Capitulo tres: el destino es inaudible

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Había muchos tipos de personas ahí en esa sala, estaban los que se creían tan poco alcanzables que miraban con desprecio a todos a su alrededor, otros tan distraídos que pasaban desapercibidos, otros más que trataban por todos los medios de no cometer ningún error, debido a la mirada asesina del señor Wang Yibo, quien fue  invitado por algunos de sus futuros socios o inversionistas de sus proyectos para no generar un ambiente hostil en las negociaciones, les pareció buena idea contratar el servicio del restaurante para una sesión de trabajo.

Obviamente no estaba funcionando el señor Wang estaba a punto de pararse, salir de inmediato de ahí, ya que el mesero que le tocó que lo atendiera estaba más ocupado tratando de coquetear con el, que en hacer un buen trabajo cosa que al Wang simplemente le parecía desagradable, muy  poco profesional.

Además de totalmente infructuoso ya que el como un alfa dominante, de alta cuna jamás permitiría que un empleado de un pequeño restaurante, posará siquiera sus ojos en el, este coqueto mesero ya había tratado incluso de tocarlo según el accidentalmente, el pobre asistente el joven Wen Ning, hacia de todo para esquivar los avances del audaz mesero, cuando de pronto se oyó un grito de horror que alertó a todos en la sala.

Un muy asustado Omega soltaba sus feromonas de auxilio ya que uno de los ejecutivos de la sala había peñiscado una nalga, el pobre chico quien al sentir la agresión a su adolorida pompi chillo de horror, inmediatamente el señor Wang, aspiro los tiernos lotos recién florecidos, el dulce llamado de su Omega pidiendo auxilio, se paró como un rayo furioso de un solo empuje, mando al alfa atrevido hasta el otro extremo de la sala, cargo al Omega que aún gimoteaba asustado, lo saco de la sala llevándolo lo más lejos posible de sus subordinados.

Aspiro el tierno y dulce cuello de su joven Omega, se llenó los pulmones de su aroma acarició la parte dañada, comenzó a dejar salir su aroma para mostrarle al Omega que estaba seguro, que nadie lo lastimaria pues era resguardo con su alfa, estaban tan metidos en sus adentros dónde solo existan alfa y Omega totalmente extasiados, que ni oyeron cuando el joven se acercó a preguntar si todo estaba en orden.

La llegada de otro alfa a dónde estaba la recién formada pareja, los saco del trance Zhan retiro sus manos del empresario, el señor Wang acomodo su fino traje, una pequeña sonrisa se asomó en los labios del joven Wen, quien no podía creer que su engreído, exigente y malhumorado  jefe hubiera perdido la compostura por defender a un joven mesero, de la agresión sufrida por uno de sus futuros socios.

Reconoció después de unos instantes al lindo chico, el cual unos meses atrás había visto en uno de los edificios,  a los cuales el señor Wang visitaba para entablar relaciones comerciales, más tranquilos todos , el alfa se dirigió a su asistente: Lleva a mi Omega a recoger sus cosas, que lo revise el médico de la familia, lo instalas en la casa y esperas mi llamada. El joven Wen asintió a todo lo dicho.

Wang Yibo se jiro a su Omega, el cual aún no entendía la magnitud de las órdenes del alfa, hasta que Wen Ning puso su mano en su espalda para guiarlo hacia afuera entonces reaccionó a lo dicho, el pánico lo envolvió comenzó a llorar, gritar, desesperado que no podía irse, que el devia terminar su trabajo, volver por sus hermanos, que sus padres lo necesitaban para cuando despertarán, que el no podía simplemente olvidarse de ellos, entonces lo sintió, el golpe de calor que salía de sus entrañas, su celo llegó como balde de agua fria.

Su primer celo el cual ya había pensado que no se presentaría jamás por qué al ser un Omega puro no había muchos doctores que pudieran explicar lo que implicaba su extraña condición. Sentía que todo incluso el aire lo derretía, el alfa lo tomo en sus brazos, este se aferró a él lo sacaron por la parte trasera del local subieron a su auto, se marcharon

El Omega interno de Zhan tomo el control, diciendo mientras se montaba en las piernas del Wang, que viajaba a toda velocidad en su automóvil, alfa tómame,marcame pon tus cachorros en mi, soy un buen Omega, tu Omega soy bueno, fértil, resistente, no tendrás queja de mi alfa tómame aquí mismo me duele...si alfa, mi macho se hará cargo mi, alfa  quitame este dolor...el alfa interno de Yibo sacudio su cerebro exigiendo al portador que se apresurara que su Omega lo estaba necesitando que no podían dejar pasar a su precioso chico por tanto dolor.

Cómo si fuera ley sagrada Wang ordenó que llamarán a su casa, que prepararán la habitación con reservas, todo lo necesario ya que pasaría el celo de su Omega en la habitación, no se arriesgaría a qué otros olieran la pasión con que su Omega se entregaba.

Al llegar a la mansión Wang todo estaba preparado, el camino despejado, Yibo tomo a Zhan subió en tiempo récord las escaleras , casi tumba la puerta de lo fuerte que la abrió arrojo a su Omega a la cama, la cuál era tan mullida, calientita cómoda, que solo rebotó suavemente en ella, el Omega comenzó a gimotear al sentirse abandonado.

Gruesas lágrimas salían de sus ojos negros,sentia un profundo dolor al ser dejado en esa deliciosa cama, inundó su tierno corazón, su alfa lo rechazaba....su alfa no lo quería..... Su alfa no lo marcaría... Su alfa no pondría sus cachorros en su vientre.... Acaso se había portado mal... Había echo enojar a su alfa, en profunda agonía el joven Omega se sumio durante cinco....cinco
...si oyeron bien cinco largos y dolorosos minutos, en los que el alfa preparaba su ropa perfumandola, para que su lindo Omega hiciera su nido, ese nido que serviría para tomarlo las veces que se necesitarán para marcarlo como suyo, llenarlo de su escencia, morder su delicada piel y poner en lo más profundo de su vientre a sus cachorros, su futura decencia eso le rebotaba como nunca antes en todo su cuerpo.

El alfa paso toda la ropa que perfumo para su Omega, este al recibir las prendas comenzo sus actividades, acomodo las prendas para hacer un borde alrededor de la cama apelmasando, con sus manos toda la ropa, el alfa solo lo miraba desde abajo de la misma con añoranza, cada que se agachaba para poner otra prenda más, ese redondo culo, acolchonado se movía con una elasticidad impresionante, ya quería amasar esas deliciosas nalgas con sus manos meter su boca entre ellas para así probar su miel, esa miel que hacía milenios no probaba pues su Omega destinado había estado con el desde la época de las sectas ancestrales de china, el y Ying fueron amantes separados por una triste y tragica historia de amor.

Omega ya quiero tenerte, por favor no puedo esperar más déjame tomarte mi amor por favor ha sido mucho tiempo el que me han privado de ti, corazón dame un poco de paz, o mátame de una ves pero no me hagas esperar más por ti, te lo suplico vida me muero de ganas por sentirte, decía Wangji a su Omega quien seguía tratando de lograr que su nido fuera confortable para anidar a su alfa, espera mi amor ya casi también te extrañe, pero quiero que te sientas orgulloso de mi ha sido mucho tiempo lejos quiero que disfrutaremos en grande sin preocupaciones de que se salga de este nido hasta que estemos saciados los dos, te prometo que una ves que termine, no saldremos de el hasta que tu pecho y el mío estén satisfechos, concluyó Ying mineras seguía en su labor.

El poderoso alfa Wangji, como se hacía llamar su lobo interno nunca dió señales de querer para si a ningún Omega, beta o alfa , le daba igual con quien se revocara su portador, el no sentía ni el mínimo deseo hacia esos cuerpos con esencias tan insípidas a su fino olfato, incluso llegó a pensar que había hecho algo muy malo en su anterior vida, que por eso la diosa Luna no le concedió el deseo por ningún género ni casta, pero este Omega tan lindo, tan fresco, con un olor exquisito a flores de agua totalmente delicioso, claro que sería suyo lo tomaría, lo marcaría y lo criaria tanto que mínimo tres cachorros saldrían de este celo.

Wang Zhan, El Omega Del Señor Wang Where stories live. Discover now