⒞⒜⒫Í⒯⒰⒧⒪ ⑶⑴

513 57 4
                                    


Alatz se removió en su camita, parpadeó ajustando su vista. El cachorrito se quedó quieto en su cama, mirando a la nada, aún con sueño. Estaba en una pelea entre seguir durmiendo y levantarse.

Alatz giró su cabeza sobre su almohada, mirando por su ventana. Una sonrisa apareció en su rostro al ver la nieve a través del vidrio. Mañana era navidad y ahí fué cuándo el lobito recordó porqué ese día era tan importante.

Alatz saltó de la cama, corrió hasta el cuarto de sus padres, abrió con lentitud la puerta. Asomó su cabecita y sonrió al ver la cama vacía. Entró y observó el nido, dónde dormían sus padres.

— ¡Es el cumpleaños de mami! — gritó emocionado y gateó dentro del nido con rapidez —. ¡Es el cumpleaños de mami! —repitió y se detuvo de rodilla en medio de sus padres, saltando sobre sus piernitas.

Emilio se removió, Joaquín abrió sus ojos con pereza y una sonrisa se asomó. No podía ponerse de costado, el yeso no lo dejaba, así que sólo giró la cabeza para ver a su cachorrito saltar emocionado. El Omega divisó la ventana desde su posición y suspiró al notar que aún estaba algo oscuro, era muy temprano.

Alatz miró a Emilio y frunció el ceño, se inclinó sobre su padre y sacudió su hombro.

— ¡Papi!, ¡despierta! — El Alfa se quejó, dándose la vuelta. Alatz miró su madre indignado, el Omega se rió

— No vas a poder despertarlo, cielo.

— ¡Papá!, ¡despierta! — exclamó bufando el Alfita, sacudiendo el hombro de su padre.

El Alfa se incorporó, tomó a su cachorro por la cintura y lo levantó acostándolo junto a él, reteniéndolo entre sus brazos. El cachorrito forcejeó para escapar del abrazo de su padre, rindiéndose y suspirando.

Alatz cerró los ojitos, al parecer el sueño no se había ido del todo ó los aromas de sus padres lo habían traído otra vez. El Alfita no tardó en dormirse.

— Timbre, timbre, timbre

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

— Timbre, timbre, timbre. — canturreó Alatz, sentado sobre la isla de la cocina revolviendo la mezcla para el pastel que estaba ayudando a preparar, mientras balanceaba sus piernitas.

Joaquín entró a la cocina de la mano con Patrick, seguido de Nikolás, quién traía a Jason en sus brazos. Alatz arrugó su nariz, ese bebé se llevaba toda la atención de mami desde que había llegado.

Jason Barquín era cómo todos supusieron, un Alfa. El sexto Alfa de su familia y definitivamente el último.

— Hola, Niko. ¿Cómo sigue Eduardo? — preguntó Emilio limpiando sus manos con un trapo

— Um, bien. Vendrá después con el resto de los cachorros.

— ¡Ali! — exclamó Patrick, tirando sus manos al Alfita. Joaquín le sonrió, Emilio lo levantó sentándolo junto a Alatz sobre la isla.

Alatz // Adaptación Emiliaco OmegaverseWo Geschichten leben. Entdecke jetzt