5. Alina

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Estacione el auto y me quite el cinturón de seguridad.

Mire a mi reloj y era 6:57 am así que estaba justo a tiempo.

Al bajar del auto intenté acomodar mi traje azúl, ya que la falda no me ajustaba y es que al tener tan poco tiempo para juntar mi nuevo uniforme tuve que improvisar.

Maldije en voz baja y me agache cuando un pasador se me abrió.

Y es que si había algo que odiaba eran las faldas, me hacían ver cómo un pingüino.

Una vez acomodado mi nuevo uniforme me incorpore nuevamente y al intentar dar un paso  escuché unas voces.

Me agache ya que fue lo único que se me ocurrió en ese momento.

—¿Es necesario escondernos? — decía una voz femenina.

—Por supuesto, soy tu jefe y debemos guardar una imagen.

—Alex, llévamos saliendo un año.

—El año que llevas trabajando para mí.

—Pero nos conocemos de toda la vida.

—No importa. Sólo quiero protegerte.

—Siempre es lo mismo, me estoy cansando de está mierda.—dijo la mujer y aceleró el paso.

—Espera, Jenn. —dijo Alexander mientras caminaba tras ella.

Me levanté para comprobar que ya no hubiera nadie y al mirar a ambos lados y percatarme de que el lugar estaba vacío re tome mi andar.

Una sonrisa salió involuntariamente tenía un plan.

Una mujer despechada o con una relación frustrada podía ser una gran fuente de información.

Así, que mi primer víctima. Sería Jennifer.

Necesitaba saber a detalle cosas de ella para que de esa manera pudiera tener información que me ayudara con mi investigación.

—Buenos días. —salude a la recepcionista al entrar a la oficina ella me dedico una sonrisa tímida.

—Janna te espera en su despacho. —le regrese la sonrisa y camine a la oficina de recursos humanos.

El despacho era bastante amplio y tenía oficinas pequeñas por todas partes, hasta ahora tenía entendido que se dividía por funciones.

Estaban los abogados civiles, abogados administrativos, los familiares, mercantilistas y el favorito de Dante penales.

Cada piso del despachó era para cada función en específico. Al llegar a la oficina toque la puerta y está se abrió inmediatamente.

—Tú debes de ser Jennifer. La nueva secretaria del señor Casares.

—Si, me dijeron que en cuanto llegará pasará aquí.

—Toma asiento.— obedecí y me senté frente a ella. Saco un folder amarillo de un cajón que tenía junto y me lo dió.

—Para quienes trabajamos aquí es muy importante que tengas en mente dos cosas, una debes leer atentamente el contrato antes de firmar ya que cualquier cláusula rota ameritara una sanción y dos.

Debes firmar un contrato de confidencialidad. —trague saliva. —entendía lo del contrato laboral, pero ¿El de confidencialidad? Eso no era parte del trato.

—¿Porqué de confidencialidad?—dije tratando de no sonar nerviosa.

—Serás secretaria de uno de los socios mayoritarios del buffet y a su despacho llegan casos muy importantes.

Los secretos de DanteWhere stories live. Discover now