WRONG, harry potter

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Quizás Lonnie no se esperaba que su hermano se tomara muy en serio lo de: "invita a quién quieras". Él era un Slytherin, tenía una reputación que cuidar para no malograr la de su padre, pero cuando el trío de oro y el chico Longbottom fueron los únicos que entraron alrededor de unos diez minutos, supo que la pequeña fiesta de su hermano sería un poco tensa. Sobre todo, con la inquietante presencia de Harry Potter.

No eran sus amigos el problema, era él.
── Me alegra que hayan venido ── Theodore les sonrió, sus palabras eran las más honestas que Lonnie había oído.

No sabía si debía temer o alegrarse por ver a su hermano siendo tan sincero y genuino con las personas, eso era algo positivo, pero no le gustaba a quién iba dirigida toda esa bondad.

── Bueno, nos sorprendió muchísimo tu invitación, pero nos mejor que otras personas, así que hablamos y ¿Por qué no? ── Hermione fue la que más habló y la primera en darle un regalo envuelto en un bonito papel, Ron le dio un apretón de manos mientras le entregaba un obsequio barato porque era lo máximo que podía darle, después le siguió Neville y ella misma.

Harry le dio otro envoltorio al final, pero se veía más reacio e incómodo allí. Era como si no hubiera querido ir en un principio, pero de seguro lo habían obligado a asistir porque Theodore Nott era distinto a los demás. Lonnie lo sabía, era su hermano y lo conocía como la palma de su mano. En resumidas cuentas, se habían criado mutuamente desde que tenían seis y siete respectivamente, por lo que él de forma inevitable ya había reemplazado a su fallecida madre por su hermana menor y ella, siempre lo había visto más como un padre aun teniendo a su progenitor con vida.

Era un poco complicado, pero entre sangre puras se entendían.

── A veces olvido que Herms también cumple años en septiembre y que es mayor que nosotros ── comentó Ron, sentándose en una mesa desocupada. Los Nott debieron haber pagado un dineral para reservar todo Cabeza de Puerco para ellos solos.

Y así fue, pero ellos no tenían que saberlo. Theo no debía ni sospecharlo, su hermana había ahorrado mucho desde inicios de año solo para ese día en particular. No cualquier día cumples quince, solo sucede una vez en la vida.

La tensión podía cortarse con el cuchillo que Aberforth llevó para cortar las rebanas de pastel. No había sido una buena idea sentar a Lonnie en medio de Neville Longbottom y Harry Potter porque de un lado la conversación era amena, mientras que por el otro todo era más frío y hostil.

── ¿Y qué tienes pensado estudiar cuando te gradúes? ── era algo que Hermione siempre sacaba a colación. Sus amigos no sabían qué responderle, Harry ni siquiera esperaba llegar vivo a finales de su séptimo año y Ron no lograba decidirse entre qué era lo que quería y lo que sus padres esperaban de él.

Neville sería profesor de herbología o algo relacionado a las plantas.

── Auror, me llama mucho la atención y me resulta fascinante el poder combatir contra brujas y magos tenebrosos. Además, es más favorecedor que hacerse cargo de un imperio familiar.

── Entonces Lonnie se quedaría con él ¿No? ── la rubia miró a la morena, pero no respondió con mortandad.

── Uh, tampoco es lo mío. Me gustaría ser sanadora en San Mungo, creo que mi padre tendrá que vivir muchísimos años si quiere mantener su propio imperio, porque nosotros no nos haremos responsable de eso cuando seamos mayores. Estamos estudiando para forjar nuestro propio futuro, no queremos algo preestablecido, buscamos construirlo por nuestra cuenta.

Harry sonrió, pero prefirió mantenerse en silencio porque no quería hacer enfadar a Lonnie con su voz que, según él, creía que la irritaría. No podía estar más cerca de la verdad, pero ella esperaba una mínima reacción de su parte, un pequeño halago insignificante que le llenara el pecho de orgullo. Pero esos comentarios solamente provenían de David D'elia y él no estaba allí para adularla como siempre.

── Me gusta como piensa la niña ── murmuró el dueño del local. Aberforth estaba en la mesa contigua, con un hidromiel en mano y el quisquilloso en la otra. Sobre la tabla de madera yacía un plato con un pedazo de pastel a medio comer.

── A mí también ── dijo Hermione ── ¿Qué opinan ustedes?

Ron estuvo de acuerdo con ambos, que Lonnie era muy inteligente al igual que Herms y que las dos podían llegar muy lejos.

Harry aprovechó aquella oportunidad para decir lo que tenía atorado en su garganta.

── Creo que es genial que tengas tu propio pensar y decidas por ti misma sin importar lo que diga tu padre al respecto. Eso dice mucho de ti cómo persona, es fantástico.

── ¡Gracias!

── Bueno, bueno. Abran los regalos y márchense, está oscureciendo ── la voz de Aberforth irrumpió ese momento de cordialidad entre los dos.

Las cosas seguirían igual, pensó Harry, pero estaba equivocado.