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-Jungkook no es propio de un alfa cocinar. -comentó su madre severa y la sonrisa de Jungkook se borró al instante. Jimin lo notó y por un momento estuvo maquinando formas para acabar con su propia suegra. Y digo acabar, porque tirarla desde la altura a la que se sencontraban no se consideraba un asesinato, ¿no?

-¿Y ya tenéis pensado el día de la boda? -preguntó inocentemente la señora Park, tratando de cambiar de tema. Jungkook se tensó al instante.

-Creo que todavía es muy temprano para hablar de eso mamá, quizás más adelante. -dijo el más mayor de los dos.

-Cierto, todavía es muy precipitado.

-Yo creo que cuanto antes mejor. -sentenció finalmente la señora Jeon, ganándose por milésima vez la mirada fulminante del que sería su yerno.

-Mama por favor, nos conocemos desde hace una semana, no le des más vueltas. Despues de todo es mi vida. -dijo finalmente el pelinegro poniendo fin al tema de la boda. Que ya empezaba a ser tabú para Jungkook.

El resto de la tarde transcurrió normal, descartando las veces que Jimin trató de no llevar a cabo su plan de tirar a su suegra por la ventana. Y esque, para aquel pelirrubio no faltaban motivos.

Desde la frialdad con la que se dirigía a su propio hijo hasta como trataba de obligarlo a hacer todo lo que ella quería. Joder, ¿Acaso pensaba que Jungkook era una marioneta que podía manipular a su antojo?

Afortunadamente su madre había estado ahí para calmar el ambiente tenso que se creaba cada vez que la señora Jeon preguntaba o comentaba algo que sacaba de las casillas a Jungkook, o incluso a cualquiera.

Jungkook suspiró cansado mientras echaba una ojeada a su libro encima de la mesa

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Jungkook suspiró cansado mientras echaba una ojeada a su libro encima de la mesa. Miró distraído la ventana mientras apreciaba el paisaje desde su sitio.

Había llegado la estación, quizás más odiada por el pelinegro, otoño y los árboles repletos de ojas marrones y rojizas era una clara evidencia de ello. El pelinegro no era muy partidarioo del frío, sobretodo si tenía que alejarse de su cálida cama para ir a clases. Se estiró por milésima vez en su sitio mientras bostezaba, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no quedarse dormido.

—¡Jungkook!. —grito su mejor amigo, de volviéndolo a la realidad. —La clase ha terminado.

—Joder Tae, no grites así, ¿nos vamos?

—Últimamente te ves distraído, ¿alguna novedad con ese alfa?, —preguntó preocupado.

—En realidad, no. Ultimamente ese idiota ha estado encerrado en su despacho, trabajando en un nuevo proyecto quizás.

Aunque odiase admitirlo, en pocos días ya se había acostumbrado a la presencia del contrario. Incluso el aroma a vainilla de aquel sujeto le había dejado de parecer desagradable.

—¡¿Enserio?!, —exclamó el contrario ilusionado.

Mierda, había olvidado que Tae era un super fan de aquel escritor de novelas "porno."

Chocolate&VanillaWhere stories live. Discover now