Capitulo 23

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–¡Levántate y brilla, Seishi!

Seishu gimió y se hundió más profundamente bajo el edredón ante el sonido de la alegre voz de Rindou.

–No, no, no –dijo Rindou, tirando del edredón y exponiendo su piel desnuda al aire frío.

Rusia no era tan fría como decía la gente. Era peor.

–Devuélvemelo o cierra la jodida ventana –se quejó Seishu, temblando y abrazándose a sí mismo–. Es febrero. En Rusia. No es exactamente el momento del año para tener las ventanas abiertas.

–Lo haré… si sacas tu culo fuera de la cama. No vas a pasar todo el día en cama de nuevo.

Suspirando, Seishu se sentó y miró a su amigo.

–No es como si tuviera algo mejor que hacer mientras estás fuera.

Los suaves ojos de Rindou lucían completamente indiferentes de momento.

–Al menos no eres el que se congela las pelotas con este clima, asistiendo a reuniones triviales con personas que apenas hablan Inglés –cerró la ventana–. ¿Cómo me veo?¿Parezco mayor con este traje?

Seishu se encogió de hombros. Era difícil reunir entusiasmo sobre lo que sea en estos días.

–Realmente no. ¿Por qué te importa?

–Quiero que el hombre con el que voy a reunirme me tome en serio –dijo Rindou, con sus cejas doradas juntándose. Tomó su notebook del escritorio y la trajo–. Mira.

Seishu miró al hombre en la pantalla y sintió una vaga sensación de malestar asentándose en sus entrañas. Una imagen no debería haberle producido esa sensación de frío, pero lo hizo. No era la ropa del hombre; llevaba un traje oscuro con clase, no muy distinto al que usaba Rindou. No era la apariencia del sujeto: era alto, en forma, y bastante bien parecido. No podía tener más de treinta, tal vez treinta y cinco años máximo. No, eran sus ojos los que pusieron a Seishu incómodo. La forma en que esos pálidos ojos verdes miraban la cámara… había algo insensible y cruel en ellos.

–¿Quién es ese? –preguntó.

–El hombre con quien voy a reunirme.

–Luce vagamente familiar.

–Es un reconocido hombre de negocios –dijo Rindou–. Posee un buen número de empresas en Europa, pero él es el pez gordo aquí, si entiendes lo que quiero decir. Pregunté por ahí. La gente lo llama un tiburón.

Los ojos de Seishu se abrieron amplios.

–¿Por qué reunirte con él? Dijiste que tu padre no te permitía enfrentar asuntos importantes.

–Esa es la cosa: no lo hace –Rindou apagó la notebook, su expresión sombría, pero decidida–. Papá no lo sabe. Voy a demostrarle que puedo manejar a tipos como este –miró su reflejo en el espejo e hizo una mueca–. Sólo desearía no verme como un estudiante secundario. Oh, bien –suspiró–. Deséame suerte. Voy a necesitarla.

–Buena suerte –murmuró Seishu mientras que Rindou se ponía el abrigo y encaraba hacia la puerta.

Rindou se detuvo junto a la puerta y miró hacia atrás.

–No estoy seguro por cuánto tiempo estaré fuera. Tal vez un par de días. No te quedes en cama mientras estoy fuera de la ciudad… lo sabré. Y no más bebidas hasta que aprendas a retener el licor. Prométemelo.

–Lo prometo –dijo Seishu con una sonrisa forzada.

Rindou no parecía especialmente convencido.

–Le dije al personal del hotel que te alimentara dos veces al día, pero tienes que salir afuera al menos una vez al día, ¿lo entiendes? –Su voz se suavizó–. No es saludable, Sei. Estoy preocupado. Quizás es momento de que vuelvas a casa. Estar lejos claramente no está ayudando.

–No puedo volver a casa. No estando así. Le prometí que no lo molestaría más –Seishu se mordió el labio–. No puedo volver a casa.

Rindou negó con la cabeza.

–Cuando te veo, empiezo a tener dudas sobre desear un amor épico. Tal vez sea más problemático de lo que vale.

Una leve sonrisa curvó los labios de Seishu.

–Un amor épico apesta sólo cuando no es correspondido.

–Sí –dijo Rindou–. Espero ser lo suficientemente inteligente para no perder la cabeza enamorándome de alguien que nunca me ame a cambio.

Seishu se rió por eso. Rindou no tenía idea de lo que estaba hablando.

–Vete. ¿Cuál es el número de la policía local? Lo necesitaré si la mafia rusa te secuestra.

Rindou se rió entre dientes.

–Si la mafia rusa me secuestra, la policía local es el último sitio al que debes llamar –dicho eso, se había ido.

La puerta se trabó al cerrarse tras Rindou, y él estaba solo con sus pensamientos una vez más.

Después de unos momentos de silencio, Seishu se metió de nuevo bajo el edredón y cerró los ojos, ignorando la punzada de culpa por romper su promesa a Rindou.

En su mayoría, no se arrepentía de unirse a Rindou en Rusia. Rindou era una buena compañía y Rusia era… interesante: las personas, las diferencias culturales, el tamaño del país, la enorme brecha entre las clases sociales. Todo era muy interesante y…

Habían sido los más largos, dos meses de mierda en la vida de Seishu. A veces era difícil recordar por qué tenía que levantarse, y esas mañanas eran las peores. Estaba lo suficientemente consciente de sí mismo para saber que tenía un desagradable caso de depresión, pero que no sabía cómo salir de ello. Cómo recuperar algo de control.

Todo en su vida parecía haberse caído en pedazos: su familia, sus relaciones, su lugar en el mundo. En las pocas ocasiones en que habían hablado por teléfono, su padre le había gritado, más que furioso por su partida. Luego de las primeras llamadas, Seishu había apagado su teléfono. No necesitaba las diatribas de su padre para saber que estaba siendo irresponsable e imprudente. Sabía que no debería haberse ido así. Pero no podía volver. Ahora no. No podría manejar a su papá ahora mismo. Seiji no se perdía nada y no tenía reparos en usar las debilidades de la gente en su contra; en su actual estado mental Seishu se encontraría casado con Ayaka antes de poder darse cuenta. Porque su papá tenía razón: era débil. Se volvía débil por Hajime, siempre lo había sido y siempre lo haría, pero era mucho más débil sin Hajime.

Suspirando, Seishu se volteó sobre su estómago, envolviendo sus brazos alrededor de la almohada. Quería superarlo -no era masoquista- pero le resultaba imposible cuando cada fibra de su ser deseaba a Hajime, un dolor profundo que no podía ser superado sin importar a cuántos sitios interesantes lo arrastrara Rindou. Era casi como una necesidad física, como el hambre o el sueño.

Dios, jodidamente odiaba cuan desorientado y fuera de balance se sentía sin la presencia de una única persona en su vida. Su orgullo lo resentía, pero su orgullo no podía cambiar cómo se sentía. Al principio, Rindou le había dicho que era normal que se sienta abatido después de una mala ruptura y que tenía que continuar a través de ello y superarlo, pero después de casi dos meses, Inupi sabía que no sería tan simple para él. No se sentía abatido.

Se sentía como un pez fuera del agua… intentando respirar y fallando.


















No sé si cuente cómo spoiler pero ya lo voy a decir porque luego me van andar diciendo de cosas jajaja, no recuerdo si menciona el nombre de "x" wey pero en dado caso que sea así no me hago cargo de shipps raras o 0 canon que existan jaja yo tomó en serio las opiniones y comentarios de mis lectores, al inicio que salió está adaptación yo hice preguntas y en serio las leí, bueno fin del comunicado.

Intentaré dormir con algo de asmr jajaja hace un mes descubrí que soy adicta a una cuenta de tiktok que hace asmr con kits de juguetes (juguetes normales, no me funen) y creo que realmente me relaja.

No puede ser ya son casi 6:30 AM !! y según yo debo de aprender a dormir temprano... Nos leemos pronto, buen día espero les esté llendo bien <3

COUPS - KokoNuiWhere stories live. Discover now