Cuando quieras

2.4K 152 71
                                    

Sinopsis: Qí Xiǎotiān se preguntó cómo es que había llegado a pensar en Red Son de una manera que no debería ser normal para él. Porque realmente no es que «pensar en Red Son» fuera el mero hecho de imaginar su cara con exceso de detalle, de espaldas a un atardecer cálido, con su cabello ondulando por una ligera brisa y quedarse embobado ante una sonrisa claramente imaginaría que sentía muy real y solo para él. Era... algo más.

Tags: Primera vez, para MK, Hurt/Comfort, Divergente del canon, PWP

-🔥-

Sentado en su cama, esperando la hora de dormir que le parecía demasiado lejana, con la vista puesta en la televisión pero sin en el menor interés en el programa que puso, Qí Xiǎotiān se preguntó cómo es que había llegado a pensar en Red Son de una manera que no debería ser normal o si quiera sana para él. No es que «pensar en Red Son» fuera el mero hecho de imaginar su cara con exceso de detalle, de espaldas a un atardecer cálido, con su cabello ondulando por una ligera brisa y quedarse embobado ante una sonrisa claramente imaginaría que sentía muy real y solo para él, en afán de romántico perdido. «Pensar en Red Son» era algo mucho más vergonzoso que eso.

«Pensar en Red Son» era, más veces de las que estaba dispuesto a admitir, pensar en follárselo. Era imaginar su cara con exceso de detalle, sí, pero distinto. Era imaginar a Red Son mirándolo desde lo alto mientras movía sus caderas hacia arriba y hacia abajo y hacia un lado volviendo completamente loco a Qí Xiǎotiān, con unos ojos muy llorosos, muy entrecerrados y muy satisfechos. Era imaginarlo mordiéndose el labio inferior antes de dejar salir un gemido demasiado alto, mitad alarido mitad el tonto apodo que le había puesto, que perfectamente se podría escuchar hasta el edificio vecino.

Suspiró alto y se frotó el rostro con ambas manos, fuerte. La luz azulada de la televisión comenzó a molestarlo tanto como sus pensamientos.

Sabía la respuesta, no era idiota. La sabía perfectamente.

-🔥-

Terminó su turno en el trabajo, se duchó y al salir del baño ahí estaba Mei que, con una sonrisa muy animada, le lanzó ropa limpia a la cara para que se la pusiera. Por supuesto que irían a divertirse al Arcade Antigravedad, como otras tantas noches. Así que Qí Xiǎotiān, sin quejarse del cansancio que sentía, se vistió y a los pocos minutos él y Mei ya estaban en la calle, de camino al enorme edificio que les resultaba tan familiar.

Mei hablaba y él escuchaba solo a medias, sus sentidos estaban más interesados en los alrededores. Conocía de sobra las calles por las que caminaban; todos los locales, callejuelas y casas que pasaban de largo. Aún así, les prestaba atención. Incluso detenía su vista por un par de segundos en la gente de la calle contraría o la que pasaba a su lado. Era extraño. Se sentía más receptivo a su entorno que otras veces, como si esperase que algo pasara, como si al instante que dejara de observar o parpadeara más lento que de costumbre ignoraría algo que no debía ignorar. Eso que mucha gente llama «instinto» o quizá era más bien «presentimiento». Sin embargo, no se sentía nervioso, incómodo o impaciente. Estaba tan calmado como su propia personalidad le permitía, con Mei al lado en su celular hablando sobre los planes de la noche, sobre qué jugar y qué comer.

O al menos no se sentía así, hasta que por el rabillo del ojo le llegó un destello rojo. Demasiado vibrante, con movimiento. Su mente al instante supo que no se trataba de un semáforo ni de la luz de un anuncio neón que invadían todo local abierto a esa hora. Giró su cabeza para encontrarse, en la otra calle, con cabello rojo atado en una coleta que en vez de ir hacia abajo iba hacia arriba. Y esa coleta pertenecía a alguien que conocía también de sobra. Alguien que tenía siempre el ceño fruncido, con lentes de sol circulares y pequeños, que vestía un saco rojo ondulante, con pantalones morados y botas que parecía pesar demasiado por los adornos que eran, en efecto, de metal. Pero sus ojos sorprendidos no vieron ese típico saco ni esos pantalones ni esas botas ni esos lentes. Vestía distinto. Y entonces se puso nervioso, incómodo e impanciente en cuanto Red Son se metió por una callejuela.

Fanfics Spicynoodles NSFW [+18]Onde histórias criam vida. Descubra agora