¿Tienes un sugar daddy? ☆ Minsung

¡¿Lee es tu novio?!

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Jisung estaba sentado en su pupitre esperando que su amigo llegará, se estaba mordiendo las uñas. No sabía cómo decirle a su amigo está noticia, solo esperaba que se lo tomara bien.

Vió como Félix ingresaba al aula mientras daba los buenos días, se asombro cuando vió a su amigo sentado. ¿Jisung llegamos temprano? Eso si es raro, normalmente siempre llegaba tarde y a veces no alcanzaba la primera clase por lo que se tenía que esperar hasta la segunda para ingresar.

— Jisung, que milagro que llegas temprano — soltó una risita quitándose su mochila para dejarla encima de su pupitre.

— Oh, sí — Rió nervioso — ¿Podemos hablar en un lugar privado?

— Claro, vamos.

Una vez estuvieron cerca de las canchas Jisung sujeto a su amigo.

— Felixie, tengo que decirte algo muy importante. Espero que nuestra amistad no se arruine por esto — hablo con nerviosismo.

— ¿Estás enamorado de mí o algo así? — bromeó.

— ¡Felixie! Esto es serio — hizo un mohín.

— Esta bien, adelante. Dime

— ¿Conoces al empresario famoso de la marca esa de automóviles? Ese que gana millones y su padre es dueño de varios hospitales privados... Uno pelinegro y con bonito cuerpo.

— ¡Lee Minho! ¡Claro que lo conozco! Más bien, ¿Quien no lo conoce? — hablo Félix.

— Bueno, ese — soltó un suspiro — Pues verás, Esminoviodesdehaceunaño y medio.

— No te entendí nada, dilo más lento.

— Lee es mi novio desde hace un año y medio... — Confeso con la cabeza gacha.

— ¡¿Lee es tu novio?! ¡Dios, no lo puedo creer! ¡Eso explica las cosas caras! — grito emocionado.

— Felixie, baja la voz. Por favor — pidió mientras agarraba a su amigo, el cual daba pequeños brincos.

— Eso significa que... ¿Tienes un sugar daddy? — cuestionó — No está viejo pero aún así te compra cosas muy caras. ¡Dios, ya no eres virgen!

— ¡Soy más Virgen que tú! — se defendió.

— Ya no juego — hizo un mohín.

— Perdón — agarro la mano de su amigo — Por favor no le digas a nadie de esto, te lo cuento porque confío plenamente en tí.

— Te tengo envidia, Sung.

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— Ya callate, Changbin. Si vas a seguir hablando así de mi osito, digo de Jisung. Lárgate — agarro una carpeta donde estaban plasmadas las ventas de este mes del nuevo vehículo que se lanzó.

— No quiero verte llorar otra vez, ni mucho andar borracho en los bares por alguien que solo está interesado en tu dinero — habló enojado.

— Bin. Jisung no es así, él no es como... Ella ¿Entiendes?

— Eso mismo decías de ella y mira, ahora está disfrutando de una casa en la playa con el montón de cosas que le regalaste — dijo golpeando la mesa.

— ¡Jisung no es así! — grito enojado, no iba a permitir que su amigo siguiera diciendo pestes de su novio.

— ¡Claro que lo es! ¿Por qué crees que acepta todos esos lujosos regalos? Mínimo acuéstate con él o que te la chu— no termino la oración porque Minho lo golpeó haciéndolo caer al piso.