veintiséis

1.4K 149 33
                                    

Me levanto de la cama sin emitir ni un solo comentario y salgo de la habitación

Papá está a cinco minutos de irse al hospital, y decido ir a saludarlo antes de que lo haga

Siento como si el beso me hubiera dejado mareada, no soy capaz de razonar correctamente después de lo sucedido. Tanto que ni siquiera escucho a papá llamándome

-¡Tina!- exclama y bajo de mi nube- ¿Estás bien?

Lo miro, tiene su termo de café en la mano y tiene su cadera apoyada en el marco de la puerta. Si tan solo vieran su cara, podrían perfectamente distinguir que está observando a la persona más loca del mundo

En este caso...esa persona sería yo

-Si, estoy bien- respondo con una sonrisa falsa y me acerco a abrazarlo

-Estás roja, mi amor- me toma de las mejillas unos segundos y me analiza con la mirada- ¿Pasó algo?

-No, pa, estoy perfecta- río un poco y vuelvo a abrazarlo- ¿Ya te vas?

-Si, ahora mismo- responde en un suspiro- ¿Haces algo hoy?- pregunta y lo miro extrañada

-¿Por qué?- cuestiono

-Solo pregunto- levanta sus hombros

Busco alguna excusa que reemplace el plan de salir con Juan Pablo toda la tarde, solo por las dudas

-Me reúno con unos compañeros a hacer un trabajo- digo y alza sus cejas

-Que bueno, tinita- acaricia mi mejilla y sonrío- ¿Sabes? Te noto más entusiasmada con la carrera

Y de pronto siento que mi sonrisa pesa unos cuarenta kilos, difíciles de soportar

-¿Sí?

-Si. Me pone muy contento verte así, me hace acordar a cuando yo empecé a estudiar- dice con orgullo- Me gusta que te esfuerces y le pongas empeño

-Debo hacerlo, ¿No? Para algo pagas la universidad

-Eso no importa- niega- Lo que importa aquí es que estés feliz con el camino que tomaste

Si te dijera, papá

-¿Lo estás, no?

-Si, lo estoy- respondo sonriente y deja un beso en mi mejilla

-Estás tan grande- murmura

-Papá...- advierto con diversión y él se separa

-Entendí, entendí- alza sus manos con inocencia y va en busca de su bolso- Lamento no estar tanto tiempo en casa, en unos días se van a solucionar mis horarios, lo prometo

-Tranquilo, lo entiendo- respondo y sonríe dejando un último beso en mi cabeza

-Nos vemos luego, ¿Si?- asiento y camina hacia la puerta- Te amo, adiós

-También te amo- contesto y sale de casa

Siento como mis ojos se llenan de lagrimas cuando pone un pie afuera, y trago con un suspiro el nudo en la garganta que mantuve durante toda la conversación

Eso hago hace ya algunos meses

Me dirijo al baño y dejo la puerta abierta, porque tan solo quiero lavarme la cara y seguir con mi día para olvidarme de esto

Mojo mi rostro con agua helada un par de veces, y cuando subo mi vista hacia el espejo, observo que Isaza esta detrás de mi, mirándome un poco preocupado

-¿Está bien?- pregunta y asiento, tomando la toalla en mis manos

-¿Escuchaste?- cuestiono y asiente con su cabeza lentamente

-¿Por qué no se lo dice?

-Por eso mismo- señalo con mi dedo el lugar donde nos encontrábamos antes- No quiero decepcionarlo

-Creo que se decepcionaría más sabiendo que no es feliz, agos- dice y apoya su cadera en el mueble del baño- Estoy seguro que su papá lo entendería

-¿Y si no?

-En Bogotá tenemos un lugar para uno más, aunque sea paisa- bromea y río un poco

-Gracias- agradezco- Pero no hay manera de que se lo diga

-¿Intentó alguna vez?

-Mil veces- respondo en un suspiro- No puedo, Isaza

-Claro que puede- toma de mi hombros con fuerza- ¿Dónde quedó esa Agostina valiente?

-¿Alguna vez existió?- bromeé

-Hace unos diez minutos cuando se animó a darme un beso- contesta y río un poco sonrojada

Acaricia mi mejilla risueño y luego me toma de la cintura para atraerme a su cuerpo y abrazarme

Me iban a hacer mucha falta estos abrazos

-Cuando vuelva a Medellín, quiero que se lo haya dicho- dice bajito- Yo confío en usted, solo falta que usted lo haga también

-Da igual, si vienen cada mil años- reprocho y carcajea

-Vendremos más seguido, lo prometo- responde y quedamos unos segundos abrazados en silencio- Agos ¿Qué me hizo?

Lo miro confundida

-Ya la extraño y ni siquiera me he ido

Souvenir- Juan Pablo IsazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora