𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟸𝟹

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—JungKook, déjame vivir hasta el final. —pidió el Omega. —No me duermas, por favor.

—¿Estás seguro de eso, SeokJin?

—No me preguntes eso, sólo no lo hagas.

—De acuerdo, pequeño. —dijo JungKook, apoyó el mentón en el hombro del rubio, dejando mimos en su espalda.

Permanecieron en silencio unos minutos, hasta que SeokJin se apartó ligeramente para tomar las mejillas de JungKook, acercar sus rostros y frotar sus narices de nuevo.

—Quizás esto puede ser nuestro beso, JungKook... —murmuró Jin.

JungKook se ruborizó de forma violenta y el у Omega sintió el calor de sus mejillas en las palmas de sus manos.

—Y después dices que yo soy el lindo. —Jin murmuró por lo bajo.

—Quédate aquí un momento y yo llamaré a TaeHyung, ¿Si, pequeño?

Jin asintió, se separó de él con lentitud y lo dejó ir hasta su bolso, pero sin dejar de mirarlo.

Se sentía raro porque en ese momento veía a JungKook del mismo modo que veía a su peluche de la infancia, aquel quien lo protegía de la oscuridad y de los monstruos, que era suave y se preocupaba por su bienestar, lo escuchaba y lo dejaba mimar.

Y tenía esa misma dependencia extraña de su infancia, pero se sentía ridículo que fuera un adulto con tal actitud y más con quién debía ser su enfermero y nada más, se avergonzó un poco.

JungKook regresó y notó los ojitos de cachorro perdido del rubio, se sentó a su lado, tomó la nuca del Omega y lo acomodó sobre su hombro, Jin no se opuso, y se quedó a gusto mientras el Beta dejaba caricias en su cabello.

Buscó el número de TaeHyung entre sus contactos y marcó, el Alfa atendió con la voz ronca y dormida.

—¿JungKook? ¿Pasó algo? ¿Y Jin?

—Jin está conmigo, tranquilo, está bien, sigue aquí. —el peliazul suspiró con alivio. —También vinieron sus padres y... Son una molestia para él, no puede ponerse en tensiones, sabes y no podemos echarlos, ninguno de los dos, ¿Podrías venir?

—Oh, JungKook, por supuesto que sí... Sólo tengo que arreglarme un poco y estaré allí, recién despierto, ¿Jin necesita algo?

El Omega negó, escuchando la conversación.

—No, nada en especial, Tae.

—¿Y tú, JungKook? ¿Necesitas algo?

El Beta debía admitir que le daba cierto repelús cuando TaeHyung hacía ese tipo de comentarios, le hacían pensar que el chico tendría algún súper poder del inframundo.

—No, estoy muy bien. —dijo, mientras SeokJin se abrazaba a su brazo con firmeza. —Gracias por preguntar.

—No hay de qué, ya estoy en camino, nos vemos.

JungKook cortó la llamada y se quedó viendo el nombre del Alfa en su celular un momento.

—Jin, perdón si ofende o algo, pero, TaeHyung... Me parece un poco raro, no sé, me da lago de... ¿Cosa? No sé en verdad.

SeokJin rió un poco.

—Sí, es algo raro, es diferente. Su familia está llena de médiums según lo que me contó, brujos para los demás y chamanes si hablamos de la Antigua Era. Saben de leyendas y son muy creyentes, hacen cosas raras como curar a la gente con elementos de la naturaleza como remedios caseros, bebidas, o hasta unas hierbas raras que las llevas en el cuello y debes olerlas todo el día para calmar tus males... Y bueno, si es algo raro para los demás, pero él es muy bueno y especial, y lo quiero mucho, es la mejor persona que podría haber conocido.

JungKook sonrió con ternura, notó que Jin también lo hacía.

—Él es mi mejor amigo, el mejor amigo del mundo.

—No lo dudo, Jinnie, ¿Quieres que te deje un rato con él cuando llegue? Y veré qué hacen tus padres, huelo a que algo se está cocinando.

—Debo admitir... Qué JiMin puede ser detestable pero su comida es muy buena. —dijo el Omega. —Quizás los deje que se quedan hasta el almuerzo... Sólo por eso.

—Como tú quieras, pequeño. —JungKook tomó su mano, dejando caricias. —Algunos padres sí son una mierda, Jin, pero de todas maneras siguen siendo tus padres y si están aquí, es porque les importas y quieren verte, al menos un rato.

—Ellos me lastiman, y me hicieron sentirme como la mierda durante años... Y ahora sólo me van a pelear más porque no tengo un Alfa para protegerme.

JungKook asintió.

—Bien, sí, es un asco, pero a lo que digo es... Qué debes ser mejor que ellos, saber perdonarlos, mantener tu postura y tú respeto; si ellos quieren pasar un rato contigo, pues bien, pero si te dicen algo que te lastima, puedes decirle que no te gusta eso, si no funciona los ignoras y no le hablas o le hablas, pero cortante, y si aun así te irritan te levantas y te vas, es tu casa, tus reglas, tu vida, ya no dependes de ellos, eres libre. Se han pasado, SeokJin, mucho, y en eso tienes razón, siempre que se pasen, siempre que te lastimen así, estaré yo para rescatarte y traerte a este lugar seguro, ¿Te parece?

Jin terminó asintiendo, asumiendo con mucho cansancio mental que tendría que soportar a sus padres de nuevo.

El timbre de la puerta sonó, sabiendo que era TaeHyung, JungKook fue con él para decirle que se quedara con el Omega un rato, mientras ayudaba a los padres de Kim a terminar de cocinar y poner la mesa.






Si ven algún error o nombre, me lo hacen saber, por favor.

𝙾𝚄𝚁 𝙻𝙰𝚂𝚃 𝙳𝙰𝚈𝚂Where stories live. Discover now