Más allá de la sed de sangre.

Capítulo 9. Porque te amo no puedo dejarte.

A pesar de estar en medio de una guerra sangrienta dónde tanto cazadores y demonios estaban cayendo, la sola escena de estar con Kotoha nuevamente había hecho que todo se me olvidará, nuestra hija estaba sumida en el llanto feliz de ver a su madre e Inosuke se había acercado para reconocerla, tocar su cara y finalmente abrazarla a lo que Kotoha respondió feliz de que sus hijos por fin los podía abrazar y estar con ellos.

Por mi parte me quedé observando a ellos, mi familia que tanto nos habíamos imaginado Kotoha y yo cuando unimos nuestros corazones en uno solo, la guerra estaba por terminar o eso pensaba ya que la fuerza de Muzan se podía sentir como estaba disminuyendo, gracias a que era un demonio por su sangre muy probablemente también yo iba a desaparecer, así que al menos las últimas horas que pudiera estar en este mundo quería estar con mi familia.

Tamayo se había quedado cerca de nosotros pues aún no estábamos seguros y de nueva cuenta me puse alerta pues volví a sentir la energía de Akaza acercarse así que alerté a los demás.

- ¡Akaza está regresando hacía acá, deben huir de aquí, los alcanzaré más tarde! -. Dicho aquello desde el techo entró Akaza dispuesto a atacar a Kotoha y mis hijos pero inmediatamente me interpuse entre ambos, sus puños chocaron con mis abanicos y tras voltear a mirarlos y sobretodo a Kotoha los cuatro huyeron de la habitación.

«Kotoha, mi amor, perdóname.. pero prefiero verte viva y feliz». Pensé mientras empujaba a Akaza lejos, sabía que probablemente no podría regresar con ellos pero si aquello les aseguraba la vida estaba más que feliz, al menos había podido ver los ojos de Kotoha una vez más y con esa imagen mi pelea con Akaza comenzó nuevamente hasta que uno de los dos sucumbiera.

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Después de que Doma nos diera la oportunidad de huir del ataque de aquel demonio, Tamayo nos llevó consigo hasta otro lugar seguro donde decía que allí no nos podrían tocar, apenas había recuperado la vida misma y por tanto mi cuerpo se sentía tan cansado que tuve que sentarme un momento en el suelo del salón en dónde estábamos, mis hijos montaban guardia para que no fuera a ingresar nadie y Tamayo cuidaba de mi y atendía mis malestares.

- Tranquila Kotoha, le prometí a tu esposo que te iba a cuidar, solo hace falta que Muzan muera y todo se acabará -. La demonio me sonrió y yo le devolví la sonrisa, sabía que aquella maldición que me había inyectado Muzan se acabaría cuando él fuera derrotado, pero ¿Acaso también Doma moriría?

Aquella incógnita no me dejó en paz tras cruzarse por mi mente, no quise preguntar pues tenía miedo de saber la verdad así que me aferré a la idea de que no era posible aquello, cerré los ojos y pensé con todas mis fuerzas que Doma estaría conmigo a mi lado para vivir un poco más de tiempo y ser felices como una vez lo fuimos. Afuera del salón se oía solo el sonido de la batalla, gritos, desesperación, muerte, Inosuke y Reiko querían pelear pero estaban más preocupados por mi que no me dejaron sola en ningún momento a pesar de que sus compañeros caían, todo aquello hasta que se sintió una calma y Tamayo se levantó de golpe exclamando:

- Muzan ha muerto.

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La pelea con Akaza fue realmente desgastante tanto así que ambos estábamos tan cansados y heridos, él más ya que le logré arrancar los brazos y pronto sería la cabeza de no ser porque en ese preciso momento todo se emsombrecio. Muzan había Sido derrotado, la cara de Akaza solo fue de burla hacia mi.

- Te irás conmigo al infierno Doma y esto solo significa que no verás más a esos mortales -. Akaza solo se rió mientras su cuerpo comenzaba a desaparecer, aquello era verdad, con la muerte del demonio principal los siguientes serían sus súbditos.