13- Un Corazón Roto

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Daniel estaba junto a Amaia sentados en las graderías del gimnasio, ambos estaban esperando a que Emma terminara sus prácticas con las porristas, ver a las chicas bailando y haciendo todas esas acrobacias era algo increíble, sin embargo, la atención de ambos amigos estaba centrada en la conversación que tenían.

—Entonces... ¿No te habla desde el lunes? —preguntó Amaia a Daniel, el cual había estado los últimos tres días triste porque su hermana no le dirigía la palabra.

—Ni siquiera me voltea a ver a la hora de la cena —contestó el chico irlandés con desgano—. Incluso papá ha intentado que hablemos, pero ella simplemente se niega o se encierra en su cuarto toda la noche.

—Es que tienes que aceptar que realmente lo estropeaste con ella —remarcó Amaia. Daniel le había contado a la castaña, Abigaíl y a la porrista lo que había sucedido el lunes con su hermana, ninguna podía creer lo que el chico le había dicho a Dakota—. Sé que es molesto no tener su apoyo en esto con Emma, pero debiste cuidar más tus palabras, Dan. Si bien es cierto tu hermana es una mujeriega que siempre pasa despreocupada por todos los demás, no es así contigo, ni con tu padre.

—Lo sé, Amaia, no es necesario que me lo recuerdes, solo me haces sentir peor —comentó Daniel cabizbajo.

—¿Qué tal si intentas entrar en su cuarto y encerrarla ahí hasta que hablen? —sugirió Amaia, ya que era lo único que se le ocurría en esos momentos para ayudar a su amigo.

—Sería una buena idea... si no tuviera su cuarto cerrado con llave todo el tiempo —contestó Daniel—. Sin embargo, es una buena idea —completó rápidamente al ver la sonrisa apenada de su amiga—. Pero bueno, dejemos de hablar de mi situación con Dakota y dime, ¿vas a aceptar la cita con Mercedes?

El lunes luego de la escuela, Amaia, Emma, Abigaíl y Daniel se habían encontrado con Mercedes en el parque, habían pasado una excelente tarde juntos, el joven irlandés y la exnovia de Amaia se habían caído bien al instante, sin embargo, Daniel había escuchado las advertencias hechas por Emma, Mercedes no era de fiar, más de una vez había engañado a Amaia, y siempre lograba salirse con las suya. De hecho, ese día, Mercedes había invitado a Amaia a una cita a pesar de que la chica sabía que se iría la próxima semana, sin embargo, Mercedes usó la excusa de que todo este tiempo lejos la había hecho recapacitar y darse cuenta de que a quién de verdad quería era a Amaia. Por supuesto, Emma pego el grito al cielo en cuanto Amaia le contó de los planes de su exnovia, Abigaíl no tenía mucho que decir, ya que no conocía muy bien a Mercedes, salvo las pocas veces que la había visto en la escuela antes de que se fuera y Daniel, bueno, él simplemente confiaba en Emma y creía que la chica se la iba a volver a hacer a Amaia.

—No lo creo, Dan, si bien es cierto, estamos en buenos términos, volver con ella o simplemente tener una cita y darle esperanzas de nuevo no sería lo correcto —respondió la castaña, aunque la verdad, lo que sucedía era que empezar o tan siquiera intentar algo con alguien más en esos momentos no era lo que quería, ya que estaba por completo perdida por Dakota—. Además, no pienses que he olvidado lo que sucedió la primera vez, si una sola traición pone en duda la confianza de las personas, varias traiciones simplemente destruyen esa confianza —explicó Amaia—.Y tampoco he olvidado las amenazas de Emma si acepto esa cita... no me gustaría despertar todos los días por dos semanas a las dos de la madrugada todo por ella —finalizó riendo al recordar las amenazas de su mejor amiga de hacerla madrugar para ir a correr a esas horas de la madrugada.

—Bueno, Amaia, sabes que sea cual sea la decisión que tomes, estaré aquí para apoyarte —expresó Daniel.

—¿Aunque eso te gane un problema con tu futura novia? —bromeó Amaia, haciendo que el chico se sonrojara.

The Prank Book (LGTB COMPLETA)Where stories live. Discover now