family

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    Bob estaba recostado en el sofá enfrente suyo, mirando a todo el grupo con una sonrisa en su rostro. Realmente no parecía tener miedo de su destino, lucía feliz y tranquilo. Erin no había llegado a conocerlo tanto como el resto, pero eso no pudo evitar que un nudo se instalara en su garganta mientras todos y cada uno de los presentes se despedían de el hombre.

La última fue Maggie, todos comenzaron a salir de aquella pequeña oficina con un sentimiento de amargura en su interior. Erin trató de seguirlos, no queriendo quitarle tiempo a las personas que él realmente amaba para despedirse.

“Hey, tú.” Llamó Bob antes de que ella pudiese salir. Todos frenaron en seco mirando a el mayor, buscando a quién se dirigía hasta que su mirada chocó con la de Erin, quién parecía bastante confundida. “Si, tú. ¿No te vas a despedir de este pobre hombre?” Soltó una pequeña carcajada que hizo a Erin sentirse culpable.

“Oh, n-no es eso, es s-solo…”

“Hey, está bien. ¿Sabes algo? Me recuerdas mucho a mi mismo cuando ellos me encontraron… Pero puedes confiar en ellos, ahora eres parte de esta familia. Así que cuida de ellos y cuídate tú. ¿Entendido?” El nudo en su garganta comenzaba a hacerse más grande, asintió frenéticamente luchando porque las lágrimas no salieran de sus ojos y miró a el suelo. No era algo que esperaba escuchar, pero sin duda lo necesitaba. Necesitaba saber que no estaba sola y que tenía a alguien a su lado.

“Gracias… lo haré.” Finalmente Bob le dedicó una sonrisa, a simple vista podía observar el cansancio en su rostro y a su vez el dolor. Sonrió de vuelta, aunque más que una sonrisa parecía una mueca.

“Oh, vamos… ¡Más grande!” Animó el hombre haciéndola reír. “¡Eso es! ¿Lo ves? ¿Lo diferente que es la vida cuando sonríes?” Y Erin asintió, dándole la razón. “Ahora ve, están esperándote.” La castaña miró detrás suyo, la puerta seguía abierta, afuera podía ver las figuras de el resto. Miró de vuelta a Bob, sin quererse despedir de él. Tal vez él tenía razón, tal vez ella ya era parte de esa familia, pero él también lo era.

“Gracias…” Murmuró, pero fue suficiente para que el hombre la escuchara. “Tú también eres parte de esta familia. ” Finalizó, sintiéndose como su voz se quebraba antes de terminar su frase.

“Lo somos… no me extrañen demasiado “ Rió. Erin suspiró, sintiendo el tacto de Sasha en su brazo. La miró y la mujer sonrió un poco para ella, indicándole que todo estaría bien. La castaña comenzó a caminar hasta la puerta y antes de salir se despidió con su mano una última vez.

Para ella era raro pensar que Bob ya no estaría, aquella persona que estuvo con ellos los últimos días. Era tan repentino tener que despedirse. Pero recordó sus palabras y decidió que lo mejor era recodar a Bob por cómo era, aquel hombre que reía de todo, y no por la desgracía que tuvo que vivir. Aunque en su corazón sentía rabia, rabia con el mundo que siempre era injusto con las personas que menos lo merecían, como Bob y como su familia.

Se dedicó a sentarse en una de las sillas el resto de la mañana. Tantas cosas habían pasado pero le asustaba que eso no fuese todo y que aún tuviesen que pasar por más, aún no sabían mucho de el paradero de Daryl y Carol, más que se habían ido por cuenta propia en un auto. Tampoco sabían cuándo podrían por fin partir a Washington y qué les esperaría allá.

Y cómo si su mente lo hubiese manifestado observó como Abraham se ponía de pie y caminaba hasta Rick, extendiendo un mapa.

“Esta será nuestra ruta hasta DC. La seguiremos al pie de la letra hasta que podamos. Si no… bueno, ustedes saben nuestro destino.” Rosita y Eugene también se levantaron de sus asientos, acercándose al pelirrojo. Erin no había sido capaz de escuchar la anterior discusión que ambos hombres habían tenido, ella estaba en la oficina de Gabriel cuidando de Judith, pero se había enterado de el trato que habían hecho. Trato que implicaba que el grupo volviese a separarse, ésta vez llevándose a Glenn, Maggie y Tara con él. “Una vez que Eugene llegué, las cosas comenzarán a cambiar a como eran antes. Ustedes deberían estar ahí para verlo.” Un toque de pena se escuchaba en su voz, Abraham podía tener aquella faceta de hombre fuerte y rudo pero la verdad es que era muy amable y servicial con el resto.

Erin recordó la noche anterior, cuándo él y Rosita se acercaron a hablar con ella para pedirle que se uniera a ellos después de todo el altercado que habían pasado debido a las personas de Terminus. No sabía qué le había dicho Rosita a Abraham sobre ella, pero esto había sido suficiente para que el hombre quisiera su compañía en aquel largo viaje.

Erin estaba bastante indecisa que hasta ese momento no había pensado en su respuesta. Una parte de ella quería quedarse con Rick y el resto, tenía miedo que algo pudiese pasar mientras ellos no estaban. Pero la otra parte de sí misma quería ir, sentía la necesidad de hacer algo por primera vez en su vida, por sus padres, por su hermano y por las personas que ahora la rodeaban.

“Lo harán.” Finalizó Rosita con bastante seguridad en su voz. y Rick asintió.

“Lo haremos.” Seguido de esto el resto salieron de la iglesia, ayudaban a revisar el autobús y los últimos detalles para que el grupo de Abraham pudiese partir.

Todos hacían algo. Erin, a orden de Rick, cargaba algunas latas de comida y botellas de agua hasta el camión.

“Déjame ayudarte.” Habló Rosita, tomando unas de las botellas de agua de los brazos de Erin y caminando delante de ella. Ambas entraron a el camión y dejaron las botellas en dónde la mujer lo indicó. “Y bien… ¿lo pensaste?” Cuestionó en un tono de voz tranquilo pero algo insistente. Erin negó tratando de evitar su mirada.

“Y-yo… no lo sé.” Respondió en voz baja. Rosita suspiró y se acercó, sentándose en un asiento libre.

“Escucha, sé que es difícil y que no es justo que te pida algo así, pero te necesitamos. Necesitamos el mayor número de personas posibles, al menos hasta que el resto nos alcance. Será difícil, probablemente muchos de nosotros no lo logremos, pero lo intentaremos por todos nosotros. “ La castaña escuchó atenta sus palabras.  "Así que, ¿Estás dentro?”

Sus ojos miraron a través de la ventana, miró a las personas que estaban ahí, recordó a las tantas que ya no estaban. Quería llegar hasta Washington, quería poder tener una vida tranquila, sin perder a nadie más. Quería que toda aquella pesadilla terminara. Pero sobre todo, tenía miedo.

"Aún quedan algunas horas antes de partir, pero por favor. Piénsalo." Y seguido de esto la mayor se levantó, caminando hasta la salida del autobús.

"Estoy dentro." Aún indecisa, Erin afirmó. Rosita la miró. "Iré con ustedes a Washington." Y terminada aquella oración la mujer sonrió.

"Bien, le diré a Abraham que tenemos a otro pasajero abordo."

La vió salir, pero a Erin le tomó algunos minutos salir después de ella. Pudo observar desde adentro como le comunicaba la noticia a el de cabellos naranjas y éste asentía, mientras el resto del grupo solo miraban. Cuándo finalmente salió sintió las miradas de todos, aunque algunas no las podía decifrar. Abraham caminó hasta ella y con algo de afecto dió algunas palmadas en su hombro.

"Saldremos en unas pocas horas." Ella asintió, caminando hasta la iglesia para buscar sus pertenencias, que solo consistían en su mochila, poca ropa y un arma. Esperaba que en el camino pudiese buscar y encontrar más cosas.
  
  
     
  
    
  
  





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 ━ 𝗕𝗔𝗗 𝗘𝗡𝗗𝗜𝗡𝗚   ɢ.ʀWhere stories live. Discover now