencia sonrió de oreja a oreja
Eddie: Me alegra que hayas venido.
-Si.. a mi también me alegra estar aquí - digo dándole una palmada en el hombro.

Steve: Te trajimos cervezas, galletas, cereal y toda la comida en exceso de calorías que pueda haber.
Eddie: Genial
Rápidamente, Edd se acercó a la pequeña mesa donde estaban las bolsas con comida y empezó a abrir el cartón de cervezas y unas papas.
-Que estás comiendo? - Pregunto indignada
Eddie: Pues.. cerveza -
-cerveza y CHEETOS NARANJAS - Recalco las ultimas dos palabras-
Dustin: Que tienen los cheetos naranjas?
-Que Que tienen?, con las peores papas del universo!, todos saben que los mejores cheetos son los azules.
Steve: ¿Que? - Harrington parecía confundido por mi comentario, y supongo que tendría razón para estarlo, digo, nadie se pone a pelear por unos cheetos

Eddie: Estas muy equivocada bonita, el mundo entero sabe que las mejores papas que existen son los doritos verdes
-¿Los Doritos pizzerola?, estas bien?
Nancy: Basta de peleas por cheetos y doritos. Eddie, tenemos malas y buenas noticias, cual quieres primero? - Se notaba que Nancy quería llegar al punto
-Eddie le toma un trago a su cerveza y toma un puño de cheetos- Las malas primero,
Siempre- Responde con la boca llena.
Nancy: Tu nombre ya se hizo público en las noticas, lo más probable es que es que mamás furiosas estén cansándote por ahí y seguramente Jasón y sus amigos también.
Edd parecía estar aun mas nervioso
Eddie: Podemos volver a hablar de cheetos? - Dice viéndome mientras me daba un sonrisa algo forzada, mi única respuesta fue sonreírle de regreso, Eddie de la nada cambia su cara a una de preocupación.
Eddie: _____, tu nariz - Este se acerca a mi y comienza a analizarme de pies a cabeza- ¿Estas bien? ¿¡Te duele algo?!
No pude responder ninguna pregunta de Eddie pues me encontraba aturdida, un pitido comenzó a retumbar mis odios, sentía que me desmayaría.
Rápidamente steve se acercó y me sentó en el suelo con cuidado.
Steve: Oye, ¿puedes escucharme?
-Si, estoy bien steve, solo fue un mareo- Poco a poco me levanto del suelo.
x: ¿Un mareo?, estas segura de eso, ____? - Una voz desconocida era la que hablaba ahora.
Desesperada miro a todas partes, ninguno de los chicos estaba ahí.
-Eddie!, Steve! - Gritó con desespero.

De pronto, un agujero se creó en el suelo, curiosa me acercó a él, estaba oscuro, no se podía ver lo que se encontraba dentro.
Sin previo aviso un extraño tentáculo negro salió de aquel agujero, este se enredó en mi pie, y sin poder hacer nada me jalo hasta el oscuro lugar. Empecé a caer, era como un abismo, un lugar sin fondo.

Luego el sonido de un reloj comenzó a sonar, una, dos, tres y por
Ultimo cuatro campanadas fueron los que dio el reloj.
Y de pronto, desperté.

𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑐𝑜𝑢𝑛𝑡𝑑𝑜𝑤𝑛 Where stories live. Discover now