20

2K 102 93
                                    

cata:

me encontraba en casa de iván, hablando sobre lo que había sucedido entre violeta y él. iván no sabía que pablo y yo lo dejamos, no tenía intención por el momento de mencionarlo. en cambio a iván no se le veía afectado por lo sucedido con violeta, es más, podría asegurar que se le veía en cierta parte aliviado.

— es qué no sabés, violeta se ponía histérica cuando hablaba con vos. — una sensación extraña me recorrió por completo, me sentí con cierta culpa en ese momento. — no sé, tal vez fue lo mejor el dejarla.

— ¿dejarla? ¿ella no fue la que terminó con vos? — iván río nervioso, tomando un sorbo de su bebida energética.

— sí, bueno, nos dejamos ¿entendés? ¿a quién le importa? — soltó irritado. me quedé confundida, hace una hora me había contado el cómo violeta fue tan hija de puta para terminarlo y ahora la historia se sentía un poco sin sentido. — por cierto, ¿te quedas a cenar?

— si, claro sólo deja le aviso a mi madre — le mandé un mensaje y en poco me respondió con un "vos sabés que hacés".

la relación con mi madre siguió como antes en algunas partes, le conté parte de lo que pasó con pablo y que estaba viendo a iván otra vez. esto último le disgustó por completo, hablábamos a veces sobre eso pero siempre terminábamos discutiendo, así que procuraba evitar ese tema.


— ¿qué hay de cenar?

iván:

— ¿no te podés quedar otro rato? estamos muy cómodos así. — recargue mi cabeza otra vez en las piernas de cata, ella comenzó a reír.

— para, boludo. mi vieja me mata si no llego. — me miró con una sonrisa.

— no llegues, quédate.

era tan extraño que aún después de haber pasado tanto tiempo sin tener este contacto siguiera sintiéndome cómo sólo ella me hacía sentir.

— dale, dale. — me levanté para recargarme sobre el respaldo del sillón, cata me imitó sólo que ella recargó su cabeza entre sus brazos.

nos quedamos viendo sin decir nada. sólo nosotros, me sentí bien estando con ella. me sentí bien cuando volvió a mí.

— me gusta pasar tiempo con vos. — tomé su mano y la entrelace con la mía. no objetó pero si se sonrojó.

cata y yo somos amigos, cómo antes. sólo que sin citas, ni besos y procurando evitar este tipo de interacciones aunque por mí no había problema.

cata:

ya comenzaba a oscurecerse así que decidí irme antes de que no se viera nada, iván se ofreció en acompañarme, todo el camino fuimos hablando y en el rato me tomó de la mano.
llegamos cerca de las diez a mi casa, nos quedamos en la entrada hablando.

— ¿sabés? no fue tan mala idea, el volvernos a ver. — se había recargado en la pared frente mío. — ¿y pablito? ¿cómo andá?

dios, que incómodo.

— me la pasé bien hoy, ¿vos? — evité el tema por completo, iván rió y extendió su mano, lo miré con una cara de confusión.

PLAN A | IVÁN BUHAJERUKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora