Evita que cometa un error

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Hoy era el día más importante en la vida de Elena. Hoy se iba a casar con Stefan Salvatore. El hombre que la había salvado una vez y la había hecho levantarse de la cama cuando sus padres murieron.

El novio perfecto. Todas matarían por ocupar su lugar. Pero a pesar de todo eso Elena no estaba feliz. Tenía un vacío en su interior que ningún hombre más que él... podría llenar.

Se estaba viendo en el espejo cuando apareció Hayley

- Lena, ya es hora. ¿ Estas lista? - pregunto la morena sabiendo que era una situación difícil para su amiga.

- Sabes que siempre te apoyaré en lo que decidas. Eres mi mejor amiga - le dijo Hayley mientras abrazaba por detrás a Elena.

- Sí, lo sé. Por eso te amo Hayley Marshall. Okey hagamos esto - dijo Elena mientras se dirigían hacia la iglesia.
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Las puertas se abrieron y entró Elena junto con Alaric.

Recorrieron todo el pasillo hasta llegar a Stefan que esperaba a Elena con una gran sonrisa en su rostro.

Alaric le entregó a Elena con la amenaza de que la cuidara.

Cuando se pusieron frente al altar vieron a él cura que oficiaría la boda de espaldas rezando.

A Elena verlo le surgió cierta inquietud ya que le resultaba muy familiar y tenía entendido que su sacerdote era morocho no rubio.

Cuando el cura terminó de rezar se dio la vuelta y el corazón de Elena se undio en su pecho.

Todos los invitados se sorprendieron al ver quien era la persona que los iba a casar. Nada más ni nada menos que el infame Klaus Mikaelson.

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- Elena, Stefan bienvenidos - saludo Klaus mientras todos los invitados tomaban asiento.

- La Iglesia de María los recibe con alegría para celebrar junto a familiares y amigos su unión en sagrado matrimonio.

- Dios, es fuente de amor y fidelidad -dijo Klaus mientras miraba a Elena, notando que en su muñeca llevaba puesta la pulsera que él le había regalado hace mucho cuando aún estaban juntos. - porque Dios es amor... entonces escuchemos su palabra con atención.

No había duda de que Klaus estaba haciendo todo su mayor esfuerzo para no tomar a Elena e irse de allí lo antes posible. Pero le debía a ella esto. Por todo el dolor que él le había hecho pasar, por haberla dejado, por haberla amado más que a nada en el mundo.
Le debía estar en el día más importante de su vida. Aunque lo desgarrara hacerlo.

-Estas son las palabras que le dedicó San Pablo a los Corintios... aunque sea el hombre más poderoso del mundo, si no tengo amor soy el más débil - dijo Klaus con la mirada puesta en Elena que seguía impactada e impresionada de que él estuviera allí. Sus ojos amenazaban con desbordarse en cualquier momento.

- Aunque tenga toda la fé, una fé capaz de mover montañas - dijo viendo por un momento a los ojos a Stefan quien estaba enojado y nervioso por su presencia ya que no sabía como podría reaccionar Elena -si no tengo amor no soy nada - terminó de decir con su mirada de vuelta en ella.

-Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres, si no tengo amor no me serviría de nada.

-El amor es paciente, es servicial.  El amor todo lo cree, todo lo puede. Todo lo soporta. El amor nunca se acaba, porque sin amor no somos nada.
Por eso hoy el verdadero amor los trae hasta acá. Para consagrar su vida en sagrado matrimonio - dijo Klaus viendo como una lágrima corría por la mejilla de Elena haciendo que su corazón se estrujara con cada palabra que salía de su boca.

- Voy a pedirles a los dos su consentimiento.

-Stefan Salvatore, ¿aceptas por esposa a Elena Marie Gilbert y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad para amarla y respetarla por el resto de tu vida? - le preguntó a él hombre que se iba a casar con el amor de vida. El hombre que en cuanto hubo un problema entre el y Elena aprovecho para entrometerse y llevarse a Elena. Y lograr que hoy este a su lado en el altar.
- Sí, acepto -respondió Stefan mientras Elena lloraba internamente deseando que él hubiera dicho que no.

-Elena Marie Gilbert, ¿aceptas por esposo a Stefan Salvatore y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y la enfermedad para amarlo y respetarlo por el resto de tu vida? - pregunto Klaus y sintió que nunca había tenido que decir algo que destruyera tanto su interior.

Ambos se quedaron viendo a los ojos transmitiendo muchas emociones entre ellos. Elena parecía que iba a romperse en cualquier momento y Klaus aunque por fuera parecía tranquilo, por dentro estaba luchando con todas sus fuerzas para no desmoronarse.

- Elena tenes que responder -le susurró Stefan. Pero Elena no podía apartar su mirada de Klaus ni pronunciar ninguna palabra.

-Elena... -comenzó Klaus -¿ Estás enamorada de este hombre? ¿Lo amas tanto como para comprometerte ante Dios por el resto de tu vida? Encerio decime la verdad, cariño ¿lo amas tanto para eso? -era la última oportunidad que tenia Klaus de saber si podía recuperar a su amada o no.

-Contesta Lena, deci que sí -insistió Stefan.

Elena estaba paralizada en su lugar. Por un lado tenía a él hombre que amaba y que una vez hubiera dicho que aceptaba de inmediato y por otro lado tenía al el hombre que había hecho de su vida un desastre, que había matado a la mujer que considera como una madre y que a aún así había logrado meterse tan profundamente en su piel que ahora no sabía que responder.

Elena se dio la vuelta y con la mirada encontró a Hayley, como pidiendo ayuda para ver que hacía. Hayley entendió su pregunta y le hizo seña de que no.

Ante esto se dio vuelta y miró a los ojos a él hombre que amaba con todo su ser. Tomó su vestido y salió corriendo por el pasillo hasta salir de la iglesia.

Los invitados quedaron sorprendidos por la situación, Stefan se quedó parado sin saber qué hacer y Klaus no perdió más tiempo en sacarse la ropa de sacerdote e ir tras la mujer que amaba.

Elena corría lo más rápido que podía con los tacones puestos mientras por su rostro caían todas las lágrimas que había estado conteniendo.

-¡Elena! ¡Elena, por favor para!-gritó Klaus detrás de ella. Pero elena seguía corriendo hasta que él logró alcanzarla.

- Soltame, soltame que haces- preguntó Elena.

-Espera mi amor, por favor no te vayas.

-¿Porque estas aca? ¿ porque volviste?

- Porque te amor mi amor -dijo Klaus mientras la abrazaba y la besaba.

-El auto está acá a la vuelta dijo Elijah que los había seguido.
-¡Dale vayan!

Elena y Klaus se subieron al auto y conducirán hasta llegar a Nueva Orleans que sería su hogar por el resto de sus vidas.

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Bueno hasta aquí va a ser el final de esta historia. Espero que te haya gustado. Por favor comenta y déjame saber lo que piensas.

#klenaforever❤❤❤

One Shots KlenaWhere stories live. Discover now