NUESTRO. (Borrador) [Libro #1].

Capítulo 3.

Party.

Theo.

Las mujeres que se adentran en la discoteca se ganan la mirada de los hombres y las mujeres del lugar.

Las observo desde el balcón de la zona VIP. La que porta el vestido plateado me mira por encima del hombro. Sus ojos demuestran molestia, pero no le bajo la mira. Ella tampoco lo hace hasta que es imposible seguir viéndonos.

Sube las escaleras y camina hacia nuestra mesa.

—Buenas noches. —Saluda.

Mi mejor amigo se levanta para recibirlas. Toma a ambas de las manos y les da una vuelta sacándoles una sonrisa. Blake avanza en mi dirección clavándome los ojos. Si fuesen dagas, ya me habría matado.

—¿No que tú no venías? —Me reprocha.

—Pero aquí estoy, ¿te molesta?

—De hecho, sí, tu mera presencia me incomoda.

Me levanto del gran mueble de cuero quedando frente a ella. Debe subir la cabeza para verme a los ojos. Tiene un tipo de odio hacia mí que no comprendo. A lo mejor el idiota de su padre ya le lavo la cabeza.

—¿A qué se debe la molestia? Según tú, no soy más que un idiota que te tomó en el campo de fútbol, y según tu padre, mi familia no está más que compuesta por ladrones y traidores. Solo pasa de mí y déjame en paz. —La rabia es quien habla por mí.

Se desconcierta con lo último que le digo.

—Bueno, si mi padre lo dice, algún motivo debe tener. —Mantiene un semblante frío.

—Claro, es que es muy diferente a ti —le contesto—. Él sí sabe mover sus fichas haciéndose notar sin importar a quién traiciona. En cambio, tú eres una cría que se molesta porque su novio salió de fiesta con unas mujeres.

—Si me molesta o no, no te incumbe. —Se acerca más a mí—. Al menos yo no ando mintiéndole a mi novio sobre lo que hago y dejo de hacer.

—Obviamente. ¿Cómo vas a mentir si te tiene la soga corta? No puedes dar un paso sin que él te autorice.

—¿A ti qué te importa eso? ¿Qué sabes tú de mi relación?

—¡Buenas noches! —La llegada de Isabella nos interrumpe. Lleva puesto un vestido blanco muy ajustado con un escote bastante grande.

Se acerca y le robo un beso. Es un beso lleno de falsedad. Ella no siente nada por mí ni yo por ella. Nuestra relación no es más que una farsa creada por nuestras familias para beneficio propio.

Su expresión es de total extrañeza, ya que nunca nos molestamos en fingir afecto o besarnos, pero esta noche me apeteció.

Me siento en el sofá, invitándola a sentarse en mi regazo. Si vamos a fingir, al menos lo haremos bien.