¿Y si Bella hubiera tenido otra hija? Antes incluso de conocer a Edward, Isabella Swan, o Bella, tuvo una relación con un desconocido, y en eso quedó embarazada, por lo que dejó Phoenix, para vivir con su padre, Charlie, en Forks.
Pero pasan los año...
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POV: Savannah Swan
Después de 15 años, dejé de esperar a Isabella o Renee. Ellas dos nunca sé preocuparon por mí, y no voy a seguir esperando. Así que me convertí en una persona que no esperaba que nadie la salvará.
Pero tampoco me convertí en una persona amargada y fría. Al contrario, soy alegre y juguetona, aveces un poco diabólica, pero no siempre.
Hoy me levanté feliz. Hoy es domingo y no necesitamos usar uniforme, así que solo me puse un crop top blanco, un par de pantalones cortos de mezclilla, una bota y finalmente una chaqueta de cuero. Para aquellos que no visitan a su familia los fines de semana, quedarse en el internado es la mejor opción, durante el día.
Estaba tranquila, sentada en una rama de un árbol, dibujando. Solo Kate sabía que estaba aquí arriba, y fue entonces cuando comenzaron los malditos ruidos. Pero se detuvo cuando unas 6 personas se acercaron a Milena, que estaba sentada debajo del árbol.
—¿Hola, podemos hablar? — preguntó la chica de cabello castaño, a mi Milena.
Sé quién es esa chica. Pero no es posible, debe estar llena de arrugas.
—No tengas miedo. Esta es Bella, tu hermanastra. — dijo el tipo con el cabello de mango chupado.
Pero con lo que dijo, no pude contenerme. Y me reí, ganándome toda la atención de la gente de abajo.
Me bajé del árbol y me encontré cara a cara con ellos.
—No te preocupes Milena, solo te confundieron. — dije y ella se fue asustada. — Si buscas a Savannah Swan... Es esta hermosa chica. — dije con arrogancia.
Todos estaban sorprendidos, y una rubia susurró algo, pero logré escucharlo.
—Eso es porque no soy la hermanastra de isabella. Soy su hija desafortunadamente. — dije con desdén y la ví dispararme con los ojos.
Pero mi atención fue robada por un rubio muy guapo. ¡Guapísimo! Pero su mirada era como si viera algo que no le gustó.
—¿Ella es tu hija? — preguntó el tipo con un moño extraño.
—Oigan, creo que tiene mucho de qué hablar... Con está. — dije mirando a Isabella con desdén.
—¿Me puedes mostrar el lugar? — preguntó él rubio, sorprendiéndome.
— Seguro, vamos. — dije y lo vi decirle algo a los que estaban a su lado y luego me siguió.
