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Bajé hacía el jardín y me senté al lado de la fuente observando como Jungwon practicaba defensa personal.

Tenía un pantalón negro junto a una simple remera también de color negro además que su cuerpo prácticamente entallaba la masa muscular.

— uno due tre. (Uno dos tres) — habló Jungwon mientras ahorcaba al hombre.

Me quedé en silencio para luego ver cómo soltaba al hombre y se alejaba peinando su cabello hacia atrás.
Pude notar que sabía de mi presencia pero justo cuando comenzaba con ataques para impresionarme, me aleje y me dirigí a la cocina.

Allí busqué en la heladera y me hice al menos 7 sandwiches de pan lactal de jamón y queso...
Nada más rico que eso.

Me senté en el sofá comiendo con lentitud hasta oír el timbre de la puerta, me levanté y camine hacia la entrada abriendo la puerta viendo una caja.

— Oh.. ¿Esto es...

La caja se movió un poco por lo que la abrí observando un perro pequeño, un cachorro llorar.

— ohh... Pobrecito. — Susurré alzandolo.

— Su nombre es Max, es un Golden. — contestó Jungwon caminando con sus manos en los bolsillos.

— ¿Max? — lo miré a Jungwon para luego ver al perro.

— ¿Te gustó? — preguntó Jungwon.

Ignoré su pregunta y subí a mi habitación para acostarme  en la cama junto a Max, lo tape con cuidado para acariciar su cabeza con lentitud.

Es muy pequeño y temía lastimarlo de alguna manera...

.    .    .

Moví mi cuerpo a un costado sintiendo la cama fría por lo que abrí mis ojos buscando asustada a Max que no estaba.
Me levanté de la cama tratando de encontrarlo por la habitación pero tampoco estaba en el cuarto, salí al pasillo llegando al pasillo hasta ver una de las puertas que siempre estaban cerradas, ahora abierta.

Caminé en silencio para ver cómo Jungwon estaba agachado mientras esperaba con una pequeña sonrisa a qué max terminara de comer su alimento.

está aquí... — Susurré.

— Si, no dejaba de llorar asique compré su alimento. — contestó parándose.

Me quedé en silencio viendo lo pequeño que era para luego cerrar mis ojos del cansancio.

— Habrá una fiesta asique a eso de las 11 te prepararán.

— una fiesta... Ya veo.

Suspiré sin ganas y alze a max caminando hacia el jardín, allí lo seguí dejando que explorara nuevos lugares.

.    .    .

Llegué a la fiesta junto a Jungwon para caminar logrando reconocer a Matteo a lo lejos junto al señor, ¿Su nombre era Massimo? No lo recuerdo.

Pasé obligadamente mi mano por el brazo de Jungwon para seguir caminando hasta una de las mesas.
Me senté viendo los platos vacíos.

— saludaré a unas personas, quédate aquí.

No le respondí pero aún así obedecí a sus palabras.
Tomé una copa de vino e inmediatamente sentí náuseas asique corrí al baño vomitando todo en el lavabo para luego tratar de sacar el olor y además, tener buen olor en mi boca.

Volví a la mesa viendo cómo Jungwon aún no estaba por lo que aproveché a irme hacia la entrada logrando pasar de desapercibida.
Rodee el lugar buscando una salida entre el jardín para ver qué en arbustos había un hombre de seguridad portando armas.

Uno de los hombres de Jungwon.

Busqué una piedra y en silencio me acerqué a él para golpear al menos tres veces su cabeza con la pesada piedra logrando que cayera al suelo.

No sé si murió por los golpes o si estaba vivo pero simplemente quería irme de aquí.

Tomé la pistola ya que me manejaba mejor con un revolver antes que con un arma pesada y comencé a correr lejos de la mansión del dueño.

Llegué a unos árboles grandes para oír la respiración agitada de Jungwon.

— No... No corras. Dame el arma TN.

Me gire y apunté a su rostro.

— Alejate de mi y déjame en paz.

— Sabía que algo harías y no pude evitar seguirte asique... No me hagas enojar y dame el arma, ni siquiera sabes sacar el seguro.

— ¡No hay seguro! — grité preocupada.

— Tn... — se acerca. — dame el arma, ¿Quieres?

— ¡Un paso más y disparo! — grité retrocediendo un poco.

— ¡Dame la maldita arma! — grito Jungwon furioso.

Apreté el gatillo cerrando mis ojos para abrirlos segundos después para ver qué estaba el seguro y que no le había disparo a Jungwon.

Caí al suelo por su bofetada en mi mejilla mientras comenzaba a sentir su tirón de cabello mientras recriminaba mi acción y además, no dejaba de advertirme que ahora mataría a mamá por obedecelo.

— ¡Suéltame! — grité asustada.

— ¡¿Ibas a matarme!? — preguntó soltando el cabello de Tn para escupirle.

Tomé mi cabeza acariciando la zona en dónde me tiró el cabello para cerrar mis ojos llorando.

— ¡Contesta! — grito

Sentí su patada en mi estómago por lo que cerré mis ojos quejándome por lo bajo.

— ¡Dije que me contestaras! — gritó pateando por cada palabra.

Dejé caer mi cuerpo en el césped del dolor ignorando el hecho de que los hombres hayan separado a Jungwon al saber que sufría un ataque de ira.

maldita perra. — se quejó escupiendo al suelo.

𝑁𝑜𝑡 𝑓𝑜𝑟 𝑠𝑎𝑙𝑒 | YJ & TN | Where stories live. Discover now