Capitulo dos: cambiando el rumbo de la vida.

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Cuando Zhan regreso a su casa, su mamá estaba preparando unos postres que le habían pedido para una cena a unas cuadras de su hogar, los gemelos dormían su siesta,  Zhan después de saludar y ponerse al corriente con los sucesos ocurridos en la escuela, subió a su habitación a hacer sus tareas, dejando a su mamá muy preocupada por el episodio de agresión hacia si cachorro Omega, más tarde hablaria con su esposo, para que pudiera permiso en el trabajo e ir a la escuela a poner en orden cualquier tema que su pequeño haya omitido por no preocuparlos, también para que supieran que su bebé no estaba desamparado, que cualquiera que quisiera lastimar a su retoño, supiera que aunque humildes pero estaban comprometidos con el bienestar de sus hijos, pues aunque Zhan no fuera un hijo planeado, era tan amado y querido como los más pequeños.

Mientras su mamá terminaba de preparar los postres sus hermanos jugaban en la sala, Zhan hacia sus tareas diligentemente había estado muy ocupado pues planeaba hacer el examen para ganar una beca completa y así pagar sus estudios superiores, sabía que sus padres no le negaría nada pero el también quería poner su granito de arena además sus hermanos estaban retrasando el ingreso a la escuela por pagar las cuotas de el, así con la beca no habría motivo para que sus padres sacrificarán el colegio de los más jóvenes.

Al terminar sus deberes escolares Zhan salió de su habitación y encontró a los pequeños torbellinos jugando con algunos viejos peluches que amablemente la amiga Xuan lu les había obsequiado de los que desechaban en la guardería en la que ella trabajaba, la maestra de preescolar apreciaba mucho a la familia ya que Zhan había cursado ahí su educación preescolar, luego la primaria y cuando Zhan entro a la secundaria su mamá se embarazo de los gemelos, así que ahora que podía ayudar un poco para que los menores tuvieran con que jugar ella encantada les apoyaba con lo que podía.

Zhan se unió al juego con sus pequeños hermanos, su madre salió de la cocina con unos empaques dónde guardaba los postres, que llevaría a entregar, al ver a sus niños jugando tan entretenidos prefirió no separarlos , le dijo a Zhan que ella entregaría el pedido,que luego iría a alcanzar a su padre a su trabajo, para comprar la despensa de la quincena,  que más tarde regresaría para preparar la cena, que se mantuvieran en casa, que se portaran bien, repartió besos a los tres , les prometió unas golosinas para después de la cena.

Salió de su casa con la confianza de que su hijo mayor cuidaría bien a sus hermanos mayores, llegó a la casa donde entrego los postres, de ahí se subió a un autobús para llegar al trabajo de su marido pues hoy le pagaban su quincena, debian surtir la despensa para las siguientes semanas, también llevaba un poco del dinero que había sacado de sus ventas pors debía comprar algunos suministros para su negocio, al llegar a la empresa para la que trabajaba su esposo, este lo recibió emocionado, le habían pagado unas horas extras que le debían, así que aprovecharían para comprar algo de ropa abrigadora para los niños y para Zhan pues sus abrigos y demás ya le quedaban un poco justos.

Compraron todo lo que podían cargar hasta la parada de autobuses subieron a este acomodando su mercancía cerca para no extraviar nada la mujer le contaba a su esposo lo que había pasado en la escuela con ese alfa abusivo, su esposo estaba furioso le decía a su mujer que pediría una licencia en el trabajo para ir a ver ese asunto con los directivos de la escuela, su esposo estaba de acuerdo, de pronto se oyó un fuerte rechinando, gritos Ming abrazo a su esposa protegiéndola con su cuerpo, ella solo alcanzó a pensar en sus hijos que la esperaban en casa con la promesa de las golosinas que ella compro para sus bebés, los había abrazado, besado y dejado en casa esperando por ellos.

Esa fue la última caricia, el último beso, la última despedida que Xing Mei dió a sus hijos ya que al volver de comprar la despensa con su esposo un automovilista borracho, a toda velocidad choco con el autobús colectivo donde venían ellos, ya no supieron más, todo se oscureció y su conciencia se apagó.

Wang Zhan, El Omega Del Señor Wang Where stories live. Discover now