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Yamilet mordía su lápiz, con el pié sobre la mesa. Alatz se rió sentado junto a ella, antes de lanzar una bolita de papel al grupito de Alfas de delante.

Los 3 Alfas altaneros se giraron a verlos con el ceño fruncido, le dedicaron una cara de superioridad a la pareja y volvieron su mirada al frente.

- Barquín. - llamó el profesor de literatura, un Alfa anticuado -. Es la última vez que pido que baje su pié de la mesa, señorita.

Yamilet iba a sentarse de forma correcta, cuándo el impulso de desafiar a su profesor se apoderó de ella.

- ¿Y si no lo hago...? - preguntó la Alfa girando un poco el lápiz entre sus dientes, dejando ver un leve destello en sus irises.

- Yami... - susurró Alatz y Yamiket le dedicó una mirada a su amigo.

La Alfa se sentó de forma correcta antes de que el profesor pudiera quejarse, tenían demasiados castigos encima. La clase transcurrió normal, hasta que el par de Alfas estalló en carcajadas por cosas triviales que hablaban por lo bajo.

- ¡Osorio y Barquín! - gritó el profesor. Ambos se sentaron derechos deteniendo sus risas -. Basta de interrumpir mi clase. ¡Fuera! - señaló la puerta y el grupito que los odiaba se rieron por lo bajo.

Alatz comenzó a guardar sus cosas con desinterés, Yamilet guardó todo con cuidado y lentitud dentro de su cartuchera, y luego dentro de su mochila. Todo bajo la mirada irritada del Alfa docente.

Ambos caminaron juntos hasta la salida, con su profesor detrás. Cuándo estuvieron afuera, el hombre les dedicó una mirada de desprecio.

- Es suficiente con tener que soportar tener dos Alfas que son pareja en mi clase, sobre eso, me interrumpen todo el tiempo -. Alatz y Yamilet se dedicaron una mirada confundida -. Es totalmente una averración. - escupió el Alfa.

Yamilet cerró sus puños y Alatz se cruzó de brazos molesto. Ellos no eran novios, pero no tenían que darle explicaciones al tipo. Y si lo fueran, él no debería usar esas palabras.

- Podrían tener un poco más de consideración y evitar ser tan... cercanos delante de mí. - quiso razonar el hombre.

Alatz sonrió cínico y tomó la mano de Yamilet cuándo notó que estaba por saltarle al cuello. La Alfa miró sus manos y le sonrió con complicidad a su compañero.

- Largo, no quiero verlos por el resto de la semana, están suspendidos de mi clase. - anunció el hombre. Ambos gruñeron por eso -. Si quieren ni sé molesten en venir, porque no voy a aprobarlos.

El profesor volvió dentro del salón susurrando: «qué asco». Yamilet trató de seguirlo. Alatz apretó el agarre de sus manos y negó cuándo ella lo miró.

- Déjalo. Él se pierde de nuestras... encantadoras presencias.

Los Alfas caminaron por los salones desiertos de la escuela, pasaron de largo por algunos salones vacíos y otros llenos. Yamilet se detuvo frente al salón de arte y sonrió con malicia.

- Ali... - canturreó la Alfa consiguiendo la mirada de su amigo. Ella le señaló la puerta del salón con la cabeza -. ¿Qué opinas?

- Que vamos a meternos en muchos problemas... - Yamilet hizo un puchero - ...sino empezamos ahora. - sonrió de lado el Alfa mirando a los lados por el pasillo.

Se metieron al salón vacío, buscando unas latas en particular.


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Alatz // Adaptación Emiliaco OmegaverseWhere stories live. Discover now