SEXUALITY. ☆ ; kagehina.

iv.

⚠; mención de blowjobs.

  NO FUE UNA SORPRESA cuando todos se enteraron de la nueva relación romántica de Hinata y Kageyama. Aquellos que se sorprendieron por ello cayeron en aceptarlo con bastante rapidez, con la naturalidad con la que se podía suponer sobre ellos. No era como si lo estuvieran anunciando a todo el mundo, pero compartieron la noticia con sus amigos más cercanos. 

Bokuto les había dado una charla a ambos por teléfono en su entusiasmo, y no pudieron evitar divertirse con la voz de Akaashi débilmente en el fondo pidiéndole que por favor no hiciera tanto escándalo. Después de todo, esos dos eran casi inseparables, incluso después de graduarse, por lo que no fue una sorpresa cuando comenzaron a salir. Una vez que eso sucedió, Shōyō le había confiado a Kōtarō sus sentimientos por Tobio, convirtiéndolo en una especie de confidente.

Si bien Hinata pudo haber recibido algunos consejos románticos bastante entusiastas de Bokuto con el tiempo, Kageyama era muy nuevo en esta escena de citas. Se encontró extrañamente nervioso en la mañana de su primera cita, esas mariposas arremolinándose incesantemente en su estómago cada vez que pensaba en ello, incluso sabiendo que sería como cualquier otra salida que había tenido a solas con Hinata.

Al menos, eso es lo que le hubiera gustado decirse a sí mismo, pero llamar al pelinaranja algo más que su mejor amigo, llamarlo su novio, hizo que sus mejillas ardieran y su corazón latiera con vértigo.

Cuando regresó a la práctica de vóleibol el día después de sus confesiones, todos se dieron cuenta de que algo era diferente, y esta vez, no era algo malo. Estaba de vuelta en su juego. Wakatoshi también estaba más que complacido con eso.

Tobio dijo que se ocuparía de lo que tenía en mente, y lo hizo con éxito.

─Oye, Kageyama, ¿puedo, um... hacerte una pregunta?

El azabache levanta la vista desde su asiento en el suelo junto a su mesa, hojeando un cuaderno para su clase de literatura. Deja caer ambas manos en su regazo, los ojos fijos en Hinata por un momento para indicar que tiene su atención. El pelinaranja se mueve en su lugar en el sofá y se aclara la garganta. Está nervioso o avergonzado, o ambas cosas, así que Tobio tararea suavemente para animarlo a hablar.