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Todos en la habitación, que conocían a la princesa de arabasta, estaban sorprendidos por tal revelación. Si bien era cierto que la princesa y la navegante tenían muy buena relación, y los tripulantes del barco habían visto la cercanía que ambas féminas tenían
Jamás se esperaron que en algún, futuro cercano, llegarán a estar en una relación romántica, claro que eso no quita el echo de que todos se sientan feliz por su nakama peli-naranja
Todos quedaron en silencio procesando del todo la información, exacto por los dos tripulaciones que no conocían a la princesa, y su historia de aventura, antes de su llegada.
— ¿Vivi-san, la princesa de arabasta? — pregunto sorprendida por tal revelación y al mismo tiempo felicidad por su amiga —
— Si, Robin-san — respondió con simpleza y naturalidad acompañados de una pequeña sonrisa ladeada —
— ¿Quién es Vivi? — pregunto él mitad robot curioso por el, para el que no lo había escuchado antes, "desconocido" nombre —
— Ella es- — antes de siquiera poder dar una breve explicación, y voz fue cortada por la voz de un hombre de cabellos rubios que había entrada a la cocina —
— Ella es la princesa de arabasta — respondió la pregunta que había escuchado del peli-celeste — Una antigua nakama, que eligió quedarse en su país para ayudar a su padre — una sonrisa se formó en el rostro del rubio al recordar a su nakama —
— Sanji-kun — susurró bajo con un suspiro de alivio, le alegraba ver qué su nakama había decidido salir de su "escondite" — Que bueno que estés mejor, ¿Quieres contarnos que fue lo que pasó? — pregunto con el seño levemente fruncido, un aire maternal, y una voz, tanto, dulce como suave —
— No te preocupes, Robin-chwan, todo está bien — respondió intentando calmar los nervios de su nakama y le regaló una sonrisa un tanto forzada — Pero, ¿Que paso con Vivi-san? ¿Esta bien? ¿Paso algo? — sus preguntas estaban teñidas de angustia por el bienestar de su nakama —
