"Sé que sigues pensando en mí, nunca nadie podrá completar mi lugar en tu corazón, Hyung"
En un orfanato ubicado en la zona más pobre de Busan, vivían Sunoo y Riki, dos niños que se querían demasiado.
En su futuro, uno de ellos se negó a crecer y d...
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"Te amo tanto que soy capaz de dejarte ir con alguien más"
Las flores del cerezo cayeron con lentitud, los pétalos tocaron el frío suelo y un llanto silencioso los hizo estremecerse.
¿Qué debía hacer en tal situación?
El rubio tenía el corazón partido en mil pedazos, su cuerpo estaba desanimado y sin ganas de seguir.
Sus manos estaban muy inquietas, querían tocar un pincel y un papel, retratar el dolor que sentía.
Sus ojos estaban vacíos, nadie más que el sabía que no podría vivir sin su amado Sunoo.
El dolor de su corazón le hizo dar un par de vueltas en la cama y aferrarse a su almohada, su cabeza le dolía y su estómago crugía.
—¡Odio esto! —Chilló.
—Puedes hablar con el y explicarle tus sentimientos, talvez si le robas otro beso te lo siga. —Un rubio se apoyó en el marco de la puerta.
—No puedo hacer eso Hyujin Hyung —Rodó los ojos y suspiro cansado
—Nunca lo sabrás si no lo intentas —Se encorvo un poco y se acercó al pelinegro.—Que cambio tan radical— Con su mano peino el abundante cabello de Riki.
—Ya no quería tenerlo rubio sabiendo que su rosa combinaba a la perfección, lo hacia sentir enfermo...
Era triste el contexto, un chico adolorido sentimentalmente se encontraba llorando en silencio mientras su hermano mayor lo consolaba.
Hyujin había regresado de la universidad y se encontró con tal situación caótica y crítica, no soportaba ver al pequeño Riki llorar.
Muy en el fondo sentía que aquel niño que se había perdido, había regresado para despedirse y no volver.
No podía permitirlo, no quería perder a su familia otra vez.
—Ay Riki —Una voz femenina se hizo presente en la habitación. —Debiste olvidar a Sunoo.
—No es fácil señora Wang —se sentó en la cama y limpiándose las lágrimas la abrazó —¿Dónde está el?
—Salio con su prometido, regresarán en la noche.
"Siento que la vida se me va porque ya no estoy contigo y está vez es para siempre, no vas a regresar a mi" pensó.
—Necesito estar solo — La mujer y el chico se miraron y salieron dejando un cuerpo sin alma.
Riki se paró de la cama y tomó unas tijeras, con lentitud se la paso por las manos y luego las abrió hasta soltar un último suspiro.
Mirando al espejo vio como caían sus cabellos a sus hombros, quedando con un corté hongo.
