1. Atípico a lo convencional [*]

476 41 14
                                    

Han pasado mil ochocientos veinticinco días desde que salí de un huevo, lo que significa que mi existencia "afuera" indica que llevo "respirando" cinco años

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

Han pasado mil ochocientos veinticinco días desde que salí de un huevo, lo que significa que mi existencia "afuera" indica que llevo "respirando" cinco años. Bueno, dependiendo de cómo quieras interpretar esa expresión dado el tipo de vida que llevo.

Nos encontramos en Dharkon ―Ciudad antiguamente conocida como Dracalhias (traducido como "Paraíso dracónico" en la lengua dracónica) ―, una ciudad resurgida de las ruinas desde la "Época de Los Doce Dioses" donde en la antigüedad estaba regentada por variante de dragones y variaciones de reptiles (Aklos, Serpes, Crodillions, Saurios, Dracónocos, Lagúrtulos, Tortúreos...). Sin embargo, mediante las historias que he ido recopilando cuando he tenido momentos de paz, he comprendido que doce idiotas con demasiado poder terminaron sepultando bajo una enorme sierra de montaña de piedra negra la Gran Ciudad Principal, y sus variantes hasta las entrañas de la tierra, tragándoselo todo mientras peleaban por idioteces.

Cuando oyes de dragones, imaginas a criaturas mitológicas poderosas, gigantescas y de fuerza hercúlea que podría haber sobrevivido ante cualquier cataclismo dada sus estadísticas, longevidad y sapiencia... hasta que la historia te abofetea en la cara y te muestra que la raza prácticamente ―la dracónica, no las demás― terminó al borde de la extinción y los escasos dragones que se supone que siguen vivos están en algún lugar lejos de cualquier humano o visión divina.

En la ciudad en sí se podía ingresar de dos formas: La primera era maniobrando el intrincadísimo descenso pétreo en el interior de las montañas, sumado al complicado Laberinto Drakan ―nombre acuñado en honor a la diosa que veneraban (Drakaria)―. O la segunda, era arriesgarte por la vía acuífera: Venas de agua que se diseminaban bajo la montaña, entre canales laberínticos, algunos terminaban atravesando la ciudad donde me encontraba.

―¿Ha vuelto a trasnochar, joven amo? 

La voz suave que se ha mantenido callado durante bastante rato en la esquina obscura de mi habitación por fin se pronuncia. Sé quién es. Ni siquiera necesito saber que es de las pocas personas adultas que, en cierta manera, les resulto interesante aunque sea atípico a lo convencional. 

―Espiar a tus señores es de mala educación, Hell ―pronuncio en un tono desairado, ladeando mi cabeza a duras penas unos milímetros del libro que tengo delante―. Es un comportamiento que puede dar hincapié a malinterpretaciones.

―Está en lo correcto, joven amo, pero por contrato de su padre no podría siquiera ni crear una quebradiza incisión en su piel con una hoja de papel.

―Siempre tan sabiondo y correcto... ―murmuro.

―Eso es porque usted merece a alguien sabiondo y correcto a su lado, ayudándole a ser un ciudadano más en esta ciudad oculta del mundo ―alega, comenzando a sonar el suave sonido de sus zapatos de cuero hasta sentirlo tras mi espalda―. Tanto yo como su padre creemos que usted será interesante entre sus hermanos.

𝕮𝚞𝚛𝚜𝚎𝚍 [Actualizándose sólo en Inkitt]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora