Capítulo 14: Luz nocturna

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Andantino, Brian Crain


Se bajó del carruaje sin prisa, su porte era elegante y su mirada relajada y seria, como siempre. Tocó a la puerta y la sirvienta lo dejó entrar. Se encontró con Madame Evangeline, quién le sonrió y habló:

—Derek, hoy vienes temprano.

—Buenos días—saludó y se inclinó—Mi madre tenía que hacer unas cosas, así que aproveché el viaje del carruaje y conversé un rato con ella. Espero no ser inoportuno.

Como siempre, Derek se quedaba varios días seguidos en la casa de Al, pero el día anterior tuvo que volver por unos asuntos familiares. Estaba de regreso, pero ese era el último día, por lo que en la noche tendría que volver a su casa.

—Jamás serás inoportuno—dijo sonriendo—Es sólo que Al no está en casa.

—Oh—frunció las cejas, pensativo.

—Hace una hora salió a cabalgar, pero ya debe estar de regreso. Puedes esperarlo en la entrada del establo si quieres.

—Muchas gracias, haré como usted dice.

—Anda, le darás una buena sorpresa—dijo, guiándolo por el hombro...

Derek caminaba a paso lento en las afuera de la mansión, en la parte trasera donde se localizaba el establo.
El espeso follaje y los elegantes caballos que relinchaban le daban una agradable vista. No había ningún sirviente cerca, por lo que buscó un lugar donde sentarse y lo esperó.

El clima era fresco, con los pájaros cantando y la brisa que soplaba ligera. Cerró los ojos y respiró profundo, despejando su mente. Se sintió bastante a gusto estando ahí, esperando.

Cuando a lo lejos, escuchó los cascos lejanos del corcel negro de Alphonse. Se hizo más notorio, por lo que abrió los ojos y lo buscó con la mirada.

Con la espalda recta y apretando las riendas en sus manos se acercó a Derek con una sonrisa. Una fina capa de sudor cubría su frente mientras le faltaba ligeramente el aliento. En el segundo que Alphonse lo vio se sintió emocionado y gritó, aun estando un poco lejos:

—Derek, viniste temprano.

—Quería verte.

Alphonse se rio entre dientes con una actitud un tanto tímida por sus palabras y observó la expresión seria pero linda de Derek. Extendió su mano y dijo:

—¿Quieres cabalgar conmigo? Iremos despacio.

Le devolvió la sonrisa y se subió detrás de él.

Apoyó su barbilla en el hombro de Al e inhaló profundamente, abrazando su cintura. Sintiendo el ligero aroma de su sudor, mezclado con su dulce fragancia. Acercó su mejilla y se frotó en su cuello.
Alphonse se encogió de hombros y musitó:

—No, estoy todo sudado.

—No me importa—dijo sin detenerse—No huele mal.

—Eso dices tú—dijo riendo. Derek no se apartó, pero dejó de hacerle cosquillas, y entonces continuó—Iba a tomar una ducha luego de cabalgar....

—Vamos al lago entonces.

—El clima es algo fresco, ¿no crees que nos vamos a enfermar?

—No si entramos en calor rápido—respondió Derek, a lo que Alphonse rodó los ojos sonriendo.

Llegaron al lago y dejaron el caballo en la pequeña caseta que estaba al lado de la cabaña.

—¿Qué tal si vamos al pueblo? Tengo curiosidad de saber si podremos encontrar un fantasma—dijo Al mientras se quitan la camisa.

El músico de la muerte© [Gay]Where stories live. Discover now