Fortaleza De Los Gamgee

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El ambiente se había vuelto sombrío y una corriente de aire frío pasaba por el cuerpo de todos los presentes. Sam Gamgee había sido el último en hablar con ella.

-Todo está bien- repetía la rubia canosa mientras sujetaba la mano del menor.

-Pe-perdón- pronunció el rubio con un hilo de voz, por sus mejillas pasaban unas lágrimas discretas- no debí haber salido.

-No digas eso mi sol- Bell acarició la mejilla de su niño- es un día hermoso, iba a ser un desperdicio no salir.

Sam sonrió- Pero hubiera preferido estar contigo.

-Ahora estamos juntos- dijo Bell con su voz cada vez más apaga.

Sam no dijo nada más y ninguna palabra volvió a salir de la mujer.

Después de unos minutos el moreno llamó a su padre como un niño pequeño que se ha perdido en el mercado, Hamfast llegó, su fachada tosca se había desmoronado, sin mediar palabra con el rubio ni mirar al cuerpo de la mujer que más amo sobre su cama tomó a su  niño de la mano y lo dirigió a la sala.

Los ojos de su padre por primera vez parecían desesperanzados y lágrimas salían de los ojos de este, el rubio nunca había visto a su padre llorar y supo que tampoco quería volver a verlo.

Conocer esa faceta tan humana de su padre lo hizo sentir extraño, hasta ese momento no recordaba haber visto a su padre roto, él sólo se aferraba a su mano como solía hacerlo cuando era un niño pequeño.

~×~

Sam no dijo nada solo sostenía la mano de May mientras ella sollozaba, el pecoso vio como el mayor de los hermanos dejaba salir lágrimas traicioneras pero ninguno de los que estaban ahí eran capaces de hacérselo notar.

La rubia, junto a sus padres, habían llegado al hogar de los Gamgee, apenas le dijeron lo que había sucedido su cara palideció y sus ojos se cristalizaron pero no lloró, Rose Cotton no lloraba.

La rizada posó su mano en el hombro del mayor, este alzó sus ojos avellana y se topó con los típicos ojos compasivos de su amiga- Lo siento- fue lo único que pudo decir.

Sam abrazó a su amiga pero no pudo responderle las palabras no salían de su boca.

-.... Ve por Mari- dijo al fin- ella también necesita un abrazo.

Rosie no estaba muy segura de dejar a su amigo pero después de una última mirada se fue en busca de la menor.

Después de lo que a Sam le pareció una eternidad se volvió a oír un sonido aparte de los sollozos en el hogar, era el anciano Bilbo junto a su sobrino y el joven enano.

El canoso se acercó al viejo Hamfast y lo abrazó mientras el hombre permanecía quieto sin poder responder bien y ambos jóvenes le dieron el pésame. El castaño corrió hacía los mayores y también los rodeo en un abrazo y por primera vez Halfred pareció derrumbarse en los brazos del menor.

Goliat se acercó a las chicas y les dió unas palmaditas en el hombro de la manera más reconfortante que podía un enano, Sam que estaba junto a May miró al azabache y este lo notó, él se acercó pero solo acertó a posar su mano en el hombro del niño y verlo con una mirada que intentaba decir "Todo irá bien".

Luego de esta interrupción pareció que las voces volvían a regresar a los Gamgee menos a Sam se seguía sintiendo aquel nudo.

~×~

El rubio se había levantado lentamente y salió al patio, intentando no llamar la atención de nadie pero lo notaron Frodo y Goliat.

-¿No crees que...? - comenzó Goliat pero el rizado lo interrumpió.

-Creo que voy a hablar con él,  después de todo no era muy menor a él cuando también los perdí- dijo con un tono suave, Goliat lo miró y sonrió.

-Tienes razón- dijo el azabache mientras apretaba el agarre de la mano del menor.

Frodo salió y se encontró al rubio sentado sobre unas cajas viejas que servían, seguramente, para guardar algunas cosas de jardinería.

-Hola Sam- dijo el castaño mientras tomaba asiento junto al niño, este pegó un salto.

-Hola...- respondió después de recuperarse del susto, seguía viendo al cielo nocturno de la comarca.

Frodo lo miró con aquellos ojos que decían que lo comprendían y sabía exactamente por lo que estaba pasando pero Sam no pudo notarlo.

-Escucha Sam- comenzó el castaño- yo era apenas más joven que tú cuando mis padres.. murieron- el rubio sintió un gran nudo en su estómago al escuchar esas palabras- solo quiero decirte que no te guardes todo esto, tú no tienes que ser fuerte por todos Sam.

El castaño puso su mano en el hombro del moreno, este por primera vez alzó sus ojos avellana y notó como los ojos celestes del mayor apesar de que todo estuviera oscuro seguían brillando.

Sam sintió como las lágrimas volvían a resbalar por sus mejillas, volteó su cabeza pero esta vez no las quizo detener, las dejó fluir como el caudal de un río, no corrió a esconderse en los brazos del castaño ni grito del dolor por todos los sentimientos que estaba sintiendo pero lloró. Lloró como no pudo hacerlo en toda la tarde, una vez sintió sus ojos doler y que ya no había más lágrimas en él notó que Frodo seguía ahí,  sus ojos también cristalinos.

~×~

Goliat vio como salía Frodo en busca del rubio y se dirigió a la sala donde seguían los demás hermanos.

El azabache tomó asiento sin darse cuenta cerca del moreno. Hamson al darse cuenta de que estaba el enano secó sus lágrimas.

Goliat lo miró y por primera vez sintió compasión por aquel joven- No tienes que ocultarlo.

-¿A qué te refieres?- respondió mientras disimulaba lo más que podía su voz rota.

-A tu dolor- dijo el azabache- no tienes que estar a la defensiva siempre, aunque no lo creas yo no quiero dañarte, después de todo si Frodo te tiene tanto cariño debe ser por algo.

Hamson sonrió pero el mayor no pudo verlo- Digo lo mismo.

N/A

Les diría que el próximo capítulo es fluff pero no puedo prometer nada.

Y tu eres el único que sigue aquí Sam Gamgee (Samfro) (Canonxoc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora