》PRÓLOGO《

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En la Segunda Edada el Bosque Negro fue vendecido con dos nuevos integrantes, los príncipes de Mirkwood nacierón gozando de buena salud y el tiempo fue hermoso para todos.

Legolas, el mayor por minutos, gozaba de una hermosa belleza parecido a su padre.
Mientras que Amarïe, llamada así en honor a las estrellas, era muy parecida a su madre.

Pero los tiempo cambian y las guerras cobran vidas, el alma de la reina regreso a Valinor dejando en desconsuelo al pobre rey.

Amarïe crecio dotada de gracia y belleza, belleza parecida a la de su madre y eso era un mal recuerdo para el rey quién se ensaño en alejarla, culpandola de la muerte de su propia madre.

Se mantuvo encerrada dentro de su habitación, no se le permitia salir y los malos tratos de su propio padre se convirtierón en rutina. La cercania de su hermano fue negada y la soledad apagaba de poco a poco su luz.

Mil quinientos años atras, los hermanos jovenes e inexpertos, el dolor palpable en el rey de los elfos sindar del norte lo llevo a cometer un error que no estaría dispuesto a admitir.

-Por ordenes del rey Thranduil, queda desterrada del reino hasta que él desee lo contrario-

Sentada en su cama en estado de shock por las palabras del guardia que siempre custodiaba su puerta, no podía creerlo ¿su adorado padre fue capaz de ello?

-¿Desterrada?-

-Lo lamento príncesa, empaque algo yo mismo se lo dare cuando abandone los limites del reino-

Para el guardia tampoco era facíl la sentencia de su rey, consideraba a la príncesa muy noble y buena para todo lo que ha soportado.

-Es un error-

Sin hacer caso corrío por los pasillos, las lagrimas nublaban su vista dando una imágen lamentable para quien la viera, corría hasia el trono del rey, el trono de su adorado padre.

Sentado magestuosamente como siempre recordaba y su hermano de pie junto al él de forma imponente la mirarón llegar

-¡Ada!-

-¿Qué haces aquí? ¿No fui claro? ¡Largo de mi reino!-

-¡Padre! ¡Mi rey!- exclamo para arrodillarse y rogarle -¡Piedad! ¡Os pido piedad! ¡No me apartes de tu lado! ¡Encerradme mejor pero no me heches del reino! ¡No me aparte de su lado!-

Y el dolor y remordimiento estallarón en el pecho de Thranduil, él provoco que su luz se apagara y muriera lentamente en silencio y ahora la hasia humillarse frente a él... sin dudas su amada estaría horrorisada con él.

-¡Largate! No permitire que la asesina de la reina siga en este reino-

-¡Ada piedad!-

-Legolas, escoltala fuera de mi reino-

Legolas miro a su hermana con desprecio, su padre siempre mensionaba que ella fue la culpable de que su madre muriera y le creía pues no tenía porque mentir con algo tan lastimero

-Camina-

-¡Legolas por favor!- exclamo llorando -¡Hermano!-

-¡Basta!- le espeto mientras la sostenía sin delicadeza de los brazos -¡No soy buestro hermano! ¡No sería hermano de la asesina de madre!-

El cielo lloro con ella, era un joven elfa de apenas cerca del mil quinientos años.
Afortunadamente se adiestro bien en el uso de armas y lucha cuerpo a cuerpo, con su guardia solian entrenar y adentrarse al bosque sin ser vistos, las arañas eran buena forma de entrenar.

Mucho tiempo después, pero antes de que la batalla de los Cinco Ejercitos iniciara, Thranduil revelo la verdad a su hijo, Legolas compartio la culpa de su padre pues igual desprecio a su hermana.

-Legolas tienes prohibido revelar este secreto, como rey te lo ordeno-

-¿Me pides qué calle la injusticia cometida a mi hermana?-

-Es lo mejor, pues aunque la encuentres dudo que quiera escucharte-

Fue sin dudas un hermano despreciable y lo seguiría sinedo por callar tan desgarrador secreto.
La relación de ambos no fue la misma, pero no podían matarse entre ellos, Legolas por ser el príncipe y el por ser el rey.

Durante un tiempo Amarïe vago por toda la tierra, paso por Imladris, Lórien, pero no se quedo más de pocos años en esos lugares.

En tirra de los rohirrim encontro un hogar.
La Casa de Eorl se mostro venebolente, la abrieron las puertas del castillo y de su corazón, sin importar su pasado o raza.

-Estamos dispuestos a ser tu nuevo pueblo, más tienes que jurarle lealtad eterna a Rohan-

Miró a varios reyes posarse en el trono y ayudo a cada uno de ellos.
Contemplo el asenso y caída de la primera línea real de Rohan y observa el transcurso de la segunda.

Le brindaron títulos que portaba con honor y respero ganados a pulso pues siempre lucho con ellos sin importar si muriera. Herborista de la corte, Escudera de Rohan, Caballero de Rohan, Dama de Rohan cuando no hubo hijas, Tercer y Segundo Mariscal de la Marca, en la actualidad Primer Mariscal de Rohan. Sin dudas el mejor de todos fue ser parte del corazón y la familia de todos ellos.

Se formo una formidable guerrera de cabellos casi platinados, montaba un maera de los destinados a la realeza y se rostro cambio a uno mucho más maduro y sabío.

Tiempo despues Gondor fue el país donde su corazón se entrego por completo a un mortal, mortal que conocío desde niño y sin más se convirtío en su alma gemela.

-Mi hermano Boromir cree que usted es muy linda, señorita-

-¡Faramir chiquillo mentiroso!-

-¿si? Pues gracias-

Pero la oscuridad siempre encuentra manera de regresar, consume todo a su alrededor y los valientes países vecinos no se pasan por alto.

Se busca respuestas en todos lados y las partidas son crueles

-oh Boromir ¿me prometes que regresaras?-

-Mi estrella- sujeto su rostro -regresare pues tengo que pedir tu mano ¿recuerdas? El rey Théoden no me la esta poniendo facíl-

-Por favor- de su cuello descolgo un collar de cuarzo blanco sujetado por tiras de cuero negro -tomadlo-

-¿El collar que te regale?-

-Es una promesa mi valiente caballero- beso sus manos al momento de entregar el collar -Promesa de que regresaras con bien a mi-

-Te lo prometo- beso sus labios -regresare a ti- aseguro -Cuida de Faramir por favor-

-Te esperaremos y miraremos tu retorno desde la torre blanca-

Un abrazo y un beso más fue la despedida de ambos, la ultima despedida quizás y eso atormentaba a la elfa.

AMARÏEWhere stories live. Discover now