𝐂𝐚𝐟𝐞́ «𝐒𝐭𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞»

➦ 𝐂𝐢𝐧𝐜𝐨 ☑

Cᴀғᴇ́ Bᴏᴍʙᴏ́ɴ; 𝐔𝐧 𝐜𝐚𝐟𝐞́ 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐨𝐫𝐢𝐠𝐢𝐧𝐚𝐥, 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐞 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐞𝐜𝐡𝐞 𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐞𝐜𝐡𝐞 𝐨 𝐧𝐚𝐭𝐚.

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Steve entra a la tienda con tranquilidad, siendo su presencia algo casi frecuente en el lugar.

Como dijo, había ido el día siguiente a la cafetería para llevarse un rato al chico a explorar Hawkins juntos.

Se sienta en un taburete algo alejado, sonriendo de inmediato al ver a Munson, distraído y ensimado en esa libreta color rojo sin prestar atención a nada de su alrededor.

Labios fruncidos. Ceño un poco arrugado. Cada tanto su lengua da un recorrido completo por sus labios rosados, seguramente rescatandolos de una sequía.

Embobado, carraspeo leve, atrayendo la mirada café de aquel ruludo.

Nota que en la mirada café ajena pasan muchas emociones.
Sorpresa. Nerviosismo. Alivio y por último, algo de picardía.

Se acerco a donde estaba, poniéndolo nervioso pero no dijo nada al respecto.

─ Steve Harrington, ¿en que te puedo ayudarte el día de hoy?.─ Susurro apoyándose en la barra, derritiendo su cuerpo al sentir la respiración del contrario sobre sus belfos, tentando en silencio.

─ Venía para que me des uno de esos interesantes cafés. De esos que me encantan...

«De esos que me enamoran.» Pensó sin las agallas de decirlo, pero pensando con tal fuerza que podría hasta sentirse su mirada enamorada...

Pestañeo levemente al saber que se había perdido en su espalda, recordando las palabras de la noche anterior.

«¿Te gustaría dejar unas marcas en esta"ancha espalda"?.»
Sus mejillas se calientan como verano, avergonzando su poca discreción.
Desvía la mirada, repiqueteando sus dedos sobre la barra.

─ Un café bombón para usted, guapo.─
Deja la taza de café delante de él y al susurrar lo último a su oído, lo deja paralizado en su asiento.

Harrington alza la mirada para seguir a aquel castaño oscuro, viendo como si fuera la azaña más grande, como limpiaba, ordenaba y preparaba algún café para las tres o menos personas que entraban al lugar.

Recuperado.
Más cuerdo, podría decirse, mira el café para sorberlo con cuidado de no quemarse.

La dulzura en su paladar le hace suspirar y buscar a Eddie con los ojos, notando la mirada ajena sobre la suya.

Se sonríen a la par, quitando la mirada para no incomodar al otro... Por si acaso.

«Flirtea a través del café... Que original eres, Munson.» Piensa de forma algo irónica con un fondo de aprecio y diversión tierna.

Justamente al acabar, Munson se acerca a él para decirle que ya estaba listo para irse.

Steve, aprovechando la soledad del Local, tomó la cintura del ruludo oscuro y le obligó a sentarse en su regazo.

Eddie tapo su rostro, sonrojado y apenado por tanto... tanto acercamiento físico.

─ ¿Que tal estas, Cafetero?.─ Susurra cerca de su mejilla, provocándole un escalofrío a él y una sonrisa en el contrario.─

─ ¿Te pongo nervioso, Munson?.─ Aprieta las caderas ajenas contra él, oyendo un pequeño sonido ahogado del otro chico.

─ Que curiosa reacción.─ Ronronea coqueto.

─ Harrington, para- ─ Dijo en un pequeño jadeo al sentir las manos ajenas bajar levemente por sus muslos internos.

─ Lo siento.─ Aparta las manos al sentirlo removerse, maldiciendo en voz baja.─ ¿Entonces... listo para nuestra primera cita?.

La extraordinaria sonrisa que le regala el castaño de rulos solo le hace suspirar.

Toma su mejilla, dando un beso en su punta con tal delicadeza que Eddie se sentía protegido por una esponjosa nube.

─ Quién diría. Steve Harrington todo un mimos- ─ Abre sus ojos al sentir los labios ajenos en los suyos, incrementando el aleteo de mariposas en su estómago.

─ ¿Te parezco un bombón?.─ Pregunta coqueto al separarse del beso, creando una carcajada en Munson.

─ La verdad es que sí... Solo falta que te ahorque y escupas jalea de frambuesa.─

Steve se paraliza y siente su mente en blanco ante la mano decorada con anillos, pasar por su cuello, acariciando.

Balbucea nervioso bajo la atenta mirada y oscurecida del contrario.

─ Vamos ya, Harrington. Tu conduces.─
Se queda callado ante el guiño y como se quita de encima suya.

Procesa lo ocurrido, antes de salir corriendo detrás del otro.

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