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No se movió demasiado en la noche debido a lo profundo que se durmió, estaba demasiado cómoda entre los brazos de Eddie que no abrió los ojos en ningún momento. A las nueve aproximadamente fue saliendo de ese profundo sueño por el movimiento del anterior mencionado. Lo primero que pudo escuchar fue la lluvia afuera, era torrencial y apenas entraba la luz de la tormentosa mañana por las cortinas de la ventana. Las sábana con la que se taparon estaba a los pies de la cama, teniendo sus piernas al descubierto, y fue en ese momento que descubrió cómo su pierna izquierda estaba subida en el regazo de Eddie y éste acariciaba su muslo con los ojos cerrados, no parecía estar dormido, pero tampoco del todo despierto.

Chrissy no tenía pensado levantarse, permanecer un poco en esa posición parecía ser la mejor opción. Ahora con la tenue luz que se filtraba, ella podía ver el rostro del muchacho con más claridad. Su cabello castaño que de por sí siempre lucía alborotado, ahora era un desastre, un desastre realmente lindo.Se preguntó si estaría algo despierto. Las caricias en su muslo eran lentas y continuas, así que podría decirse que él era consciente de eso. El contacto de su mano con su muslo le generaba tranquilidad, como al mismo tiempo un escalofrío en el buen sentido.

—Eddie — habló bajito la chica, casi en un susurro.

Él escuchó su llamado al instante.

—¿Mmm? — no estaba dormido, sino entre medio de ambos estados. Abrió los ojos con algo de pereza, aunque una sonrisa se dibujó en sus labios al segundo —. Me estaba quedando dormido de nuevo, desperté hace unos minutos.

Echó un vistazo a su mano en su pierna.

—Perdón si te desperté, pero lo primero que vi cuando abrí los ojos fue verte prendida a mi como un koala de nuevo — dijo con gracia —. No pude aguantar no acariciarte... bueno, debe sonar mal eso, ¿no?

—No, Eddie, no suena mal.

—Espero que no.

Chrissy le dedicó una sonrisa.

—Buenos días por cierto.

—Buenos días — contestó él sonriéndole —. ¿Dormiste bien? No te sentí en toda la noche, debí dormirme muy profundo.

—Dormí como un bebé.

—Ya lo eras, Chrissy — dijo seguido de una risita.

Atrajo más a la chica a su cuerpo, esta vez dejando su muslo para agarrarla de la cintura. Chrissy se rio y trató de zafarse de su agarre en juego, más aún cuando él comenzó a hacerle cosquillas a propósito. Entre risas ella terminó encima suyo, pudiendo apreciar la vista que tenía de Eddie así.

Eddie se frotó los ojos.

—Sigo pensando que te queda muy bien mi camiseta — recordó Eddie viendo ésta y luego a los ojos de la chica—. Si quieres puedes quedártela, a mi no me molesta.

—Oh, no, Eddie, no podría — negó la ojiazul con una sonrisa —. Es de tu club y seguramente es importante para tí.

—Insisto.

—No me la voy a quedar — continuó negando la chica.

Eddie se sentó, apoyando su espalda en la pared.

—Bueno, pero puedes usarla, al igual que todas mis camisetas si quieres — ofreció él. Nunca hubiera imaginado que dejaría a alguien usar su ropa, pero claro, Chrissy era la excepción sin duda.

La chica se quedó así un poco más, viéndolo y apreciando con cariño las caricias que él reanudó en sus piernas.

—¿Cómo estás con lo de anoche? — preguntó Eddie haciendo alusión a la reveladora charla que tuvieron.

 𝐓𝐇𝐄 𝐅𝐑𝐄𝐀𝐊 | ᴇᴅᴅɪᴇ&ᴄʜʀɪssʏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora