Prólogo

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– Ai'Leo – Fiat habló con voz suave mientras dejaba algunas caricias en el pecho desnudo de su amado.

¿Hm? – Fue la única respuesta que recibió por parte de este, quien se acercó a dejar un beso en su cabeza.

¿Crees que algún día podamos amarnos libremente sin que el mundo este en contra? – El silencio se hizo presente por unos segundos, hasta que Leo soltó un suspiro y por fin habló.

Incluso si eso no pasa yo te seguiré amando sin importar que – Aunque lo había dicho de una manera algo seria Fiat podía sentir la sinceridad en sus palabras, lo que lo hizo sonreír.

¿Lo prometes? – Fiat estiró su meñique hacia su contrario, este lo entrelazó con el meñique propio y luego tomó su mano para dejar un beso en sus nudillos, provocando que Fiat se sonrojara – Te amo – Susurró comenzando a sentirse algo somnoliento y cerró sus ojos.

También te amo – Fue lo último que escuchó antes de quedarse profundamente dormido.

Al siguiente día despertó, sin Leo a su lado, pero con una carta que decía "lamento no poder quedarme nuevamente, no quiero que mis papás me maten, nos vemos en el mismo lugar de siempre, te amo" una sonrisa se formó en el rostro de Fiat, a pesar de saber que no podían estar un día completo juntos era feliz con solo verlo unas horas hasta que ambos tuvieran que volver a su aburrida vida normal, pero se había acostumbrado a eso y sabía que llegaría el día en que ya no tuviera que ser así, por lo que intentaba disfrutar al máximo su tiempo con su pareja.

Luego de darse un baño y alistarse se dirigió al lugar que siempre iba a encontrarse con Leo, sentandose en el pequeño jardín de fuera a esperarlo, sin embargo las horas pasaron y Leo nunca llegó.

Eran las seis de la tarde, Fiat volvió a su casa y puso a cargar su celular, tal vez Leo lo había llamado para informarle de su ausencia pero al revisar no había una sola llamada, ni un solo mensaje.

Tal vez algo surgió con su familia – Y le escribió unos mensajes, luego le llamo pero este no contesto por lo que sin mucha preocupación simplemente dejo que el celular terminara de cargar y continuó con su vida normal.

Todo parecía normal ese día pero ya no al siguiente, sus mensajes no salían y sus llamadas no eran respondidas, en una hora el número comenzó a aparecer como no disponible lo que hizo que Fiat se preocupara bastante pues esto no era algo típico de Leo.

De inmediato volvió a ir a su pequeño lugar, pasaron las horas y Leo no llegó, así pasaron varios días hasta que Fiat se rindió, había perdido todo rastro de su novio, parecía como si se lo hubiera tragado la tierra...

***

– ¿Otra vez el mismo sueño? – Fiat salió del pequeño trance cuando escucho la voz de su amigo Nam, quien se había sentado junto a él y había notado como Fiat simplemente movía los cubiertos de un lado a otro.

Yo no lo llamaría un sueño – Dijo Tho, sentandose a su otro lado, dejándolo en medio, Fiat suspiró y miró a ambos.

Cada día me pregunto lo mismo... ¿Por qué se fue sin decir nada? Leo no era ese tipo de persona, si ya no quería nada conmigo pudo habermelo dicho y me hubiera ahorrado una preocupación que hasta el día de hoy tengo, es que... ¿No creen que es muy raro? Cuando me prometió que siempre me amaría sonaba muy sincero, pero después de eso no lo volví a ver jamás y no lo encontré en ningún lado –

– Ai'Fiat... Han pasado varios años de eso ¿no crees que es momento de seguir adelante? Eres tan popular que cualquier chico querría salir contigo, pero tú estás encerrado pensando en alguien que muy probablemente ya no piensa en ti – Nam intentó ser lo más delicado posible con sus palabras, pero la expresión de Fiat no era más calmada, sabía que su amigo seguía sintiéndose triste por ese amor que no duró mucho, pero se preocupaba por él y quería que pudiera volver a sonreír sinceramente, ellos nunca conocieron a Leo, pero siempre supieron lo importante que él era para su amigo –

– Es que no lo entiendo – Fiat susurró, había algo que no le cuadraba, pero tal vez sus amigos tenían razón, tal vez su amor con Leo era tan imposible que decidió rendirse y desaparecer de su vida, quizá Leo ya había rehecho su vida, el debía hacer lo mismo con la suya – Está bien, está bien, no más dramas, sigamos comiendo.

– ¿Ya viste quien viene por ahí? – Fiat levantó la cabeza, encontrándose con Pat, un chico que andaba detrás suyo pero al que Fiat nunca le había dado la oportunidad, aunque debía admitir que el chico era bastante lindo.

Justo cuando Fiat estaba por saludar a Pat, notó que este se había pasado de largo, lo cual lo desconcertó bastante pues la mayoría del tiempo Pat estaba detrás de él, pidiéndole un poco de atención, siguió con su mirada a aquel chico y noto que no solo él sino muchos más estaban dirigiendose a un lugar en específico.

¿A dónde van? – Fiat habló aún con algo de confusión pero su pregunta fue en vano pues sus amigos tampoco tenían idea de nada, fue entonces cuando una de sus amigas, Natsu, se acercó a platicarles todo.

Un nuevo estudiante ingresó a la facultad de ciencias políticas, es bastante guapo, también es alto y se ve que tiene un buen estatus económico, es todo un príncipe que ya todos están haciendo fila solo para verlo – Los tres chicos se sorprendieron un poco ¿había alguien más lindo que Fiat para que todos, incluyendo sus pretendientes y su mejor amiga quisieran verlo? la curiosidad despertó en los tres de inmediato, y luego de mirarse y asentir también se dirigieron a aquel lugar.

– Está de espaldas, no se alcanza a ver muy bien, pero aún así hay mucha gente observándolo y a él no parece importarle en lo absoluto –

– Pff... ¿Acaso cree que eso lo hace ver genial? Comiendo tranquilamente y fingiendo que no le gusta que todos lo estén mirando –

– ¿Mi buen amigo Fiat está celoso? –

– Celoso mi culo, nadie es más guapo que yo, pero el chico parece bastante engreído, le voy a demostrar que no necesita hacerse el genial para llamar la atención – Sin que sus amigos tuvieran oportunidad de detenerlo Fiat se acercó a aquel chico, pasando entre la multitud, parándose con brazos cruzados mientras observaba su ancha espalda con atención – Hey, grandulón ¿crees que te ves muy genial pareciendo desinteresado?... Hey, te estoy hablando a ti, oye... Te estoy hablando rascacielos ¿por qué no volteas? ¿Eres sordo o que? – Habló tocando su hombro y en ese mismo instante el chico volteo, mirando a Fiat con algo de confusión pero la expresión de Fiat cambio al ver el rostro del chico, quedó en shock mientras alejaba su mano y miraba al chico atentamente, toda la multitud se había dado cuenta, incluyendo sus amigos los que se preguntaban porque el repentino cambio en la expresión de Fiat.

Luego de unos minutos que el chico siguiera observándolo con una expresión interrogante, Fiat finalmente habló.

Ai'Leo...–

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Holaaaa, estoy escribiendo esta nueva historia de una pareja que me gusta mucho, espero sea de su agrado ‹3

Todo lo que pudimos ser • LeoFiat •Where stories live. Discover now