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La mañana había sido como otra cualquiera,el hombre de cabellera roja se había despertado y hecho su rutina mañanera de cada día laboral.
Una vez fuera de su gran recinto se puso en marcha en dirección a la ciudad de Mondstard donde allí realizaría su trabajo en su taberna,la taberna más famosa de todo Mondstard debido a sus exquisitos cócteles y zumos,pero lo que le daba más fama a ese establecimiento era el vino de diente de león el cual está cultivado por el propio Viñedo del Amanecer y recolectado por sus trabajadores,y a veces por él mismo.

Ya a la entrada de su taberna después de haber pasado por las enormes puertas de la ciudad,Diluc baja de su caballo para así seguidamente amarrarlo y proceder a abrir la taberna para así empezar su jornada.
Todo marchaba sobre ruedas la taberna no estaba muy llena pero tampoco demasiado vacía,lo más difícil venía al atardecer.Normalmente al caer el sol siempre venía un hombre de piel morena y cabellera azulada a beber su típica copa de vino disfrutando de la compañía de su amiga,una participante de la iglesia,Rosaria.Pero hoy,hoy era distinto solo se había presentado la hermana Rosaria y un bardo de trenzas demasiado ruidoso a los ojos del señor Diluc Ragnvindr,ya que solo se le podía escuchar a él en todo el espacio del local.

Y entonces voy yo y le digo "¿acaso tengo cara de tocar rock?" -comentó el pequeño de pelo trenzado-

–Desde luego cara no tienes,pero voz si.Deberías de bajar el volumen y ya irte de aquí,has tomado suficiente por hoy.-habló gruñendo el barista pelirojo-

Diluc tiene razón Venti, será mejor que nos vayamos ya,es tarde y yo mañana tengo que ir a ayudar a Barbara a tratar a los heridos de la Callería de Favonius.

–Está bien,está bien.Pasa buena noche.-dijo con un tono cansado el bardo mientras se bajaba de su silla alta y se despedía con un leve gesto con la mano a la vez que abandonaba el local-

Vas a pagar tú sus copas?-habló de brazos cruzados el pelirojo de piel blanca-

Pues tendré que hacerlo..

Una vez todo pagado y de que todos los clientes salieran de la taberna Diluc se aseguró de mantener bien cerrado todo y así poner rumbo de nuevo a su hogar.

Solo le faltaban algunos pasos a caballo para ya estar dentro de sus tierras hasta que derrepente una pequeña águila se posó en su hombro y le entrego una pequeña nota que parecía proveniente de la Gran Maestra Intendente.

Diluc Ragnvindr,
Pido disculpas.Envío esta nota urgente en forma de disculpa ya que portabas con toda la razón.Se ha descubierto que nuestro capitán de la caballería Kaeya Alberich ha estado filtrando información sobre nuestra ciudad y las estrategias y planes de Los Caballeros de Favonius a la Orden del Abismo.
Solicitamos tu ayuda para poder resolver este problema  y dar caza al traidor lo más rápido posible.
Nos gustaría contar contigo esta misma noche a las 21:30pm en mi despacho,te esperamos.

Atte.Gran Maestra Intendente Jean

Al terminar de leer la corta carta solo pudo dirigirse galopando lo más rápido que se le permitía de nuevo a la ciudad con un cúmulo de ira dentro de sí.

Nunca dejará de darme problemas este idiota...

°°°

–Bien,ahora por fin que ya estamos todos me gustaría hablar de lo sucedido con nuestro ex Capitán de Caballería,el cual ya todos conocéis el nombre,Kaeya Alberich.
He traído al testigo que afirma que los hechos de los que se acusan a Kaeya son ciertos.Pido silencio mientras Sharon habla.

–Gracias Maestra Intendente,bien,como Jean ha contado he sido una de los testigos que observó cómo el Capitán de la Caballería entraba al despacho de Jean sin ella estar dentro ya que era un horario en el cual la Gran Maestra se encuentra en exploraciones de alto rango.Me pareció algo sospechoso así que decidí entrar también.Cuando abrí la puerta note al Señor Alberich algo nervioso y noté que escondía algo tras su espalda,pero lo ignore y decidí salir del despacho y de la Sede para así proseguir a espiar al Capitán.-la joven hizo una pequeña pausa para seguidamente poder continuar- Pido disculpas por eso ya que no debí hacer nada de lo que hice sin informar a un superior.Pero lo que vi a continuación me sorprendió bastante, seguí al Capitán hasta cerca de las ruinas de uno de nuestros templos,estuvo parado durante un buen rato,y parecía con la mirada perdida,tras esperar cerca de unos 20minutos pude observar como aparecía un pequeño portal por el que salía uno de los pequeños magos del abismo.El señor Alberich le había entregado unos papeles,supuse que serían los que agarró del despacho de la Gran Maestra Intendente,seguido de eso parecían estar hablando de algún tema bastante duro ya que nunca había visto al Capitán con una expresión tan seria y a la vez de preocupación en su rostro.
Ya me estaba sintiendo incómoda así que decidí intentar salir de mi escondite para así irme a la ciudad y poder informar de este tema lo antes posible,pero cuando intenté moverme fui descuidada e hice un leve sonido haciendo así que ellos entrarán en alerta.Pensé que simplemente se separarían y que cada uno se esconderia por su lado pero el portal del mago del abismo se hizo más grande haciendo que Kaeya entrará en él por voluntad propia.
Después de que el portal desapareciera volví corriendo a la ciudad para así informar a Jean.

•¿traidor?•|| [kaeluc] ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora