Un día no tan bueno

819 92 9
                                    

Aquella tarde de martes, en el salón de práctica que tenían en el departamento, se encontraba SeongHwa, sudoroso, agitado y muy frustrado.

HongJoong y JongHo se habían encargado de llevar a los menores al acuario y darle un "Día para el solo", así que desde las 10:00 am había podido darse un relajante baño de espuma, desayuno un rico omelette de especias y pimiento, además de que pudo limpiar el departamento con mucho empeño.

Pero al querer ensayar aquellos pasos que aportaría para la siguiente coreografía todo empezó a ir mal.
Primero porque se había olvidado por completo de los movimientos, después al tratar de recrear algo se había torcido el tobillo y por si fuera poco, se había caído innumerables veces. Ya podía sentir los moretones crearse en su espalda y piernas, además de un dolor horrible en su cabeza.

En esos momentos, deseaba mucho que WooYoung fuera un adulto y le ayudará a tranquilizarse y poder coordinar sus movimientos al ritmo de la música. Pero era un bebé, así que no podría, además de que no estaba.

La música seguía sonando, pero SeongHwa seguía tirado en el suelo, estaba muy adolorido, cansado, sudado y triste. Iba a empezar a llorar, no quería hacerlo porque su frustración aumentaría, pero cada segundo que pasaba sus ojos se llenaban de lágrimas y con los últimos tonos de aquella canción, dejo salir el líquido salado, dejando que un sollozo bajito saliera, quería gritar, patalear y hacer berrinche como un niño, pero no lo hizo. Solo se quedo llorando en el suelo hasta que pudo liberar algo de su tristeza y decidió que salir de ahí era una buena opción.

Primero se alzó hasta quedar sentado y observó su tobillo. Rojizo e hinchado. Bufo aún con estragos del llanto y lo sobo un poco, no le dolía tanto, pero sabía que en una hora no soportaría el dolor. Así que aprovechó para levantarse y apagar las bocinas, apagar las luces y salir del lugar caminando despacito para no lastimar, aún más, su pie.

Se fijo en la sala, vacía y en silencio. Ya sé había acostumbrado al ruido de la televisión con caricaturas, niños cantando o riendo, vaya que hasta peleando. La voz de su novio hablando con alguno de ellos y el menor siendo el centro de peleas por parte de un rubio posesivo; ni siquiera era tarde, eran al rededor de las dos, pero sabía que ellos tardarían en llegar, porque según lo que dijo HongJoong, el recorrido incluía la experiencia de que los pequeños nadarán con peces chiquitos y un espectáculo de delfines y focas, así que a lo mucho, llegarían entrada la noche. Así que pensó en hacer la cena para poder recibirlos con algo rico y que pudieran compartir lo visto. Por lo que se encaminó hasta la cocina y encendió la luz, observando lo pulcra y limpia que estaba, obviamente gracias a el, porque si HongJoong o JongHo la limpiaban, no se vería como sacada de una película.

Se acercó al refrigerador y pudo observar que haría para la cena de sus niños y de su novio, rápidamente y viendo la carne, penso en freír un poco para poder bañarla en una salsa dulce o hacer brochetas, también algo de arroz, un poco de kimchi y por qué no, una pizza pequeña.

El humor había cambiado, ahora se sentía motivado, pero tal vez se confío mucho a la hora de caminar con los ingredientes en brazos, porque cuando dio un paso, su tobillo dolió tanto, al punto que lo hizo caer en el suelo. Ahora no solo estaba adolorido, sino también sucio. No soportó y nuevamente empezó a llorar de rabia, sintiéndose realmente humillado.
Y pudo empezar a hacer una rabieta, pero el teléfono de casa empezó a sonar y sabía que era algún familiar de los ocho, porque eran los único que poseían el número del departamento.

Supuso que era algo importante, así que cubierto de comida, adolorido y lloroso, se levantó con sumo cuidado. Seguía llorando con dolor, pero alcanzó a tomar el teléfono de la sala, sin ver quien llamaba.

Baby's [ATEEZ]Where stories live. Discover now