Capítulo 30

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PABLO

Antes Que Salga el Sol (FMK, Lola Índigo)

18 de diciembre

Es la final.

Y estamos clasificados.

Y yo estoy muerto de nervios, como todos. Busi y Jordi – los veteranos del equipo – no animan.

–Bueno, estamos en la final – dice Luis. Todos, tanto jugadores como equipo técnico estamos atentos a sus palabras –, pase lo que pase, todos estaremos orgullosos de vosotros. Porque el camino hasta aquí ha sido duro, pero, ganaremos. Y sino, pues os lleváis una anécdota preciosa para vuestros hijos – dice Luis, guiñándome un ojo.

–Como diría el gran Johan Cruyff, Salid y disfrutar.

Hacemos un corro y ponemos todos las manos.

–GANAR. GANAR Y GANAR – gritamos a la vez.

GIORGIA

Estamos sentadas justo encima de los banquillos de España. El partido no ha comenzado todavía, solo han salido a entrenar y han vuelto a entrar. Minutos más tarde, salen todos los jugadores y se ponen en filas, para escuchar los himnos. Oímos primero el himno de Francia. Después, el himno español. Se saludan entre los jugadores y todos a excepción de los capitanes, Hugo Lloris de Francia y Álvaro Morata de España, y comienza el partido.

Es el minuto veinte cuando uno de los futbolistas franceses –no sé el nombre ya que soy muy mala para esas cosas – choca con Pedri, haciendo que el canario quede en el suelo durante un rato. El arbitro pita penalti a favor de España, el primero de todo el partido.

El encargado de chutarlo será Ferran.

–Esta nervioso – murmura Sira.

Asiento. Gab ha ido a por unas bebidas –porque la calor que hace en este país no es ni normal.–, y va a perdérselo. Decido grabárselo, aunque con la distancia Ferran parece un minion. Lo acerco para que se vea mejor y ahora ya esta bien.

El valenciano pone la pelota en el césped. Chuta y...

–GOOOOOOL – gritamos Sira y yo como dos locas.

España se pone a la cabeza en el marcador.

...

Fin de la primera parte. Los franceses nos han empatado, con un gol de Pogba en el minuto treinta y nueve.

Comienza la segunda parte, y Francia marca un gol.

Ahí comienzo a ver el partido perdido.

Pero, esta es la selección española, una de las mejores del mundo, y más si ha llegado a la final del mundial.

Koke saca un córner, Pedri mete la cabeza y...

Gol.

Empate.

Gritamos eufóricas, como todos los aficionados españoles.

PABLO

Nos vamos a prórroga.

–No es como un deja vu? – pregunta Pedri –. El primer mundial se ganó en prórroga.

–Si – dice Marcos –, pero era empate a cero. Y estos son buenísimos.

–Y vosotros no lo sois? – pregunta Luis –. Pase lo que pase, tenéis que estar orgullosos de haber llegado hasta aquí, ¿vale?

Todos asentimos. Nos da varias indicaciones y consejos y volvemos al terreno de juego.

...

Fin de la primera parte de la prórroga. No ha habido goles, y mejor no irnos a penaltis.

Luis me cambia y me siento en el banquillo, haciendo que con cada jugada me ponga más y más nervioso, al igual que mis compañeros que están aquí sentados.

Mbappé le hace una falta a Rodri, haciendo que haya un penalti a favor de España. Lo tirará Oyarzabal por lo que se ve.

Todos estamos nerviosos, bajamos a donde esta Luis y todo el equipo.

Mikel coge la pelota. La coloca. Chuta y...

Vivo esto a cámara lenta. Al ver la pelota perforar la red, todos gritamos y saltamos, los que estaban en el campo van hacia Mikel, al igual que todos nosotros.

Acabamos de ganar un mundial.

El segundo mundial de España.

Cuando nos acercamos corriendo me uno al gran abrazo colectivo que se ha formado.

Todos lloran de alegría, y por inercia me acabo uniendo a ellos.

Al separarnos, voy abrazando y felicitando a cada persona que veo.

Abrazo a Pedri fuertemente.

–Lo hemos conseguido – digo, ente lágrimas.

–¿Cómo se siente al haber ganado doble mundial hermano? – pregunta el canario haciendo que ría.

–Bien. Bien. Ha venido, ¿no? – pregunto, y el asiente.

–Esta con Sira, Gab, Alice y los demás familiares en las gradas encima de los banquillos – señala el sitio y voy hacia ella.

Una vez llego, a los banquillos, veo que no hay nadie de los que Pedri me ha dicho.

Noto como me abrazan por detrás.

–Felicidades – dice la italiana detrás mío.

Me giro y la alzo con delicadeza, besando sus labios una vez la tengo agarrada.

–Gracias mi amor. ¿Cómo estás? – pregunto –. ¿Te sientes mareada o cansada? – pregunto, preocupado por el estado de Gigi.

–Estoy bien. Tranquilo. Estoy feliz por ti Pablito. Por cierto, tengo una sorpresa – dice, y le miro confundido.

–Pablo Martin Páez Gavira. Anda que nos informas de tu novia y de mi nieto o nieta futuro – oigo la voz de mi madre detrás mío.

Mierda.

–Hola... – digo con voz miedosa.

–Me duele que no nos hayas presentado a Gio antes hijo, es un amor de chiquilla – dice mi padre, abrazándome.

Hablamos un rato hasta que dicen que tenemos que irnos a hacer la foto con la copa, que Unai ya ha ido a por ella arriba, donde no sé quien se la dará, pero los de la organización han dicho que subiera alguno y Unai era quien estaba más cerca. Lo vemos en el palco central, esta eufórico el vasco. Saluda a todos y cada uno de los que están allí sentados, incluso habla con varios. Luis Rubiales, el presidente de la selección, le entrega la ansiada copa. Unai la levanta con orgullo, y todos, tanto los que estamos en el campo como la afición, gritamos eufóricos. 

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Se viene un pequeño maratón de tres capítulos :) 1/3

Queda poquito para el final :(


ANGELO | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora