¿Tienes un sugar daddy? ☆ Minsung

¿Jisung?

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Minho miraba el portaretratos dónde estaba una foto de Jisung. Ya había terminado su trabajo y adelanto una que otra cosa, en estos momentos no tenía nada que hacer y lo peor es que su osito estaba en la escuela.

— Jisunggie... Ojalá pudieras estar aquí conmigo — murmuró mientras guardaba el portaretratos en un cajón del escritorio.

Escucho como la puerta de su oficina era abierta con brusquedad, levantó su mirada y se encontró con un Changbin muy enojado, este le aventó unos papeles en la cara.

— ¡Oye! ¿Qué te pasa? — Minho agarro los papeles.

— En vez de poner tu firma pusiste el nombre de tu osito junto con corazones, idiota — le reclamó — esos papeles son importantes.

— Ugh, lo siento... No me fijé — rasco su nuca con nerviosismo y vio las hojas.

— Deja de pensar en él por un momento, estos papeles son muy importantes.

— Ya perdí perdón — frunció el ceño.

— Voy a decirle a la secretaria que te traiga unos nuevos y quiero que está vez si pongas tu firma — dijo antes de salir por la puerta.

— Tanto alboroto por unos papeles... Eres muy malo Hyung — se quejó en voz baja.

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— Jisung, creo que deberías tener más cuidado con ese teléfono que te compro tu novio — habló Félix en voz baja.

— ¿Por?

— Las chismosas del salón ya andan esparciendo el rumor de que tienes un sugar, andaban diciendo que te estás acostando con un viejito — soltó una risita.

— Intente devolverle el teléfono a Minhonnie pero el se negó y me dijo que se iba a comunicar conmigo por este teléfono — explicó — No quiero perder comunicación con mi Minhonnie. Quiero y amo mucho a mi Minhonnie.

— Iugh, mucho Minhonnie.

— Ya quiero ver a Honnie, me prometió que hoy iríamos a pasear al parque — habló mientras miraba la hora en su teléfono.

— ¿No es riesgoso eso? — cuestionó.

— Minho va a llevar su rostro cubierto — respondió con una sonrisa.

— Espero disfrutes tu salida, ojalá muy pronto puedas revelar tu relación con Lee y
puedan salir sin la necesidad de que el se tape — se levantó de su asiento.

— ¿A dónde vas? — pregunto.

— A comprar un par de bocadillos, ¿Vienes?

— No traigo dinero — respondió.

— ¿Tu sugar no te dió?

— Cállate... — hizo un tierno mohín.

Pasaron dos horas de clases y finalmente Jisung salió de la preparatoria. Busco con la mirada a su novio, aunque después hizo un puchero ya que Minho no le dijo como reconocerlo.